El valle de las sombras, de Jerónimo Tristante
Hace dos años “conocí” a Jerónimo Tristante. Su inspector Víctor Ros me cautivó en su primera aventura, titulada “El misterio de la calle Aranda”. Su segunda entrega, “El caso de la viuda negra”, está esperándome desde hace tiempo en mi biblioteca personal, pero antes de eso se me ha colado otro libro del mismo autor, llamado “El valle de las sombras”.
Esta novela, de tintes históricos y sin el inspector como protagonista, nos desplaza hasta un lugar de la sierra de Madrid llamado Cuelgamuros. Acaba de terminar la Guerra Civil y el Caudillo ve en ese paraje el lugar idóneo para construir su mausoleo faraónico, que pasará a la historia con el nombre de “El Valle de los Caídos”. José Antonio Tornell, preso republicano y antiguo policía es sacado de la cárcel para trabajar en el campamento que se encargará de construir tan magnánima obra. Por el bando de los vencedores, Roberto Alemán es enviado al lugar para investigar unos temas bastante oscuros.
Un buen día, un misterioso suceso rompe la “paz” establecida en el campamento. Un preso aparece muerto y Tornell lo achaca a un asesinato, algo en lo que Roberto Alemán, pese a encontrarse en el bando contrario, también piensa.
“El Valle de las Sombras” puede parecer a primera vista una novela negra. Es más, todo aquel que lo lea encontrará todos los ingredientes de este género con el que tanto disfruto. Un asesinato, un asesino por descubrir y un detective (en este caso dos) dando lo mejor de sí mismo para resolver el misterio. Pero esta novela de Jerónimo Tristante tiene un trasfondo mucho más completo.
El escritor murciano va más allá, intentando dar a la historia un toque más humano. De primeras recrea el ambiente del campamento de una manera espectacular, familiarizándonos desde el principio con el funcionamiento, los grupos y la idiosincrasia del mismo. A su vez, Jerónimo Tristante hace un poco de memoria recordando fragmentos y rescoldos de lo que significó la Guerra Civil en esa época de finales de los 30’s y principio de los 40’s, sin caer por ello en tópicos recurrentes o en el morbo barato, más propio del cine que de la literatura.
Mientras resolvemos el misterio que moldea “El valle de las sombras”, iremos conociendo un poquito más del presente y del pasado de Tornell y Alemán, que forjarán una bonita amistad, resistente incluso a las ideologías más contrapuestas. Para mí, la verdadera historia de este libro radica en el acercamiento de dos personas tan desiguales, que ponen en evidencia una vez más que la Guerra Civil Española no fue más que una guerra entre hermanos, una guerra sin sentido.
Pese a todos los halagos, “El valle de las sombras” tiene algún que otro punto débil. La historia recorre sus primeros pasos de forma bastante lenta, llegando a pensar en ocasiones si a Jerónimo Tristante no se le olvidaba que tenía entre manos un asesinato que resolver. La lentitud se agrava en ocasiones con pasajes repetitivos, sobre todo en lo que a cavilaciones de los protagonistas se refiere.
Pese a este último párrafo, “El valle de las sombras” lo termino con un gran sabor de boca. “El misterio de la calle Aranda” me valió para conocer a Jerónimo Tristante, mientras que el libro de hoy me sirve para refrendar la buena imagen y el buen nombre que se está forjando el escritor en el panorama nacional, que sin duda me llevará a disfrutar de nuevo de Víctor Ros en un tiempo, espero, no muy largo.
LO MEJOR: La historia humana de Tornell y Alemán.
LO PEOR: En ocasiones lento y repetitivo
César Malagón cesar@librosyliteratura.es
Tengo ganas ya de probar con Jerónimo Tristante, aunque después de revisar tu reseña sobre “El misterio de la Calle Aranda”, creo que va a ser esa con la que me inicie.
Me gustó tu reseña; muy interesante que rescates que lo importante del libro surge de esa amistad entre personas con ideologías tan diferentes; la verdad es que por la tapa pensaba en un libro muy diferente; saludos!
Óscar: Jerónimo Tristante es de lo mejor en cuanto a novela negra española. Seguro que si lees algo suyo te gustará su personaje Víctor Ros.
Roberto: Es interesante la resolución del caso pero como digo en la reseña, lo que más me gustó mientras leía era la amistad entre Roberto y José Antonio
Saludos