El Talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith
Señoras y señores, les pongo en contexto: hablamos de un libro que se publicó allá por el 1955, la época de la presidencia de Eisenhower en EEUU, el mismo año en que Disneyland abre sus puertas y también el año de la dimisión de Churchill en Gran Bretaña. Época de grandes acontecimientos y grandes esperanzas que latían aquí y allí después de la resaca de la Segunda Guerra Mundial. Época que bullía de nuevos ricos, de las primeras generaciones bien asentadas en las que algunos de sus hijos podían permitirse el lujo de vivir a costa de sus padres…
Y ahí es donde empieza esta historia. Dickie es un joven americano que se está pegando la gran vida por Italia, mientras que se busca a sí mismo entre soleados días de playa y tardes a la sombra de un Martini (agitado, no revuelto, claro). Sus padres andan un tanto mosqueados porque parece que en vez de ir a encontrarse a sí mismo para madurar y volver hecho un machote, el chaval se está pegando la vida padre y no tiene muchas intenciones de volver a la dura vida neoyorquina. En ese escenario aparece Tom Ripley, un caradura con mucho talento para los números. Apenas conoce a Dickie, pero viendo la posibilidad de un viaje con todos los gastos pagados a la antigua Europa, se hace pasar por un buen amigo y accede a la petición de los padres de interceder por la vuelta del hijo pródigo.
A partir de aquí todo se lía con la homosexualidad latente de Tom y el encanto innato de Dickie, que desemboca en cierta obsesión del primero por el segundo y se mezcla con la presencia de Marge, la sexy amiguita americana de Dickie que se convierte en la tercera en discordia. Seamos claros. Con cualquier persona normal, todo esto hubiese terminado rápidamente con un par de discusiones, un billete de vuelta a EEUU, y una parejita que continúa felizmente en Mongibello. Pero Tom Ripley no es cualquiera. es bastante más insistente que cualquiera, bastante más inteligente que cualquiera y bastante más psicópata que cualquiera. Y Patricia Highsmith se encarga de contárnoslo con una maestría envidiable.
“El Talento de Mr. Ripley” (o “El Talentoso Mr. Ripley”, si lo traducimos literalmente) es un thriller psicológico. Bueno. Corrijo. Es un gran thriller psicológico. Y Tom es quizás uno de los mejores exponentes de lo que un psicópata debe ser. Ahí va el manual del perfecto psicópata según Patricia Highsmith:
- Todo psicópata que se precie debe tener una visión muy particular de las cosas. A ser posible debe darle muchas vueltas en su cabeza y “montarse sus películas”.
- Todo psicópata es adorable hasta que la cosa se tuerce. Lo malo es que siempre se tuerce.
- Si se tuerce, es que hay un problema. Por supuesto, el psicópata nunca cree ser la raíz del problema.
- Para enderezar la cosa, todo psicópata debe actuar.
- Actuar significa dejar de ser adorable y eliminar el problema. El problema a veces es una persona.
- Todo psicópata debe tener su ratito de remordimiento.
- Ese ratito será el suficiente para auto convencerse de que las circunstancias le han obligado a actuar así.
- Volvemos al paso 1.
La autora se introduce como nadie en la psicología del asesino. ¿Qué es lo que pasa por ella para convertir a una persona inteligente y amable en un meticuloso asesino? ¿En qué punto confluyen cordura y locura? ¿Cuál es el punto en el que, analizando fríamente la situación, se decide que la mejor solución es el asesinato? Y si llegamos a esa solución como el que trata de resolver un problema de aritmética, ¿qué remordimiento nos va a quedar si estamos seguros de que era la mejor salida, de que no había otra? Creo que eso es lo mejor del libro. Descubrir la fina frontera entre la cordura y locura de un asesino. Lo poco que nos separa a todos de serlo.
La novela se adereza además con una trama que nos mantiene en vilo por la sensación continua de persecución, de caza entre el gato y el ratón. De situaciones al límite para huir de las pesquisas de la policía.
En fin, creo que más tarde o más temprano, me leeré el resto de la serie de Mr. Ripley. Y es que la autora retomó a su personaje 15 años más tarde, en Ripley Under Ground (1970), y desde ahí publicó hasta tres títulos más con Tom como protagonista.
Veremos si sigue a la altura.
Francisco Sanchez Cid (francisco@librosyliteratura.es)
No soy una gran lectora de novela negra, pero tal como me lo has contado no tendré más remedio que leer esta que me ha parecido muy interesante, y recomendarla a aquellos del club de lectura que siempre me piden buenos títulos de este genero.
Es una apuesta segura para cualquier club de lectura. Así que yo creo que acertarás.
La verdad es que Patricia Highsmith es una de las autoras más conocidas de este tipo de literatura, aunque cualquiera te recomendaría al “padre” de este género: Raymond Chandler. Los personajes de sus libros han dado lugar a alguna de las mejores películas de Humphrey Bogart y Robert Mitchum.
Hola Francisco. Recuerdo haber visto la película hace ya un tiempo, y la verdad es que me gustó, aunque había algo, creo que precisamente eran las actitudes de Tom, que no me terminó de convencer.
Pero ahora leyendo tu reseña, y viendo tu opinión acerca de esta novela le voy a dar otra oportunidad a la historia, esta vez en formato de papel.
Saludos
Muy buenas Darío, y gracias por tu comentario.
Si la película que viste es la de Matt Damon, creo que efectivamente a su papel le falta algo para terminar de convencer. Entre otras cosas porque Tom Ripley debía ser un tipo extremadamente encantador. Un cautivador nato, del que nunca te esperes que sea un psicópata. Y esa forma de encandilar a la gente de su alrededor… creo que no la consigue Matt en la película.