El placer, de María Hesse

Tenía muchas ganas de recibir el libro que hoy reseño. Instagram y el marketing del sector editorial tienen la culpa, El placer es uno de estos libros que, sin haber sido todavía publicado, ya estaba por todas partes. Además, también había leído y visto en el Instagram de la autora, María Hesse, el proceso del libro y algunos avances de las ilustraciones que acompañan los textos y la idea me encantaba. Así que, como imagináis, mis expectativas en torno a este libro eran muy altas.

A María Hesse la conocí por la ya archifamosa biografía ilustrada de Frida Kahlo. Lo cierto es que me gustó bastante el libro y me encantó descubrir a esta ilustradora sevillana. Más tarde publicó la biografía ilustrada de David Bowie, que fue, y sigue siendo, todo un éxito y que ha sido publicada en un montón de países.

El placer es, sin duda, su libro más personal. En él María deja de ser esa contadora de las vidas de los demás (aunque también lo vuelve a hacer de manera más anecdótica) para centrarse más en la primera persona.

Llevo un rato dándole vueltas y todavía no sé muy bien cómo describir este libro. No es fácil porque aunque el hilo conductor sea, como cabría esperar, el placer femenino, María ha creado un libro un tanto misceláneo. A largo de sus páginas, la autora intercala una particular visión de la creación de la mujer, con pequeños apuntes sobre mujeres importantes por su compromiso con el feminismo y relatos en primera persona sobre sus propias vivencias en torno al placer.

Narraciones que van desde el descubrimiento de la masturbación, las primeras inquietudes sexuales o las primeras relaciones. He de decir que estos textos en los que María se desnuda y nos habla cara a cara sobre el desconocimiento, la empatía, la educación sexual y todo lo que aún queda por hacer son los que más me han gustado. Sin embargo, echo en falta más primera persona y menos datos en este libro. Al menos desde la perspectiva de una mujer adulta. El placer puede ser un libro maravilloso y bastante recomendable para las adolescentes que comienzan su despertar sexual, pero, en mi caso, se me ha quedado bastante pequeño su contenido. Ya os dije que mis expectativas eran muy altas y, al final, el libro me ha resultado más simple de lo que esperaba.

Esto que os cuento no le quita ni un poquito de valor a El placer. Me sigue pareciendo una genial idea, el resultado es bastante bueno, las ilustraciones brillantes y creo que siguen haciendo falta libros así de valientes. Eso sí, me encantaría que María Hesse tuviese en mente un proyecto todavía más sincero e íntimo que este y que se atreviese a publicarlo. Ese es el libro que yo realmente estaba esperando.