El tiempo de los héroes, de Javier Reverte
Aviso para navegantes; tenemos ante nosotros otra novela sobre la ya tan manida Guerra Civil Española. Esto es lo que muchos habrán pensado al enterarse de la salida al mercado de “El tiempo de los héroes”, del escritor madrileño Javier Reverte. Sin embargo, es el propio autor el que nos quita esa idea con una frase cargada de razón; “Toda nación que cuenta con una gran epopeya en su historia tiene el deber de crear literatura sobre ella”.
Javier Reverte nos ofrece una biografía novelada de Juan Guilloto León, más conocido como Juan Modesto, un miliciano republicano miembro del Partido Comunista Español que durante la Guerra Civil alcanzaría el grado de General, y cuya personalidad caló hondo entre sus tropas. La acción se sitúa en marzo de 1939. El Gobierno republicano de Juan Negrín, con la Guerra ya perdida, prepara en un pueblo de Alicante su salida del país. Allí llega Juan Modesto y demás militares para prepararlo todo. Jugando con los tiempos, Javier Reverte nos cuenta la vida del militar, desde su infancia en el Puerto de Santa María, hasta el final de la contienda.
Acostumbrados a deleitarnos con los libros de viajes del autor, esta vez no vamos a explorar lugares inhóspitos, ni a conocer a tribus africanas tan arcaicas como entrañables. Vamos a viajar a lugares que resuenan en la mente de muchos españoles sin haber estado, como son Brunete, Belchite o Paracuellos del Jarama. Lugares que recuerdan la locura vivida en nuestro territorio entre 1936 y 1939.
Javier Reverte pinta a Juan Modesto como un auténtico guerrero. Un hombre con corazón, leal a su ideario, contestatario con sus superiores pero fiel a ellos como un perro. Comunista de acción, que prefiere luchar por un mundo mejor en una trinchera antes que en un despacho. Un hombre de la calle inteligente y con humor, enamoradizo y entregado. Alguien con muchos defectos, pero cuyas virtudes no pueden ser más que alabadas. En definitiva, un héroe y un hombre respetado, no sólo por sus amigos, sino también por varios de sus enemigos.
Con “El tiempo de los héroes” he vuelto a recordar las lecciones sobre la Guerra Civil que aprendí en el instituto. Bien es cierto que en bachillerato se dedicaba apenas un tema a la contienda, mientras que aquí tenemos más de 600 páginas repletas de detalles. Como siempre, la forma de narrar de Javier Reverte hace que lo que a los 16 años fue un fastidio, ahora se convierte en un aliciente. El libro está plagado de crónicas de guerra de batallas como la del Jarama, Belchite, Teruel o la decisiva Batalla del Ebro.
Su historia se construye no sólo con hechos, sino también con personas. En el libro nos encontramos con escritores como Rafael Alberti, periodistas como Ernest Hemingway o Robert Capa, políticos como Santiago Carrillo o Dolores Ibárruri y muchos de los brigadistas internacionales que conformaron el Batallón Lincoln. Pero sobre todo está formado con piezas de los muchos militares hoy anónimos que perdieron su vida en una cruenta batalla. Es el caso de Jaime Lavalle, para mi uno de los personajes con los que el escritor mejor refleja lo que supuso la Guerra Civil Española para los soldados que lucharon en ella.
Ahora bien, alguno de vosotros seguro que os estaréis preguntando. ¿Es Javier Reverte fiel a lo que ocurrió en la Guerra Civil? ¿Está “El tiempo de los héroes” fuertemente politizada? ¿Todo lo que cuenta el autor es verídico? Yo no soy un experto en historia, y es probable que algún historiador encuentre muchos fallos en este libro. Por eso es interesante tras disfrutar de una gran novela, leerse el epílogo del libro, donde el autor nos resuelve la mayoría de preguntas que nos hacemos al leerlo. En él encontramos una frase que detalla a la perfección el sentido de la novela:
“Pienso sinceramente que, discurriendo entre el mito y la realidad, la vida del general republicano Juan Modesto Guilloto muy bien pudo haber sido como aquí se relata. En caso contrario, que lo enmienden los historiadores”.
Yo por mi parte, no puedo hacer otra cosa que quitarme el sombrero una vez más ante un maestro como Javier Reverte. Ya me había ganado como escritor de viajes; ahora, tras “El tiempo de los héroes”, lo ha hecho también como novelista.