Algo huele a podrido en el reino de Kroesh. El príncipe Eosh acaba de nacer y el oráculo le augura un final trágico. La reina Levir se resiste a creerlo y cambia las palabras de la profecía para librar a su hijo de ese destino. Pero algo está verdaderamente podrido en el reino de Kroesh, por eso la reina Levir morirá dos semanas después de perpetrar semejante osadía. Con este inicio tan intrigante, da comienzo El príncipe Eosh, la novela juvenil de Carlos del Río.
Entre los múltiples géneros literarios que aborda El príncipe Eosh, juega un papel importante la novela de iniciación o aprendizaje, pues acompañamos a Eosh en su primera salida del castillo, en la que descubre que más allá de sus murallas existe un mundo totalmente distinto al suyo. Por supuesto, ese no es el único descubrimiento importante que va a hacer en Shyla, una de las colonias del reino de Kroesh. Eosh ya es adolescente, y en cuanto se tope con la perspicaz y desenfadada Yisher, lo embargará un sentimiento nuevo: el amor.
Tras esa escapada, será imposible que Eosh vuelva a ver su vida con los mismos ojos. Empieza a hacerse preguntas y eso lo lleva a cuestionarse las decisiones y silencios de su padre, el rey Mevor, y las arengas del resto de sus consejeros; pero, sobre todo, Eosh pone en duda la versión oficial de cómo murió su madre, quince años atrás, lo que hace que el reino entero se tambalee.
No se puede hablar de El príncipe Eosh sin destacar a su pareja protagonista. Es fácil conectar con la inocencia y pasión de Eosh, pero la que realmente cautiva es Yisher, que se encarga de romper todos los tópicos absurdos asociados a las damas. Juntos forman el tándem perfecto para lograr que Kroesh sea de nuevo un lugar alegre y libre.
El príncipe Eosh es una novela de iniciación con muchas aventuras, una bonita historia de amor, una sucesión de intrigas palaciegas salpicadas de escenas paranormales, y todo ello narrado con humor y protagonizado por personajes atractivos. Parecen ingredientes de sobra para que este libro atrape, pero Carlos del Río no se ha conformado con eso. El príncipe Eosh, a pesar de transcurrir en un reino ficticio y en una época remota, es un retrato crítico de cómo se manipula la información para alcanzar determinados intereses, de cómo se promueve el odio hacia los extranjeros para justificar invasiones y guerras y de cómo la creencia en dios (o en los dioses, en este caso) se convierte en el instrumento más efectivo para someter a los pueblos. Reconozco que me ha sorprendido gratamente que una historia medieval de reinos y batallas resulte tan cercana y actual.
Así que no me queda otra que desdecirme. Olvidaos de que es una novela de fantasía, de aprendizaje o de aventuras. Carlos del Río habla de temas universales, esos que nunca pasan de moda y que no pueden encorsetarse en géneros literarios ni en edades recomendadas. El príncipe Eosh es una novela de entretenimiento y reflexión de la que disfrutará gente de todas las edades y de todos los gustos.