Dos años han pasado desde la última vez que hablamos de Luis Zueco, un autor ya referente en el mundillo de la novela histórica, pero también, y eso es algo que no debemos olvidar, de las grandes intrigas; algo que parece ir especialmente vinculado a la historia de cualquier país, nación o reino.
Iniciábamos esta aventura con El Castillo, novela en la que veíamos el nacimiento y gran expansión del Reino de Aragón. Loarre, un castillo sin el que no hubiese sido posible la reconquista, ni el nacimiento de la España que hoy conocemos. La segunda novela fue La ciudad, una historia perfectamente entretejida que se desarrolla en la bella ciudad medieval de Albarracín.
Al parece ha dicho el autor que llega la hora de cerrar esta trilogía, así llamada aunque no comparte ni tramas ni personajes, ni tan siquiera se sigue en el tiempo, y lo hace con este libro titulado El Monasterio, que nos sitúa en esa misma época medieval por la que nos ha paseado en sus anteriores novelas. En concreto nos vamos al Siglo XIV y a uno de los más importantes monasterios del Cister, el primero en el Reino de Aragón, Santa María de Veruela, situando este último Thriller en ese impresionante Moncayo, azul y blanco, del que tanto hablaron los poetas. Esa gran montaña de más de 2000 metros de altura que es la separación casi natural de los reinos de Aragón, Castilla y Navarra. No es de extrañar que el Cister eligiera este enclave para Veruela, indaguen sobre los lugares en los que han dejado huella con sus extraordinarios monasterios, todos en entornos bellísimos pero sobre todo estratégicos.
Así que estamos en plena época de la llamada Guerra de los Dos Pedros, Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, además de todos contra todos, con incursiones de franceses e ingleses en la península para apoyar, según su propio beneficio, a unos u otros.
En este escenario llega hasta el monasterio el joven Bizén de Ayerbe, ayudante del Notario Real de Zaragoza, con el fin de reclamar los restos del infante Alfonso que reposan en el interior del monasterio. Algo que naturalmente no le podrán fácil ni el Abad, ni el Prior, ni ninguno de los que habitan en Veruela, cada cual por sus personales, misteriosas y oscuras razones. Uno de los monjes aparecerá asesinado y a partir de ahí empezamos a desentramar uno de los muchos misterios que esconde El Monasterio.
Una vez más el autor nos mezcla personajes reales con ficticios, y utiliza mucho de la tradición popular más oscura de la zona. Recuerden, y para ello pueden releer las leyendas de Becquer, ya saben que pasó un tiempo en ese monasterio, que el Moncayo y su zona de influencia ha sido siempre un terreno envuelto en temibles y terribles leyendas, incluso sigue existiendo en la actualidad Trasmoz, un pueblo en la falda de la gran montaña, sobre el que pesan, y así lo recuerda Luis Zueco en El Monasterio, terribles historias de brujería y aquelarres, habiendo sido excomulgado el pueblo entero y sus habitantes ya en el Siglo XII, llegando así hasta nuestros días.
El autor sabe mucho sobre estos temas y esta zona, pues no podemos dejar de mencionar que es de Borja, y si de algo saben los borjanos es de vino, de castillos, monasterios y de la influencia del Moncayo en su forma de vida… ¡¿He dicho vino?! Pues sí, este será otro asunto no ajeno a esta historia.
Un monasterio del cister era mucho más de lo que hoy entendemos como tal, entonces eran recintos amurallados que se convertían en auténticas ciudades donde se producía de todo para poder subsistir.
El libro tiene una potente trama dentro de lo que es estrictamente el interior del monasterio pero naturalmente la historia sale extramuros para poder llevarnos por la zona y mostrarnos la forma de vida de los lugareños. Quien ha leído ya alguno de sus libros sabe que son tramas que enganchan con facilidad al lector y le lleva de la mano por un tiempo pasado bien recreado.
Podría decirles que conozco bien la zona, de hecho ya siendo pequeña estuve de campamentos en un pueblecito llamado Vera de Moncayo, y ya saben que uno de niño es mucho más receptivo a estas cosas de brujas y de cuentos. Pero he vuelto al Moncayo muchas veces, y he estado en el Monasterio de Santa María de Veruela, una maravilla que no deberían dejar de visitar ahora que está completamente restaurado, creo que pronto se convertirá en Parador Nacional.
Donde no he estado nunca ha sido en Trasmoz, y debería, porque allí está la casa del poeta a la que he sido invitada en alguna ocasión, una edificación de piedra bajo el castillo que la Editorial Olifante compró al Ayuntamiento de Trasmoz, es una residencia de trabajo con estancias de un mes para poetas, los poetas que allí van deben ceder sus manuscritos y realizar algún encuentro con los vecinos… Igual que se invita a los poetas, yo les invito a todos ustedes a leer El Monasterio, y a visitar el Moncayo, y verlo desde las distintas perspectivas y orientaciones, y a visitar Veruela, y los pueblos de la zona, seguro que se acercarán a Borja y no se irán sin comprar algo de vino en alguna de sus bodegas. Yo, de momento, me voy a acercar a Trasmoz, no descarto que allí puedan vivir en directo algún que otro aquelarre 😉
Si no me falla la memoria, es por este autor que sabemos que en España ganamos por goleada al menos en el número de castillos que tenemos comparándonos con el resto de países de Europa.
Leerte, y apetecerme buscar un hueco lector para esta trilogía medieval, a ver si aprendo un poco de historia y de paso buscarme una excusa literaria para aterrizar de “turista” sabionda por toda esta región que tan poco conozco.
Seguro que disfrutaríamos haciendo un recorrido por los Castillos de España. Sí, este escritor es el Presidente de la Asociación de Castillos de España, y además ¡¡tiene un castillo muy chulo!!
La verdad es que los castillos nos cuentan mucho, por no decir casi todo, de nuestra historia.
Un abrazo !