El señor Pip, de Lloyd Jones
Hoy empiezo esta reseña con el corazón aun encogido. Y es que he de reconocer que hay guerras que me han pasado desapercibidas, ¡Hay tantas!. Y hay lugares, como las islas Bouganville, que ni siquiera hubiese sabido colocar en un mapa mudo; un lugar donde hoy sé, porque gracias a este libro me ha interesado su historia, que en la década de los ochenta, hace tan sólo unos años, se perdió para siempre ese estereotipo de isla del Pacífico, con paisajes exuberantes y una profunda tranquilidad, para ser un isla corrompida por una terrible y sangrienta guerra civil que llevó al cierre de sus Minas de Cobre. En el momento más álgido del conflicto bélico la isla sufrió un inhumano e insoportable bloqueo, nada llegaba a la isla, ni siquiera medicamentos, ropa o comida. Justo antes del bloqueo sale un último barco en el que se marcharán todos los trabajadores de las minas y todos los hombres blancos que en la isla se encontraban. Todos menos uno: El Señor Watts.
Y en esta dolorosa situación bélica, conozco a Matilda, la niña, hoy mujer, que nos irá narrando su historia; y a Dolores, su madre; y al señor Watts, quién a su vez me ha presentado al Sr. Pip, que resulta ser el protagonista de “Grandes esperanzas” de Charles Dickens.
Pero nada más diré, por ahora, de mis propias lecturas.
Esta historia me ha gustado, me ha gustado mucho leerla, ver como la literatura puede hacer más llevadera la vida. Dicen que cuando uno no tiene nada, absolutamente nada, siempre le quedará la imaginación para poder evadirse y hacer más soportable la cruda realidad. Pero es imprescindible que para poder despertar esa imaginación alguien nos muestre el camino hacía esos otros mundos.
Lo que más me ha gustado de este libro, que os recomiendo vivamente, es que invita a interesarte y descubrir lo que ha sido la verdadera historia de la isla Bouganville, y cuando te acercas a ella compruebas, como siempre pasa con las guerras, que la realidad puede superar a la ficción. En este pequeño libro no encontraremos recreación en los horrores de la guerra, sólo lo justo, aquello que queda en la memoria de una niña de trece años.
Bougainville es un conjunto de aproximadamente cuarenta islas que comprende Papua Nueva Guinea (PNG), un país ubicado al norte de Australia en el Pacífico Sur, y que se independizó de Australia en 1975. Bougainville recibió su nombre por el explorador francés Louis-Antoine de Bougainville, que desembarcó allí en 1768.
La isla tiene una larga historia de influencia extranjera y, quizá por ello, de sentimientos indígenas exaltados. Y que la protagonista de esta historia sea una niña, tiene su importancia al hablar de esta isla, pues un grupo de mujeres fue quien, con riesgo de sus propias vidas, realizaron una protesta pública durante el bloqueo. La mujer que lideraba la marcha, Anastasia La Pointe, se enfrentó verbalmente a los comandantes de los ejércitos. Un mes después, mujeres de Selau, en el norte de Bougainville, realizaron una marcha y pidieron que cesaran las hostilidades, lo que hizo que, por fin, comenzaran las negociaciones de paz.
La sociedad tradicional de Bougainville es matrilineal: la línea de las mujeres determina el parentesco, la herencia y los derechos sobre el uso de la tierra. Y un refrán local dice: “Las mujeres son las madres de la tierra”.
Este libro, que en un primer momento nos puede parecer divertido y dulce, y que resulta ser duro y amargo, me llamó la atención al verlo reseñado por Ale en Blibliobulimica´s.com, que a su vez, hacía referencia al blog de Lammermor, al que, llena ya de curiosidad, también acudí. Gracias a ellas he descubierto esta estupenda historia que mezcla de una forma exquisita realidad y ficción, una de esas historias bien contadas que saben quedarse alojadas en el alma del lector.
Esta novela obtuvo, muy merecidamente, el Premio de la Commonwealth y fue finalista del Premio Man Booker.
Una vez más, con este libro, he retornado a mis queridas lecturas, esas que me dejan alguna que otra herida, y más preguntas que respuestas.
He leído tu reseña con mucho interés y, como siempre, has conseguido que el libro me interese. Otro más para mi lista interminable.
Mis primeras experiencias lectoras se parece mucho a las tuyas, yo también me inicie con El Quijote y Platero y yo. Fue a partir de la adolescencia cuando me sumergí de lleno en la lectura y hasta ahora no he parado.
Me alegro mucho de saludarte de nuevo.
No es de extrañar que tengamos tan buen “filing” (Creo que la palabra en castellano no existe)y que, en general, nos gusten las mismas lecturas, parece que como dices hemos tenido los mismos inicios; yo, con Juan Ramón Jiménez y su “Platero y yo” descubrí que se podía escribir poesía en prosa.
Coco, yo también me alegro muchísimo siempre de poder saludarte.
Un abrazo!
Tampoco yo voy a dejar de leerlo. Se nota que te ha gustado mucho, sabes transmitirlo, así como poner en los que te leemos el gusanillo que nos hace acercarnos a la historia narrada. Es curioso, porque nada más leer el título me he acordado del Pip de “Grandes esperanzas”, de Dickens, otra razón para no perdérmelo.
Muchas gracias por tus recomendaciones.
Un abrazo
Victoria
Muchas gracias a ti Victoria!
Muchas veces sabemos, por el control de entradas, que muchos leen las reseñas, pero ni te imaginas la ilusión que me hace ver un comentario; sobre todo, como bien dices, en un libro que tanto me ha gustado y transmitido.
Espero que lo disfrutes mucho y que te animes a ir dejando tus comentarios cuando leas alguno de ellos.
Un fuerte abrazo!!!
Otro libro que me apunto a la lista de “pendientes, no dejar de leerlos”, junto con Chocolat. Yo leo despacio y saboreando y releyendo párrafos, con lo cual la lista de pendientes va creciendo a más velocidad de lo que yo puedo “devorarla”. Menos mal que viajo mucho en metro, y gano tiempo para la lectura. Terminé Firmin y aunque disfruté del genio del autor me dejó triste. Para compensar recomiéndanos algo divertido cuando puedas…¡Gracias, Susana! Y gracias por tu visita a mi blog, me alegro de que te guste mi trabajo. Un abrazo, Susana-también.
Hola Susana!
Veo que todos tenemos esas interminables listas con deberes de lectura, la mía es infinta (hay tantos libros!!).
Me alegra que te gustase Firmin. Este también es un libro muy manejable para poder llevar en el metro.
Tendré que pensar en un libro divertido!!! Leíste “Una revolución pequeña” es un libro que ya reseñé hace algún tiempo y con el que me divertí mucho. Pero claro que buscaré para tí un libro divertido y bueno para reseñar.
Claro que me gustan mucho tus ilustraciones, yo que soy muy torpe para eso, disfruto mucho con el arte que soís capaces de crear los ilustradores.
Gracias por tu comentario y… un abrazo !!!
A penas ando por aqui, y la verdad es que me estoy perdiendo muchas reseñas pero no doy abasto la verdad, me ha gustado tu forma de enfocar la reseña de este libro que yo tambien descubri en los dos blogs que mencionas, en algun momento habre de leerlo, pero la verdad es que ahora ando un pelin liada, quien sabe si despues de mediados de julio tengo más tiempo
Susana:
con mucho retraso vengo a leer tu entrada y espero me disculpes, se me han amontonado muchas cosas por hacer y el tiempo que puedo dedicar a internet ha disminuído mucho. Ando un poco caótica.
Pero vengo te leo y te digo que me encantó tu reseña, así escribí yo también la mía sobre este libro: con el corazón encogido.
Yo tuve una maravillosa maestra encargada de la biblioteca de la escuela primaria (de 6 a 12 años) y ella me enamoró para siempre con la lectura. Siempre me contaba qué había aprendido de el libro que me recomendaba, y en donde yo estudié, uno tenía que entregar un reporte de lectura donde expusieras que te dejaba a tí, en qué te había cambiado. No sólo me hizo lectora, sino incipiente escritora.
A mi, al igual que a tí, siempre un libro me deja el gusanito de querer investigar más sobre lo que leo ¿dónde está eso? ¿cuándo sucedió? ¿que pasa que no me lo enseñaron en la escuela? leer siempre es un regalo porque ayuda a ensanchar mente y corazón.
¡Gracias por tu reseña! y espero que acerque a más personas a este libro tan bello sobre el poder redentor de la lectura, la enseñanza (¡todos tenemos algo que compartir a los demás! eso me queda del libro)
Un beso,
Ale.
Carmina, me alegro de que aunque vayas mal de tiempo te hayas pasado a ver al Sr. Pip (jejej). Sí Carmina, este es un libro que no te debes perder, estoy segura de que te gustará mucho. Tenemos un grave problema que compartimos: La falta de tiempo.
Espero que algún día, de alguna forma podamos remediarlo; pero tal como están las cosas y pensando en que es posible que nuestra generación no se pueda jubilar hasta los 70 (salvo revolución de por medio), lo veo muy difícil.
Un fuerte abrazo!
Sí, Ale, es curioso que, como le decía a Carmina, todas vamos muy mal de tiempo.
¡Y yo que pensaba en ir una temporada a tu país a desestresarme! Jajajaja.
Gracias por compartir con nostros tus inicios lectores. Coincido en que todos tenemos algo importante que compartir con los demás.
Y gracias a ti por descubrirme este libro que tanto me ha gustado y que por cierto, estaba en la biblioteca de mi pueblo desde su publicación pero había pasado por las novedades en su día sin pena ni gloria y ya estaba guardadito y durmiendo en las estanterías interiores. Será uno de los libros que recomendaré el próximo curso para el Club de Lectura, y espero poder contaros la experiencia.
Un fuerte abrazo!
Solo una pequeña observación, si me lo permites, entiendo que el mapa que acompaña a la reseña no es correcto, no es la isla de la que estamos hablando. Un saludo
Juan
Creo que tienes toda la razón Juan, así que he realizado la corrección del mapa y espero haber acertado ahora. Muchísimas gracias por tu comentario, y sobre todo por esa puntualización.
Un abrazo !!!
Hola, Susana. Este es uno de esos libros que te preguntas por que ha pasado tan desapercibido.
Tienes razón, y mira que ha tenido importantes premios y que por los blogas lo he vista también reseñado pero …, yo creo que es un libro extraordinario y es por ello que tenía tantas ganas de poder hablar de él en mi club de lectura. Por fin le ha llegado la hora!
Gracias por tu comentario y… Un abrazo!
Un amigo me recomendó el libro que reseñas y me motivé a buscar más detalles de él, así encontré tu reseña, la cual me deja muy motivado para empezar a leerlo. Concuerdo en lo que afirmas, que a partir de la lectura empiezan a formularse preguntas del entorno de dónde se vive y de porqué antes no se había dicho nada de ello. Me gustó mucho tu reseña.
Este libro lo estamos leyendo en el Club de Lectura en el que participó desde hace unos años. Me ha encantado leerlo y comparto todo lo que comentas sobre el: los personajes que contiene, los temas que plantea, los valores que promueve, la mezcla que hace de realidad y ficción y sobre todo la valoración que hace de la figura del maestro y de la lectura como medios de apertura al mundo, a otras realidades que permiten trascender la propia. ¡Cuánto me hubiera gustado haber encontrado esa guía en mi juventud! Ha sido mi jubilación y la participación en este club de lectura los que me han facilitado y entusiasmado por la lectura. Gracias a todos los amantes de los libros que ayudáis a que otros descubramos ese pozo de sabiduría y aventura. Un abrazo