Tiene que apasionarte El Quijote para que pueda recomendarte el libro del que te voy a hablar. Sí, lo sé, sé que si eres un apasionado o apasionada de la novela de Cervantes te preguntarás si hay alguien a quien no le guste, yo pienso igual. Pero quizás lo hay, porque es un libro que impone, porque muchos lo tratan y lo enseñan como algo inaccesible o simplemente, porque todavía hay gente que no le ha dado una oportunidad. Alguien que sí se la dio y que a partir de ese momento no ha dejado de leerlo – porque hay libros que se continúan leyendo aunque hayas llegado a la última página y ya lo hayas cerrado –, es Javier Marías, uno de los autores españoles más importantes del momento y miembro de la Real Academia Española.
En El Quijote de Wellesley, el escritor madrileño nos ofrece las notas que escribió para organizarse el curso que impartió en 1984 en la Universidad de Massachusetts, concretamente del mes de septiembre a diciembre de ese año. Allí, rodeado de alumnas – ya que era una Universidad solo para mujeres –, Marías impartió un curso sobre la gran novela de Cervantes en unas aulas en las que años antes habían dado clases personajes tan ilustres como Vladimir Nabokov o Jorge Guillén.
El libro comienza con una nota previa del autor, donde nos cuenta su unión con esa Universidad – ya que fue la primera en la que enseñó su padre – e incluso la curiosa leyenda de que fue alguna de las alumnas de ese recinto la que inspiró a Nabokov su famosa Lolita. Sigue con el programa del curso – donde se incluyen incluso un par de hojas facsimilares escritas por su puño y letra – para pasar a la parte central, la que de verdad engancha. En ella, Marías sigue el programa que él mismo se planificó y en cada día programado deja un comentario, a veces muy breve y otras lo suficientemente extenso como para poder llamarlo un ensayo breve, pequeñas joyas sin afán literario que os harán disfrutar mucho por todo lo que contienen. Seguro que estáis conmigo si digo que El Quijote tiene innumerables lecturas y es por ello que si te gusta la obra siempre estás dispuesto a leer o escuchar la propia de otro. En este caso, tenemos la oportunidad de conocer cómo la veía en aquella época Javier Marías, quien reconoce en el mismo libro que no ha variado mucho su visión desde entonces.
Por último, Marías nos regala una oda a este maravilloso libro de escasas dos páginas donde reivindica esa vivencia y contemporaneidad que tiene siempre El Quijote. Si es cierto que al empezar puede parecer que vayas a tener delante unas pautas a seguir muy resumidas o esquemáticas, también lo es que a medida que avanzas en el libro te vas dando cuenta de todo lo que contienen estas notas, y lo mejor, de todo lo que les queda por sacar. Eso es lo que parece que Javier Marías te dé como obligación tras la lectura del libro, el encargarte tú mismo de ampliarlas. Eso sí, siempre con El Quijote entre las manos. ¿Cómo, si no?