El primer verano de nuestras vidas, de Pat Conroy
De acuerdo, el detalle que me llamó la atención fue el diseño de la portada. Hay muchos colores, casas, mucho verde, un atardecer. Lo admito, también, que el título me resultó atractivo como una historia entretenida para leer en las tardes de verano. Sí, el hecho de que la banda de papel que rodea a la portada y a la contraportada dijera que el autor es quien escribió El príncipe de las mareas, también tuvo su peso. No es que haya leído ese libro pero sí vi la película en el colegio y la historia me impresionó bastante. Como una de las novedades que Grijalbo lanzó ya cerrando el 2010, El primer verano de nuestras vidas de Pat Conroy estaba destinado a terminar en mi biblioteca.
Nuestro personaje principal es Leo, más tarde conocido como El Sapo. Es el verano de 1969 y él es el repartidor de diarios de Charleston, en Carolina del Sur. Es un chico de dieciocho años, retraído pero servicial, feo y con un pasado triste que lo persigue constantemente. Su madre es la directora del instituto Peninsula, una mujer religiosa, estricta y no muy agradable con su hijo. Por el contrario, el padre de Leo es amigable, se enorgullece de él y es su único amigo. Porque Leo hace tiempo que perdió a su hermano mayor Steve, cuando él decidió quitarse la vida. Un hecho que partió el corazón de la familia y afectó a Leo.
Pero ese verano todo cambia cuando la insoportable de su madre lo obliga a tratar con Ike, Sheba, Trevor, Chad, Molly, Fraser, Betty, Niles y Starla. Ninguno de ellos tiene una vida tranquila: Ike es el hijo del entrenador negro del Instituto en una Carolina del Sur que se caracterizaba por la cruel división entre negros y blancos; Starla y Niles son hermanos huérfanos que se escapan de cualquier orfanato al que llegan; Betty es negra y también es huérfana; Molly es la novia de Chad y hermano de Fraser, hijos de una prestigiosa familia de la ciudad; Finalmente, Sheba y Trevor, los excéntricos gemelos criados por una madre borracha y un padre violento que los persigue a donde sea que vayan.
Es este grupo de amigos, quienes más tarde se reunirán para enfrentar una dura prueba que demostrará los profundos lazos trazados por una amistad que sobrevive al tiempo aún cuando el pasado quiere arruinarles su futuro.
Puede que en algún momento, me haya costado acordarme de los personajes teniendo a tantos orbitando alrededor de la vida de Leo. La narración es llevadera, simple. Creo que el autor abuso demasiado de los elementos que estaban allí dados y algunas cosas resultaban demasiado obvias. Pero justo cuando empezaba a desilusionarme, supo dar giros a la historia para que derivara en las explicaciones que ya me había olvidado de esperar que se dieran en el relato.
Es una novela entretenida, perfecta para relajarse en un día de calor y leer sobre un grupo de amigos allá en Charleston. Porque así como el diseño de la portada me atrapó a mí, en primera instancia, el amor que atrapa a Leo por su ciudad natal se hace evidente en cada palabra que utiliza para referirse a su lugar. Una linda historia de amistad que se cultiva de por vida.
Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)
Pues eso que dices tu en tu comentario, entretenida y poco mas, en algunos pasajes hasta se me hace pesada.
Un saludo
Pepe:
Entretenida es por la cantidad de historias que hay. Creo que en algunos momentos se vuelve predecible y por otro lado, hay escenas que se podrían haber suprimido y resuelto el libro mucho más fácil. Eso sí la vuelve más pesada.
Saludos.
Excelente! Uno de mis libros favoritos. A pesar de ser largo nunca se vuelve aburrido.
Gracias Marina por tu apreciación.
¡Enhorabuena que lo hayas disfrutado!