Reseña del libro “Electra”, de Jennifer Saint
Lectores, seguro que si os paráis a pensar en los personajes griegos que perduran en vuestra memoria, en las figuras de los mitos que se han quedado en vuestro recuerdo después de los años, solo os vienen nombres masculinos a la mente, ¿a que sí? Teseo, Hércules, Aquiles, Prometeo, Ares, Apolo, Zeus… Pero, ¿qué hay de las mujeres? Las connotaciones que tenemos de las que son algo conocidas son bastante negativas. Ellas, las mujeres, eran las que provocaban guerras, las que metían las narices donde no debían, las secundarias, las que no tenían importancia. Lo eran porque sus maridos, hijos y dioses estaban por encima de ellas. Ellos eran los conquistadores, los vencedores, los que merecían quedarse en el recuerdo de la gente, ¿no?
Pues no. Y debo darle las gracias fervientemente a Jennifer Saint por hacer lo que ha hecho. Y ya van dos veces. El año pasado, su prosa me cautivó con Ariadna, libro que disfruté al máximo y del cual podéis leer mi reseña en este blog. Ella me hizo vivir y sufrir la vida de Ariadna, la de su madre y su hermana. Unas vidas, las de las tres, limitadas y truncadas por culpa de los hombres y los dioses. Y me hizo comprender la importancia de las acciones de estas mujeres en la mitología, en su propio destino y en el de los que las rodeaban. Sin ellas las cosas no hubieran sido como luego fueron, y sin embargo pasaron sin pena ni gloria, como arpías y manipuladoras, como meras distracciones de los hombres.
Gracias, Jennifer Saint, por escribir sobre ellas, por hacerme llorar y sentir a mí y al resto de lectores, al resto de amantes de la mitología. Gracias por acercarnos a ellas, por recordarlas y sobre todo por volver a regalarnos un nuevo libro, Electra, donde heroínas olvidadas y repudiadas se hacen notar y nos hacen sufrir con ellas.
Tres mujeres: Clitemnestra, Casandra y Electra. Una magnífica y necesaria narración a tres voces que nos sitúa en la mente y la vida de cada una antes, durante y después de la Guerra de Troya. Tan diferentes entre sí y tan similares en los distintos aspectos que iremos descubriendo. Tres vidas marcadas por la posición social, las circunstancias, la familia, el destino, los hombres y los dioses. Tres historias que me han llegado al alma gracias a esa increíble forma de contar que tiene la autora.
Sinceramente, antes de leer este libro yo conocía los nombres de nuestras tres protagonistas y era capaz de ubicarlas, pero poco más. Por eso, sentí una gran curiosidad por lo que este libro podría ofrecerme, por conocer a fondo a las tres y a otras mujeres de la mitología griega que también hacen acto de presencia aquí, como Helena de Troya o Hécuba. Y puedo deciros que ha superado mis expectativas. De hecho creo que Electra debería ser una obra de obligada lectura, pues en ella podemos comprender los actos, pensamientos y sentimientos de mujeres importantes que fueron castigadas, maldecidas y relegadas a un segundo plano sin piedad. Y sin embargo nos han hecho creer durante siglos que los que merecían ser recordados eran los hombres, los héroes. Pero no nos engañemos. La autora nos quita la venda y nos abre los ojos liberándonos de ese yugo para que suframos con Clitemnestra, Casandra y Electra, para que experimentemos todo lo que les pasó, sus decisiones y las consecuencias.
Sus historias son distintas pero la autora consigue que el lector empatice al máximo con cada una gracias a los capítulos alternos en primera persona llenos de sentimiento que te transportan de golpe a Esparta, Micenas y Troya. Además, tanto el prólogo como el epílogo me pusieron la piel de gallina y me emocionaron.
Las tres son diferentes entre sí, pero comparten el hecho de no ser la favorita, de ser una más en su familia. Clitemnestra siempre a la sombra de su bella hermana Helena. La ambición de Casandra y su anhelo por las profecías, por ser escuchada, será su perdición. ¿Y Electra? Su amor por su padre le hará perder la cabeza… Así, las tres experimentarán la traición, el amor, el miedo, el odio, el arrepentimiento y las fatales consecuencias.
Así que, sin lugar a dudas y después de todo lo dicho, Electra se convierte en una de mis mejores lecturas de los últimos años por todo lo que la autora me ha hecho sentir al permitirme conocer en detalle a estas tres figuras poco conocidas de la mitología griega, al permitirme sufrir la dureza y crueldad de sus vidas así como las injusticias de un heteropatriarcado aplastante que arrasa con las voces de aquellas valientes que buscaron su lugar en el mundo.