El vigilante del fiordo

El vigilante del fiordo, de Fernando Aramburu

el vigilante del fiordo

 

En Buenos Aires tengo (y en el ordenador aquí en España, por supuesto) unos 360 relatos de todo tipo: historias cotidianas, ficción, textos llenos de cursilerías, algún que otro cuento interesante, etcétera. Cumplir mi sueño de publicar un libro de relatos hizo que comience a corregirlos y a colocar en una carpeta aquellos que puedan considerarse buenos; de esos 360 escritos, solo pude seleccionar unos treinta, de los cuales seguramente descartaré otros diez. Es que más allá de mi obsesión por la corrección infinita, lo que ocurre es simple y concreto: escribir relatos no es fácil. A diferencia de una novela, donde se pueden rellenar espacios con descripciones y aventuras, en un cuento todo debe encajar perfectamente, porque cualquier fallo se nota más, porque gusta o no gusta. Recuerdo novelas que, al terminarlas, las definía así: “No me gustó demasiado, pero tiene fragmentos, capítulos y frases dignas de ser recordadas” De un cuento no se dice eso. Repito: te gusta o no te gusta. Funciona o no funciona.

Para mí, la gran mayoría de los relatos que Fernando Aramburu nos trae en El vigilante del fiordo, gustan. Funcionan. Alguno de sus relatos no me gustaron, pero eso sí, ninguno de ellos me dejó indiferente. Aramburu sabe contar, y eso se agradece mucho, ya que uno pone mucha ilusión antes de leer un cuento, y resulta muy difícil seguir leyendo si el primero o el segundo nos disgusta.

Es importante destacar que sus relatos abarcan diferentes temas, pero que en general uno va transitando por ambientes en los que las palabras sangre, muerte, ancianos, paso del tiempo, angustia y miedo, entre otras, siempre están presente de alguna u otra manera. Y eso es solo una parte, porque en el universo Aramburu, también nos encontraremos con conmociones íntimas de todo tipo, que van desde el dolor, pasando por el drama, la miseria, en síntesis, lo atroz y mucha veces absurdo de la condición humana; en Chavales con gorra, una pareja va de ciudad en ciudad escapando de alguien que los persigue; nunca sabemos quien o quienes son los perseguidores, (si es que realmente alguien les sigue los talones) pero la sensación que me dejó el relato es la de la capacidad del escritor para hacer comprender el miedo que puede poseer una persona al sentirse acorralado: terminé sintiendo que me seguían a mí, y todo en apenas cinco páginas. En La mujer que lloraba en Alonso Martínez, nos encontramos con un hombre que todos los días de la semana ve a una mujer en el metro; ella llora sin parar, siempre, pero el hombre no se atreve a hablarle, aunque tampoco puede dejar de pensar en ella, con las inevitables consecuencias que provocará en su corazón; ¿qué descubrirá si se anima a hablarle? El cuento, muy abierto, me dejó una sensación de angustia e impotencia total, además de una conclusión muy personal, relacionada con la tortura.

La decadencia social, el humor y la crítica a la iglesia se hacen presente en Mártir de la jornada, donde viviremos una jornada con un hombre al que le pasan todas las cosas malas, una detrás de la otra; no me gustó demasiado el cuento, pero me hizo reír un poco y sentir piedad. Como verán, con cada final de los relatos las sensaciones afloran, gracias a la capacidad de transmitir emociones que posee Aramburu; Mi entierro es el relato más corto del libro y cuenta la historia de un hombre que asiste a su propio entierro; termina rápido, al igual que la muerte al llegar, y uno se queda con ganas de más, como pasa con la vida; ¿morir será como lo cuenta este relato? Dios quiera que no…

Siguiendo adelante, nos encontramos con un relato verdaderamente excelente, divertido y romántico: en Nardos en las caderas un hombre y una mujer, ambos mayores de edad, son presentados luego de que su hija y sobrino, respectivamente, pactaran una cita por Internet; ninguno de los dos quiere saber nada acerca del encuentro, porque ya se sienten viejos y dicen no estar para esas cosas. El final es tan inesperado que ya les aseguro que no es el que están imaginando. Nardos en las caderas posee muy buenos diálogos, excelente conocimiento de la vejez y un estupendo humor sutil, de lo mejor del libro. En El vigilante del Fiordo presenciamos dos líneas de tiempo; en una vemos a un hombre que es enviado a vigilar un fiordo por el que podrían pasar terroristas; su misión es la de alertar en caso de presencia peligrosa; por otra parte, la historia transcurre en un manicomio, donde está recluido este mismo hombre y desde donde viaja a través de sueños al mismo fiordo en una especie de regreso al pasado (si es que alguna vez estuvo) a través del cual intentará encontrar redención por errores cometidos que, entre otras cosas, según comenta, llevaron a la muerte de su madre; es el relato más profundo y complejo del libro, que disparará conclusiones diferentes a cada lector, pero que no dejará indiferente a ninguno.

Lengua cansada es un retrato genial sobre los sufrimientos que debe soportar un niño de padres separados; el niño se va de vacaciones con su padre, un verdadero inmoral, asqueroso y viejo verde, con el que vivirá problemas tras problemas; en tanto, las comunicaciones con su madre son un repertorio clásico de los diálogos de padres separados con sus hijos, en el que, más que preocuparse por la creación de ambos, se interesan más en hacer quedar mal a su ex pareja. Genial y divertidísimo: y muy actual. Por último, Carne rota se presenta como un emotivo y duro mosaico sobre los atentados del 11M; una serie de historias de personas, unidas por la última palabra, conforma una gama de vivencias muy bien escritas, cada una de ellas en torno al trágico día que vivió Madrid y el mundo.

En síntesis, recomiendo los relatos de El vigilante del fiordo a todos aquellos que ya leyeron otros libros de Fernando Aramburu, pero también a todos los que, como yo, lo leímos por primera vez, sabiendo automáticamente que no será la última.

8 comentarios en «El vigilante del fiordo»

  1. Roberto, ¡muy buena reseña!Es muy difícil escribir una de un libro de cuentos.
    Me encantan los ejemplares que reúnen varios relatos, como este, asi que sin duda lo agrego a mi lista.
    Un saludo grande.

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  2. Creo que tienes mucha razón en que los relatos cortos han de ser muy buenos para que realmente impacten al lector, en una ocasión ya os conté que no me gustan demasiado, pero lo que está claro es que me he topado en la vida con muchos que no terminaron de decirme nada. Ültimamente voy adentrandome más en este tipo de relatos y ya he leído y reseñado algunos realmente buenos. Así que probaré también con este que me ofreces y ya te contaré.

    Un abrazo y, Suerte con tus relatos!

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  3. Hola,
    en esta ocasión no estoy de acuerdo con tu reseña. Me parece un conjunto de relatos muy pobre. Es cierto que Aramburu sabe manejar muy bien el lenguaje, pero los cuentos de este volumen son bastante flojos. Para mí, solo se salva “Lengua cansada” y “El vigilante del fiordo”.
    Me he tomado la licencia de enlazar mi opinión, para que haya contraste.
    Saludos.
    Carlos.
    http://conlmayuscula.blogspot.com/2011/07/el-vigilante-del-fiordo-fernando.html

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  4. Gracias por tu comentario! La verdad es que me costó la reseña, pero logré terminarla; no fue un libro que me gustó tanto, aunque como son varios relatos, algunos de ellos me gustaron tantos que la balanza fue positiva; saludos!

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  5. Susana: te recomiendo “Doce cuentos peregrinos” de García Márquez.

    Este que reseñé hoy no es mi preferido, pero tiene algunos relatos, como Lengua cansada” que es genial!

    Pd: gracias por la buena onda sobre mis relatos!

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  6. Gracias por tu comentario! La verdad es que me parece genial que no concuerdes con mi crítica; igual si te fijas, yo aclaro que no todos los cuentos me gustaron y algunos me dejaron aburrido; pero creo que en ellos hay varios que se destacan, como los que marcás vos; yo le agregaría “Nardos en las caderas” que me encantó; ahora me voy, pero esta noche pasaré a leer tu reseña con mucho gusto! saludos!

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  7. Por la crítica que haces de que hay relatos que no merecen la pena, no voy a arriesgarme mucho con este libro. Si lo encuentro por la biblioteca le daré una oportunidad, y así leerme sobre todo esos relatos que marcas, que pintan muy bien. Gracias por la sinceridad a la hora de reseñar.
    Besotes!!!

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  8. Margarita: La verdad es que yo siento que hay muchos libros mejores, que en su conjunto éste no es el mejor, pero que sin embargo es injusto que uno no lea dos o tres cuentos que posee que sí son geniales; vale la pena, no todo, para mí, pero también es verdad que cada uno tiene sus gustos; gracias por firmar! Saludos!

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