El poder del sentir en tu día a día, de Montserrat Clemente Alcázar y Francisco Rueda Hernández

El poder del sentir en tu día a día es un libro cuyo título y mensaje recuerdan – los mismos autores lo hacen notar- a una de las obras fundacionales de este género, si se puede llamar así a los libros de autodescubrimiento (que no de autoayuda): El poder del ahora, de Eckhart Tolle.

Como el clásico de Tolle, El poder del sentir en tu día a día emana directamente de la experiencia de los autores, del descubrimiento realizado en primera persona, el cual se intenta trasladar al lector, no tanto para convencerlo de nada como para mostrarle algo: un vislumbre de una experiencia y de un saber adquirido de primera mano que también pueden ser los del lector. Junto con ese mostrar viene también el ánimo y la invitación a que el lector se abra a esa experiencia. El poder del sentir en tu día a día no es, pues, un libro de argumentaciones ni de teorías, mucho menos de dogmas; tampoco es un compendio de consejos ni de técnicas, aunque sí se ofrecen constantemente pistas, llaves que abren la puerta para que después uno pueda desarrollar el trabajo personal acorde a su sentir (la autoobservación, cómo sobrevivir en un mundo de necios, el poder de la risa, de conectar con la naturaleza, el no hacer nada….); de hecho, hay un goteo constante de pinceladas en ese sentido.

Se trata de un libro rebosante de lo mismo que anuncia en su título: de sentimiento, de corazón, de experiencias que se quieren compartir. Su valor principal radica precisamente en esa apasionada y envolvente primera persona, que parte del singular y se extiende al plural: cada párrafo y cada página son una llamada al lector, un intento de identificarse con él y de que éste se identifique con el punto de partida de la transformación que describen los autores: cómo vivir más intensamente, o, mejor dicho, cómo vivir auténticamente la propia vida.

En El poder del sentir en tu día a día, la exhortación al lector, cariñosa y directa, comienza ya desde el título y no cede hasta el final. Con un lenguaje claro, sencillo y cotidiano, los autores describen diversos estados de ánimo o diversas formas de vivir; en esencia, se realiza la contraposición entre la vida como mera supervivencia o existencia y la vida auténtica. En realidad, las técnicas o pistas que se ofrecen recuerdan al lector que la capacidad de vivir auténticamente ya forma parte de nuestra naturaleza, con lo cual sencillamente se intenta hacer despertar esa habilidad que en mucha gente o en muchos momentos de la vida permanece anquilosada. Se contrapone a este tipo de existencia la vida auténtica, donde el ser humano vive en consonancia con su verdadera naturaleza, la cual no es otra que la dicha, la alegría de vivir, que son otras denominaciones del amor. Tratar de explicar esta transición mediante una mecánica o unas instrucciones sería tan artificioso como inútil, puesto que en realidad se trata de un regreso a lo que uno ya es. Algo que uno no aprende, sino que recuerda, a medida que está leyendo este libro y se va contagiando del entusiasmo y la sinceridad de los autores. No se puede fingir la alegría y la honestidad que rezuman estas páginas, y en ellas, los autores se convierten más en amigos del lector que en guías o instructores; nos hablan de tú a tú, no colocándose en un plano pretendidamente superior de maestros espirituales. Por eso, otra de las cualidades más positivas de este libro es que está totalmente libre de cualquier tonillo falsamente humilde de autor que, en el fondo, lo que quiere es vender su libro, su técnica, su escuela, su marca; Montse Clemente y Francisco Rueda no hacen otra cosa que hablarnos de sí mismos, pero, al mismo tiempo, su yo está completamente ausente, y, de ese modo, su experiencia y sus ganas de vivir se convierten en totalmente nuestras.