El secreto del colibrí, de Ana Alcolea

El secreto del colibrí dolradoEs curioso que siempre que me acerco a Ana Alcolea es capaz de emocionarme, y lo mismo da que me hable desde la llamada literatura para adultos, como me pasó con Postales coloreadas,  con El Maravilloso mundo de la ópera , de iniciación a la música, o como en el caso de estos libros juveniles, a los que a mí me gusta llamar “libros familiares” porque son accesibles para compartir entre todos los miembros de una familia.

Son lecturas que, de la misma manera que crean diálogo cuando se utilizan como material escolar para abordar infinidad de temas actuales, son fuentes que generan conversación entre padres, hijos, hermanos y abuelos… Quizá porque en muchas ocasiones no encontramos la forma de abordar temas complicados con nuestros hijos y un libro de Alcolea puede dar pie a ello en cualquier entorno familiar.

El secreto del colibrí dorado es, como les decía, un estupendo libro para leer y comentar con la chavalería, pero es sobre todo un libro bello, cuidado hasta el mínimo detalle por Anaya, desde la portada, donde el artista e ilustrador David Guirau ha puesto color a la literatura en plena complicidad con la autora, hasta la narrativa, donde Ana Alcolea nos demuestra, una vez más, que premios como el “Cervantes Chico”, por poner un ejemplo de los muchos que la autora posee, no son un hecho casual y que su trayectoria sigue siendo de gran calidad y máximo respeto con el lector.

En este caso, volvemos a retomar la vida de actores ya conocidos por todos como los jóvenes Carlos y Elena , o los padres de éstos, en particular Marga y Federico que regresa de uno de sus largos viajes… Y Paquita, la viuda del abuelo de Carlos, a la que el paso del tiempo le ha hecho dependiente, el Alzheimer ha aparecido en su vida, y como nuestras vidas ahora son tan complicadas como para ocuparnos directamente de nuestros mayores, es una mujer llamada Amelia, guatemalteca, quien se encarga de cuidarla y vive con ella ¿Les suena el tema?

Me encantan los libros como El secreto del colibrí dorado en los que los autores utilizan a personas mayores que hablan de forma directa, sin filtro, también suele pasar con los diálogos familiares, donde, por lo general, tampoco ponemos filtro a nuestras palabras que en muchas ocasiones pueden ser durísimas, y dichas con esa sensación de que en este entorno se puede herir sin consecuencias… Pero cualquiera sabe que las palabras pueden doler tanto a aquel al que van dirigidas como a quien las ha dicho y reflexiona luego sobre ello. Lo bueno de la familia es que siempre está esa rara capacidad de perdón que solo puede salir del amor que nos tenemos los unos a los otros…

No puedo dejar de pensar en frases como esta que nos deja la autora:

“Los padres son los únicos que nos quieren por lo que somos y por lo que no somos…”

Amelia es una mujer muy especial, nacida en la selva de Guatemala, donde ha dejado a sus dos hijos y con el dinero que gana aquí pueden acceder en su país a un colegio, me ha gustado mucho ir conociendo la historia de esta mujer, al fin y al cabo es la historia de muchas mujeres que todos conocemos porque han estado y están ahí cuidando o ayudándonos a cuidar de nuestros mayores o de nuestros hijos, sí, esas mujeres en manos de quienes ponemos las cosas y sobre todo a las personas que más nos importan…, por no profundizar aquí y ahora sobre las condiciones laborales en las que trabajan.

Es curioso como hay temas que son iguales independientemente del lugar y tiempo en el que suceda: El enamoramiento, las dificultades que pueden acarrear cuando ambos no son del mismo grupo social, pero también siéndolo… Cada uno necesita ser amado y amar pero seguir siendo uno mismo y cumpliendo sueños propios. La mujeres sabemos cada vez más de eso.

La vida cambia y con ella están cambiando nuestros problemas: El cuidado de los mayores, de nuestros hijos, la independencia de las mujeres, el acoso, la importancia de la educación, la diversidad familiar, el respeto a las tradiciones y a la ecología… Para ir afrontando todos estos cambios es importante educar, educar, educar, y para educar es importante hablar, hablar, hablar en casa, hablar en los centros escolares, hablar entre amigos, hablar con los libros… Y si tienen suerte, hablar también con los creadores de literatura y de filosofía…

Ya ven, me leo un libro de Ana Alcolea y ya me entran ganas de coger, como hace ella, una maleta y recorrer todos los centros escolares de este país para poder hablar de todo esto con la chavalería, sus educadores y profes y naturalmente con sus padres. Leer, reflexionar y conversar ¿Hay algo que nos humanice más?

P.D.: No podía dejar de decir que con la compra de este libro se colabora en proyectos humanitarios en Guatemala… Así que gracias a ANAYA, y a la autora, Ana Alcolea, por su compromiso y gracias naturalmente a todos aquellos que os animéis a participar en este proyecto a través de la compra del libro.

3 comentarios en «El secreto del colibrí, de Ana Alcolea»

  1. Me dejas sin palabras después de leer las tuyas, tan generosas. Qué lectura tan hermosa,profunda y personal, como siempre haces. Como decía ayer Irene, habría que clonarte. Una legión de lectores críticos nos haría mucho bien, como sociedad, y a cada uno como individuo.
    Infinitas gracias, tantas como aleteos de colibrí.

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    • Los libros al llegar al lector se convierten en algo personal entre escritor y lector, eso es lo que me pasa con este tipo de libros En los que abordas temas tan de actualidad que surgen de los escritores que miráis el mundo sobre el que escribís. Siempre un placer leerte y un honor que te acerques hasta aquí, momento que aprovechamos para mandarte un abrazo de todo el equipo y naturalmente de esta lectora.

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