Siempre busco historias que me remuevan algo por dentro. Que lleguen a mi vida para decir «aquí estoy y vengo para quedarme», que me hagan ilusionarme y crecer por dentro como si fuera una flor en un día de primavera. Que sean inolvidables.
Normalmente no lo consigo. Leo muchos libros que, me gusten o no, pronto pasan al olvido. Nada más que me acuerdo de ellos cuando tengo que quitarles el polvo o cuando salen en alguna conversación y mi mente me recuerda que yo leí una vez esa historia.
Pero hay otras veces que sí, cuando mi instinto no falla y por fin me encuentro con una historia que promete ser todo lo que he puesto al principio. Y no solo lo promete, sino que lo cumple.
Hoy vengo a hablaros de uno de estos libros. Estoy escribiendo esta reseña y me están temblando las manos. Y no solo por la emoción —que también—, sino porque tengo tantas cosas que deciros sobre él que no quiero dejarme ninguna. Se trata de El precio de un ángel de cobre, de Marta Cerviño. Es el libro ganador del premio Gran Angular (de la editorial SM) de este año. Entre muchísimas historias, Marta ha sabido dar en el clavo, llegando así al corazón de los jueces de manera directa; y de todos los lectores que se embarcan en su historia.
La protagonista es Jimena, una joven que nunca ha salido de su casa. Vive en una enorme mansión, rodeada por un jardín inmenso, pero jamás ha cruzado la valla que separa su vivienda de la calle. Para eso, su vieja nodriza sale a hacer la compra y todas las cosas que sean necesarias para que Jimena no tenga que salir de allí. Pero un día aparece un buhonero, un hombre vestido con prendas estrafalarias que vende cosas traídas de lugares muy lejanos. El primer día que se presenta ante la puerta de Jimena, le ofrece una vela con una historia muy curiosa detrás. La chica, después de oír esa historia, no se lo piensa dos veces y le da muchísimas monedas por ella. A la semana siguiente vuelve a aparecer, esta vez trayendo un amuleto que también tiene una leyenda increíble detrás. Ella vuelve a hacer la misma operación y se la compra. Pronto su nodriza se da cuenta de que el dinero está desapareciendo y Jimena no se atreve a decirle que le está dando todas esas monedas al buhonero por cosas que sabe que no lo valen. Así que el próximo día, el hombre le pide otra cosa a cambio: su nombre.
Empieza así un libro precioso en el que cada capítulo nos hace irnos a un lugar del mundo donde hay una historia que contar. Las cosas materiales dejan de importar bien pronto. Jimena —y el lector— quieren saber más, más historias de esas que traspasan fronteras y que parecen imposibles. Jimena viajará así a través del mundo, a través de las palabras del buhonero, que pronto se da cuenta de que tras esa valla, tras esos ojos, vive algo mucho más importante que una cara bonita.
Decir que este libro me ha gustado sería quedarme corta. No os puedo trasmitir a través de estas palabras todo lo que he sentido leyéndolo, al igual que tampoco puedo describir las ilustraciones hechas por Núria Tamarit que acompañan a cada historia y que hacen que la experiencia de leer este libro sea completa.
El precio de un ángel de cobre es muchísimo más que un libro juvenil, es una historia para aprender, para deleitarse viajando por los paisajes que Marta Cerviño nos ofrece y que, como bien dice al final, ha visto con sus propios ojos, y también para entretenerse con las leyendas que ha ido recuperando de los años pasados. Cuando lo he terminado he sentido que un trocito de mí se había quedado para siempre entre estas páginas, he sabido con total certeza que cada vez que lo vea en la estantería acabaré sonriendo al recordar las leyendas que he leído en él. Y, lo más importante de todo, sé que algún día volveré para pasar un rato con Jimena y el buhonero y volveré a sentir aquello que sentí y que me recuerda por qué amo leer.
2 comentarios en «El precio de un ángel de cobre, de Marta Cerviño»