El proceso

Reseña del libro “El proceso”, de Franz Kafka

El proceso

Es tan difícil hablar sobre Franz Kafka… Mejor dicho, es imposible hablar o decir algo nuevo sobre Franz Kafka sin hacer el ridículo. Por lo tanto, yo me abstendré (palabra muy recurrente hoy en día) de intentarlo hoy aquí, porque, además… ¿para qué? ¿Usted cree que es necesario? Pues eso.

Pero, para que esta ¿reseña? no le parezca a usted como un programa político (¿alguien ha visto alguno de esos estos días?), algo habrá que decir sobre El Proceso, una de las novelas más importantes (si no la que más, aunque uno siempre prefiera su literatura breve a sus novelas) y universalmente conocida del genio checo.

Pero, como todo está dicho ya sobre esa insoportable (y asfixiante) atmósfera que crea Kafka magistralmente en la historia del proceso judicial de Josef K., como todo está dicho también sobre la filosofía kafkiana respecto al ser humano moderno, sobre la alienación del hombre por un sistema incoherente, burocratizado, absurdo e inteligible, como todo está dicho ya sobre la influencia de su literatura en todo lo que ha venido después y, por lo tanto, como todo eso ya está dicho, yo voy a quedarme con la edición especial (¡pedazo de edición especial!) que hacen en este 2023 los amigos de Akal de este clásico de clásicos.

Porque, vamos a ver: no hace falta una edición especialmente cuidada para que usted y yo decidamos leer El Proceso de Kafka. Para nada. Por lo tanto, que una editorial (pequeña, no lo olvidemos) decida poner los dineros, el esfuerzo y los miramientos en este tipo de libros dice mucho de su trabajo, de su amor por los libros y de su opinión sobre qué es y qué no es un libro imprescindible. Así que, por todo eso (y por habérmelo hecho llegar, claro), enhorabuena y, sobre todo, MUCHAS GRACIAS.

Y es que tiene usted que creerme cuando le digo que esta edición, ilustrada por Fernando Falcone (que es uno de los dibujantes argentinos más reconocidos hoy en día) y editada en tapa dura de las de verdad, es un libro único (y ya no solo porque es Kafka). Así que ya sabe: ¡deje ya de buscar el programa político de tal o cual partido y rásquese el bolsillo de una vez! Hágase con una de esas novelas que no deben faltar nunca en la biblioteca personal de nadie que quiera distinguirse (al menos, un poco) de las morsas, de las serpientes o de las malditas piedras. Hágalo ahora o hágalo mañana, pero no se vaya a Torremolinos sin él.

No obstante, no quería dejar pasar la oportunidad de insistir y recordar (muy a mi pesar) la extraordinaria vigencia que sigue teniendo hoy en día la visión de Kafka sobre el mundo, esa perspectiva que se vino a llamar “lo kafkiano”, por la forma tan magistral que tuvo de mostrárnoslo.

El mundo es cada vez más inhóspito. Un monstruo cada vez más grande. Un gigante inabarcable que nos atenaza sin saber muy bien por qué y del que no podemos escapar. Un lugar que, de forma terrible y surrealista, aceptamos, al que nos acomodamos lentamente y del que cada vez entendemos menos cosas.

Y no voy a decir mucho más. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Si alguien en Literatura es de obligada lectura ese es, sin duda, Franz Kafka.

Si alguien en Literatura nos remueve, nos inquieta, nos exhorta o nos genera malestar y mucha reflexión, ese es Franz Kafka.

La corriente de voces y de emociones que salen de este libro y de todos sus textos seguirá inundándonos generación tras generación, porque Kafka es un maldito y tenebroso pepito grillo.

Sus inquietantes metáforas, sus oscuros personajes, sus pesadillas y su onírica literatura seguirá inspirando a cientos, ¡qué digo yo!, a miles y miles de escritores a lo largo de la historia.

Pero nadie podrá ser nunca Franz Kafka.

Y al final, como ve, he hablado más de la cuenta…y vuelvo a babear.

Discúlpeme.

Solo espero que mañana no me levante convertido en una maldita cucaracha.

Aunque quizás ya sea demasiado tarde para remediarlo.

O no.

(Muy pronto lo sabremos).

¡Y feliz verano, K.!

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