Según la sinopsis, la novela corta Elástico de sombra, del escritor colombiano Juan Cárdenas, cuenta como don Sando y Miguel, dos maestros de esgrima del machete —un antiquísimo arte marcial defensivo de origen incierto, que cultiva la fortaleza y la virtud—, salen tras el rastro de los «juegos de las sombras», unas técnicas de combate casi olvidadas y, de paso, pretenden averiguar si el «Elástico de sombra», la más especial de todas, pues permite luchar en la absoluta oscuridad, es real o solo un cuento. En su camino, se cruzarán con algún duende y escucharán historias de brujas y otros seres fantásticos, entretejiendo así los relatos orales del Cauca (suroccidente de Colombia) que se han transmitido generación tras generación. Y como a mí me encantan las leyendas y la tradición oral, me animé a emprender este viaje junto con estos dos veteranos macheteros. Pero lo que me encontré fue mucho más.
En la nota liminar, el autor pone de relieve algo que también figura en la sinopsis y que había pasado por alto: Elástico de sombra es, ante todo, una reivindicación histórica y social: «Con este libro espero contribuir a la memoria y al presente de las luchas negras de toda América». Pero no tomé conciencia de lo transcendental de este mensaje hasta bien avanzada la novela.
Lo primero que me maravilló fue la prosa de Juan Cárdenas. Yo tengo debilidad por la literatura latinoamericana en general, y este autor es un claro exponente, pues sabe escoger la comparación o la metáfora ideal para cada momento. No me sorprende que en 2017 se le reconociera como uno de los mejores narradores latinoamericanos menores de treinta y nueve años. Pero, a medida que avanzaba la lectura, lo que comenzó siendo una aventura de tres, los dos macheteros y Cero, un escribidor blanquito que investiga cosas de negros y al que algunos le acusan de apropiación cultural, Elástico de sombra se convirtió en una historia poderosa, en un grito de resistencia.
Los personajes hablaban de la esclavitud de sus antepasados, cuando los blancos los convirtieron en «negros», en simple mercancía, y las reflexiones para enmarcar se sucedían: «No somos los propietarios, somos los cuidadores, los guardianes de estas tierras. Los que sabemos cuidar de la vida. Y por eso nos atacan, por eso nos persiguen, por eso nos desplazan y por eso nos matan. Porque ellos, este Gobierno, donde encontraron guarida los descendientes de quienes esclavizaron a nuestros tatarabuelos hace cuatro siglos, hoy son agentes al servicio de una gran máquina global de muerte». «No nos equivoquemos, esto ya no es solo una lucha por la propiedad de la tierra, es la lucha por la defensa del planeta en su totalidad».
Con esta novela, Juan Cárdenas, al igual que los protagonistas, pretende recuperar la tradición oral y la memoria histórica del Cauca para borrar las barreras raciales basadas en mentiras y desprestigio que el hombre blanco lleva siglos inventando para garantizar su derecho a la dominación de los indígenas y sus territorios. Únete a la causa leyendo Elástico de sombra, pues tener presente el pasado y derribar prejuicios es la mejor forma de resistencia.