En la ciudad japonesa de Nazumi, existe la curiosa tradición de ocultarse en una esquina y pedir una predicción a la primera persona que pase por delante. Las personas que hacen esto suelen encontrarse en una situación difícil en sus vidas, y, en su desesperación, se entregan así a las palabras al azar pronunciadas por un desconocido. Acostumbran a ser adolescentes que no saben qué decisión tomar respecto a la persona amada, pero de hecho cualquier persona puede pedir una predicción: ¿debo abortar? ¿Es el divorcio la única salida? ¿Cuándo dejará de torturarme mi hijo?
Con esta premisa, el japonés Junji Ito ha creado un estupendo manga del género de terror. Ito es uno de los maestros del manga, y los que no seáis aficionados a ese género de cómic, prestad atención a esto, porque no lo voy a repetir: el manga no es lo que parece. Es mucho más que un hobby para friquis disfrazados de fantoches. Es un auténtico universo literario, dentro del cual el de terror es tan sólo uno de sus diferentes géneros, y en ese universo se ocultan grandísimas obras literarias. Y quien os dice esto, hasta hace cuatro días era un furibundo antimanga.
Ahora, cerremos el paréntesis imaginario y continuemos con la historia que se nos narra en El muerto enfermo de amor.
Una adolescente se suicida tras recibir una predicción, y a partir de ese momento empiezan a circular rumores acerca de un misterioso chico que recorre las calles envueltas en niebla, soltando predicciones que acaban con la vida de quienes las reciben. Todo esto coincide con la llegada a la ciudad de Ryusuke, un chico que vivió allí hasta los seis años, cuando se fue a otra ciudad con su familia, cargado con una terrible y secreta culpa.
El número de suicidios empieza a aumentar, y los alumnos del instituto muestran un creciente rechazo hacia Ryusuke, de quien sospechan que se trata del misterioso y guapo chico del cruce, como se conoce al causante de las muertes. La policía interviene, pero con escasos resultados. La situación cada día es más grave, la niebla más espesa, y el terror más terrorífico. Pero Junji Ito consigue algo muy difícil en el género: regodearse en el horror y llevarlo al extremo, sin permitirnos en ningún momento la protección que nos proporcionaría la risa. La historia tiene escenas escalofriantes y personajes espeluznantes, pero el autor consigue mantener todos los elementos bajo control.
Podría pensarse que El muerto enfermo de amor está dirigida exclusivamente a un público adolescente. Si me conocierais, veríais que nada más lejos de realidad. Con un dibujo preciso, cuidado, oscuro y angustioso; con una atmósfera inquietante, y con unos retratos certeros y perturbadores, en esta historia de muerte, superstición y fantasmas, Junji Ito plantea algunas de las eternas cuestiones de la buena literatura: la culpa y su redención, el amor abnegado, el suicidio, la locura y la lucha entre el bien y el mal.
Si sois aficionados al manga de terror, estáis de enhorabuena. Si no, dejad a un lado vuestros prejuicios y animaos a disfrutar pasándolo mal.
¡Wao! La portada y el título me decían que lo leyera, pero en cuanto leí le primer párrafo de la reseña me enamoré.Necesito este libro.
-Andrea.
Me alegro de que te haya gustado la reseña, Andrea. El libro te gustará mucho más.
Un saludo