Normalmente no suelo leer las sinopsis de los libros que me llegan. Voy un poco a la aventura y lo hago porque me he dado cuenta de que la sinopsis no es el libro, que muchas (la mayoría) engañan. Para bien o para mal. Pero cuando me llegó este ejemplar lo estuve hojeando un buen rato, dándole vueltas entre mis manos, leyendo el resumen, la biografía del autor… vaya, algo que no hago jamás. Y al leer el contenido de una de sus solapas no pude aguantar más y me metí en materia. Necesitaba leerlo cuanto antes.
El libro del que os hablo es El tiempo está próximo, de Noel Pérez Brey, autor toledano que ya ha ganado algún que otro premio literario y que es responsable de la Revista Literaria Visor. Noel nos propone algo muy interesante: un puñado de historias que pudiera parecer que no tienen nada que ver entre sí, pero que al final siempre dan pie a que la siguiente se pueda desarrollar. Los personajes se van entrelazando y en un relato encontramos como protagonista a uno secundario que apareció en el anterior. Así hasta formar un círculo curioso y, sobre todo, intrigante. El lector se da cuenta de esto muy pronto: cuando llega al segundo relato y ve a un personaje que salió en el primero ya intuye que esto es como la historia de Pulgarcito, que va dejando garbanzos para no perderse. Y esto tiene una consecuencia inevitable, la de que el lector, al estar dentro de un relato, intente adivinar quién será el que protagonice el siguiente. Porque puede ser cualquiera, el que menos te esperes. Eso ha sido divertido, porque cuando le he pillado el truco he estado intentando adivinar quién era el que iba a protagonizar el siguiente. Y adivinad qué. No lo he conseguido ni una sola vez.
Siempre que me enfrento a un libro de relatos cortos o de narrativa breve intento identificar uno de ellos para que se convierta en mi favorito. Y me ha pasado algo peculiar con la obra de Noel, y es que cada vez que leía uno me decía a mí misma: “este, este va a ser el elegido”. Pero luego llegaba al siguiente y cambiaba de idea, porque ese me parecía más brillante que el anterior. Eso ha hecho que este libro me pareciera fascinante y que se convirtiera en una de las mejores lecturas que he tenido últimamente. Y sí, no estamos ante un autor consagrado ni ante alguien que tiene una larga lista de libros publicados. Pero sí estamos ante un experto en cuanto a narrativa breve y eso se demuestra en cada relato, en cada página. Y, sobre todo, en la sonrisa boba que se me ponía cada vez que descubría una nueva historia.
La narración es genial. Divertida porque está llena de sarcasmo y a la vez agónica, ya que juega a la repetición creando una atmósfera enrevesada que hace que el lector hasta contenga la respiración mientras lee un relato. Estoy pensando en uno en concreto, protagonizado por una señora mayor que va a celebrar el cumpleaños con su familia. Hay tres cosas que la atormentan: un picor en la oreja, un tembleque en las piernas y un calor asfixiante que intenta calmar abanicándose con su mano. Mientras relata la historia de su cumpleaños, estos tres elementos van intercalándose infinidad de veces en la narración; el autor los va mencionando sin cesar, causando en sí un círculo un tanto angustioso que hace el que el lector no pueda parar de leer. Y no penséis que con eso de “angustioso” estoy intentando dar un aire denotativo a su narración, en absoluto. ¡Todo lo contrario! Es lo que más me ha gustado de este libro, el que el autor jugara con mi mente a su antojo, llevándola de un lado a otro sin parar, sin dejarme que me centrara en la historia, porque al final, y eso solo entendemos al final, la historia, aquí, es lo de menos.
Y me fascinan los libros en los que la historia es lo que menos importancia tiene, porque eso demuestra que me daría absolutamente igual lo que el autor me contara mientras lo siguiera haciendo de la forma que lo hace. No estoy diciendo que las tramas estén mal, tampoco quiero malos entendidos con eso, pero quiero decir que si en vez de contarme que la señora estaba celebrando su cumpleaños me contara que la señora estaba en un entierro, ¡me hubiera dado exactamente igual! Porque creo que la magia de este libro está en la capacidad que tiene Noel Pérez Brey de hacer de una historia corriente algo excepcional.
No sé, o este libro me ha pillado con las defensas bajas o de verdad tengo una joya entre las manos, porque os juro que no se me ocurre ni una sola palabra mala para El tiempo está próximo. Me han gustado sus personajes, sus tramas, su narración, su ortografía… ¡todo! Y, ¿sabéis cuál es el verdadero problema que hay aquí? El no saber qué puñetero libro leer después.
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