El paso de la hélice, de Santiago Pajares
Observa. Este libro, el que estás a punto de abrir, este con el que has aspirado el olor a nuevo, ese olor que nos identifica a todos los lectores que amamos las historias, está a punto de cambiar tu vida. Observa, y después cierra los ojos. Piensa en todas esas veces que un libro te ha hablado desde sus páginas, que te ha susurrado que te conocía, que sabía de tus pensamientos, que te ha ayudado en los momentos en los que no sabías muy bien cómo actuar. Ahora abre los ojos, abre su primera página, lee su primera frase, David llevaba tanto tiempo esperando que… y siéntete libre para que tu imaginación empiece a volar y ya no haya vuelta atrás. Ya has cambiado, has elegido, has forjado en gran parte tu destino, la vida que seguirá cuando continúes leyendo, y veas que la historia que guardan estas páginas hará que acabes los días como si ya no estuviéramos unidos a las horas sino a las letras. Sigue observando. Sé que lo ves. Comprendes que ya no puedes parar, que por mucho que lo intentes hay una especie de cadena que te ata a este libro, a El paso de la hélice que conseguirá arrancarte de la realidad y creará para ti un mundo completamente distinto, ese en el que vivimos los que estamos invadidos por el espíritu de las historias bien contadas, de las novelas que marcan un punto de inflexión, de los libros que, tras acabarlos, se convierten en amigos inseparables de los que no puedes dejar de hablar por mucho que pase el tiempo. Y lo sabes: has descubierto una segunda vida, como la de este libro, que cambiará los pequeños detalles de lo que habías vivido hasta ahora.
David es editor. Ama su trabajo, a su mujer, aunque no pueda verla demasiado. Todo cambia cuando su jefe le pide un favor que hará que su vida dé un giro: debe encontrar al autor estrella de la editorial. Por si no fuera poco, tiene una particularidad: nadie sabe quién ni cómo es. Su búsqueda le llevará hasta Bredagós, un pequeño pueblo, donde descubrirá qué hay de extraordinario en las personas, más allá de una simple historia.
La vida, contada en minutos, tiene en su interior historias que pasan desapercibidas y otras que, por numerosas razones, se te clavan dentro como si fueran ya parte de ti para siempre. Con El paso de la hélice sucede una cosa muy curiosa: empezar el libro significa que cambie tu vida. Y no es sólo por utilizar lo que la faja del libro expone de una forma más directa, sino que realmente cambia algunos aspectos de tu vida sin que te des verdadera cuenta. Sorprende no haber descubierto a Santiago Pajares antes, y haberme visto inmerso en esta increíble historia en la que la literatura es la gran protagonista pero que guarda en su interior algo mucho más grande de lo que pensaba en un primer momento. Son pocas las ocasiones en las que intento alargar los minutos todo lo posible para que la lectura no se acabe, al igual que son pocas las veces en las que la madrugada acecha pero mis ojos no pueden apartarse de una historia que va convirtiéndose en pequeña obra maestra mientras las horas van pasando y casi despunta el amanecer y se presenta saludándome, sin haberme dado cuenta de haber pasado toda una noche en vela intentando desentrañar los misterios que esta historia tiene en sus letras. Puede que sólo por eso ya identifiquemos que es esta una historia diferente, pero hay mucho más.
Leer debe, como una pequeña obligación, convertirse en un placer que uno no sabe muy bien cómo describir. El paso de la hélice es ese placer que puede parecer mundano, que puede parecer evidente, pero que olvidamos muchas veces mientras nuestros ojos van surcando las letras como pequeñas balsas que se ven azotadas por la tempestad. Santiago Pajares tuvo en su haber una historia y la compartió con todos nosotros. Yo no puedo estarle más agradecido. No sólo por esta novela, sino por la forma de escribir, por el ritmo tan dinámico que provoca escalofríos en un cuerpo pequeño como el mío, o incluso por haber creado personajes tan maravillosos como David, como Esteban, como Ángela, o como cualquiera de los que van sucediéndose en las páginas de su obra y que llevan siempre un pedazo de magia aparejados en las plantas de sus pies. Porque si algo tiene esta historia es lo mágico mezclado con lo real, lo mágico que da la literatura en nuestras relaciones, esas que nos hacen compartir, como lo hago en este espacio en el que escribo, una pasión en la que todos somos como hermanos. El paso de la hélice ayuda. Y lo hacen en congraciarme, de nuevo, con la literatura. En comprender que, después de mucho tiempo, vuelvo a entender por qué los libros son ese refugio en el que puedo convertirme en otro y en el que, por qué no decirlo, puedo ser feliz sin tener miedo a que desaparezca esa sensación. Gracias al autor, siempre, por hacerme comprender que la literatura, que su historia, es aquello que se necesita para, simplemente, vivir.
Gracias por tu resena! Transmites tanto…
Poco más puedo decir. Deseando estoy de dejarme “ayudar” por “El paso de la hélice.
Gracias de nuevo, y de antemano, porque estoy convencida de que regresaré a dártelas de nuevo por darme un último empujón a su lectura.
Un abrazo.
Y yo estaré encantado de que me digas lo que te ha parecido Cristina. Es un libro especial, no sabría bien decirte por qué, pero lo es, deja una sensación tan agradable dentro que sólo por eso, quizás, ya vale la pena (aunque lo vale por mucho más, claro)
Me encanta haber encontrado esta reseña justo hoy, como si fuera el destino, porque mi campaña personal de actualización en literatura española me ha hecho llegar a casa con este libro.
Gracias y un abrazo.
Ha sido uno de los descubrimientos de este año Zazou. Ahora espero hacerme con la bibliografía de Santiago. 🙂
Gracias por pasarte a decir unas palabras
Sergio, han pasado ya 3 casi años. Te toca leer una nueva novela de Santiago Pajares. No dejes que pase “La lluvia de Ionha” a tu lado sin echarle un vistazo; te sorprenderá, te atrapará y te devolverá, de nuevo, la pasió por la literatura.