Escribo estas líneas la primera semana de febrero y me atrevo a afirmar que El idioma de la noche, de Ursula K. Le Guin, va a ser una de mis mejores lecturas de 2021. Pocos libros lograrán fascinarme de la misma forma que esta colección de ensayos sobre fantasía y ciencia ficción, publicada originalmente en 1979 y que ahora Gigamesh traduce por primera vez al español.
Me primer acercamiento a Ursula K. Le Guin fue hace apenas un par de meses, leyendo Los desposeídos, pero me bastó para comprobar que todo lo que me habían dicho sobre ella era cierto: estaba ante una de las mejores escritoras del siglo XX. Por eso me interesaba leer sus reflexiones en El idioma de la noche. La magnífica presentación de la obra, escrita por Irene Vidal, me confirmó que era lo que buscaba: «Es un libro para leer y releer, lleno de capas y aforismos, de píldoras de sabiduría». Y con las expectativas el doble de altas, empecé la lectura.
¿Y sabes qué? Las superó de largo, porque Ursula K. Leguin transmite honestidad y pasión por la literatura en cada uno de estos ensayos. En los primeros, habla de cuestiones personales como sus primeros rechazos o la forma en que tomaba consciencia de sus limitaciones literarias y trataba de superarlas. Más adelante, dedica varios textos a desmontar los prejuicios alrededor de la fantasía, la ciencia ficción y la literatura infantil, géneros en los que la etiquetaban y que, aún hoy, lamentablemente, se tildan de literatura de segunda. Recoge sus discursos en convenciones literarias o de aceptación de premios, y también las introducciones de los libros El mundo de Rocannon, Planeta Exilio, La ciudad de las ilusiones, El nombre del mundo es Bosque o La mano izquierda de la oscuridad. Sin embargo, en vez de hablar de las obras en sí, algo que no le gustaba hacer, se sirve del tema de fondo para reflexionar sobre el oficio de escribir, la creatividad, el capitalismo, el socialismo o el feminismo. Por si esto fuera poco, nos cuenta por qué releía una y otra vez El señor de los anillos o por qué consideraba a Philip K. Dick el Borges estadounidense, y ya se sabe que no hay mejor forma de conocer a una persona que dejarla hablar sobre lo que más conoce y quiere.
Con una sabiduría fuera de lo común y un humor sutil pero siempre presente, en El idioma de la noche, Ursula K. Leguin nos invita a bajar a las profundidades de su alma para buscar las respuestas a las preguntas que le planteaban los lectores y que se planteaba ella misma, como bien afirma Irene Vidal en la presentación de la obra. Y cualquiera que ame la literatura no puede menos que pararse a escucharla. Los seguidores de la fantasía y la ciencia ficción asentirán a cada una de sus palabras (al menos, yo lo he hecho: así lo demuestran las decenas de frases que he marcado para volver sobre ellas), y los que reniegan de estos géneros se darán cuenta de lo que se están perdiendo. A la gran Ursula K. Le Guin, sin ir más lejos.