Reseña del cómic “El Sueño”, de Simon Spurrier y Bilquis Evely
The Sandman es una obra fundamental para entender el porqué de todo lo que escribiría a posteriori Neil Gaiman. En la historia de la desaparición del dios del sueño Gaiman vertió todas las locuras, manías y genialidades que luego volveríamos a ver en obras como American Gods o Los hijos de Anansi. The Sandman es un cómic que trasciende sin muchos problemas la época en la que fue publicado y llega hasta nuestros días tan fresco y original como en el preciso momento en que salió a la venta. A fin de cuentas, lo que Gaiman nos explicaba no era solo un relato donde todo tipo de folclore se daba la mano para crear una historia coral, no era solo el secuestro de Morfeo (creando así una suerte de falta de sueños y esperanzas en los humanos), era sobre todo la compleja historia, de cariz metafísico, de una familia disfuncional. Sí, dioses, pero a fin de cuentas familia. Los personajes, profundos, moldeados con mimo de progenitor, eran una parte esencial del todo.
Retomar el mundo de The Sandman, aunque sea desde una perspectiva alejada o con un spin off que simplemente tome algunos aspectos, debe acojonar de lo lindo. El anuncio de Universo Sandman, con nuevos guionistas escogidos por el propio Gaiman, dio esperanzas a los ávidos lectores. De este universo donde Morfeo es regente surgieron cuatro series: La casa de los susurros, Los libros de la magia, Lucifer y El Sueño. Es este último cómic, en una versión integral publicada por Ecc y que contiene el especial inaugural The Sandman Universe núm. 1 y las 20 entregas de la serie, del que os hablaré de forma pormenorizada.
La historia se repite, o al menos en su inicio: Daniel, El Señor de los Sueños, ha abandonado su reino. El primero en percibir la desaparición es Lucien, bibliotecario, narrador de historias (incluida una gran parte de la que hoy nos ocupa) y fiel servidor de Morfeo. Aunque los demás habitantes del lugar no tardan en advertir de que algo muy jodido está ocurriendo más allá del muro de la vigilia. Cielo y tierra se agrietan, y de los desgarros, extraños invasores sin mente ni deseos se cuelan en manada. Y luego está ese extraño artefacto que flota en el aire, sin forma ni destino definido. Y a todo esto hay que añadirle a Dora: una excéntrica muchacha, con alitas en la cabeza, capaz de meterse en los sueños de otras personas y de entrar y salir del reino a su antojo, algo solo a la altura de los dioses. El primero en indagar más allá de los sueños será Matthew el cuervo. Su breve y veloz viaje a través de las diferentes realidades servirá para presentarnos las diferentes series que forman Universo Sandman y que anteriormente he enumerado. Un sucinto preámbulo para conocer guionistas y artistas, un teaser trailer para hacernos una idea de los diferentes caminos que escogerá cada trama.
El guionista encargado de poner patas arriba el reino de El Sueño es Simon Spurrier, escritor prolífico con trabajos en su haber como Doctora Aphra, Hellblazer o el soberbio cómic de La Aguja. El Sueño le sirve como laboratorio para poner a prueba todo su potencial creativo. Spurrier exprime al máximo todo el folclore habido y por haber, con el objetivo concreto de crear analogías de la vida cotidiana o para poner de manifiesto la importancia de la narrativa, de las historias y del poder que ejercen sobre la vida humana. Spurrier se atreve con personajes que en la obra principal eran simples, aunque carismáticos, secundarios (como Lucien o Merv Cabeza de Calabaza) y los pone al frente de decisiones complejas y de momentos decisivos. Por ejemplo, en el capítulo Los Cimientos, Merv toma una decisión irrevocable para intentar acabar con el vacío de poder que hay en el reino. El monólogo inicial sirve para ahondar más en la psique del personaje y para mostrarnos uno de los temas principales de la obra: la lucha entre lo viejo y lo nuevo, el intento de arreglar un desaguisado en solitario con una única visión del problema y la capacidad de amarnos a pesar de todos nuestros defectos.
“Roto no es lo mismo que sin valor.”
En el apartado artístico la dibujante Bilquis Evely realiza una tarea única y sublime. La estética está cuidada al milímetro, detallista y bellamente adornada. Con un diseño de personajes elaborado, así como paisajes como el propio reino de El Sueño, El Inframundo con todos sus demonios y la extraña normalidad de la realidad. El dibujo de Bilquis Evely, aunque personal, mantiene la esencia de la obra original consiguiendo que los lectores sientan una suerte de feliz morriña. Pero, a pesar de todo lo dicho, el punto fuerte en lo visual está en la composición de cada una de las más de 500 páginas de las que se compone la obra. La fantasía se une a lo fascinante y lo misterioso en páginas que aprovechan todo el potencial del medio. Para rematar, el colorista Matheus Lopes utiliza una paleta variadísima, brillante y explosiva brindándonos la sensación de realmente estar en ese reino de los sueños.
En resumen, El Sueño resulta un spin off de The Sandman más que loable, con una narrativa compleja donde lo alegórico y lo onírico hablan de temas muy terrenales y con un apartado visual tan bello y extraño que perderse entre las viñetas es soñar con los ojos abiertos.
“Hay que centrarse en las historias, no en los finales.”