En el lago de los Bosques, de Tim O’Brien
Confesaré algo. Desde que soy pequeña siempre me han incomodado los magos. Es por esa sensación de que continuamente se están quedando con uno o de que al menos no son del todo honestos con nadie. Eso no me gusta. Tampoco lo otro. Que se escape todo tanto a mi control. Con todas esas preguntas que formulan al aire. Sobre todo el cómo. Sin respuesta. Y es que en el peor de los casos no se me da nada bien no saber. Así que los rehúyo si puedo evitarlos. El problema está cuando aparecen por sorpresa. O por arte de magia, en este caso. Y no te queda más opción que asistir al espectáculo.
Porque si algo tiene “En el lago de los Bosques” es que es todo un espectáculo, al menos literario, protagonizado por un niño, John Wade, que soñaba con ser un mago. Aunque eso no es lo primero que te cuentan. Lo primero que sabes es el final. Que el niño, que ahora es adulto, acaba de perder las elecciones primarias y ha alquilado con su esposa, Kathy, una casa cerca del lago. Y que poco después ella desaparecerá. Como en uno de aquellos trucos en los que una mujer se metía en una caja que se tapaba con una tela y después de clavarle muchos cuchillos por todas partes abrían la caja y no había nada. Ni sangre, ni cuerpo. No exactamente así, pero casi. Y a partir de ahí las hipótesis, los testimonios, los acontecimientos, lo que se sabe y tal vez lo que no. ¿Acaso la mató él y escondió el cuerpo? ¿O fue simplemente un accidente? ¿Salió a nadar en medio de la noche y se ahogó? ¿Pudo perderse en aquel inmenso lago? ¿O solo quería huir de aquella vida de la que empezaba a estar cansada?
Una excelente historia de suspense, a partir de la cual su autor, Tim O’Brien, escarba en la memoria de su complejo personaje y construye sus sentimientos. Porque sí, los sentimientos también se construyen. Son los trucos. Y pareciera que él se divirtiera desmenuzando el amor. Y lo otro diferente al amor. Y también la guerra. Porque cualquiera que haya leído antes a este autor (“Las cosas que llevaban los hombres que lucharon”) entenderá que Vietnam es un sentimiento en sí. Pero también un recuerdo difuso, el que su protagonista trata por todos los medios de manipular para hacerlo soportable, con lagunas y borrones, deformando el hilo de su relato hasta que este se vuelve confuso incluso para él.
Así, poco a poco, pieza a pieza, O’Brien logra construir en “En el lago de los Bosques” un puzle de recuerdos en el que se mezclan el pasado y el presente, como si todos los acontecimientos pudieran llegar a ocurrir en un mismo momento. O marcaran inevitablemente nuestros actos. Porque la verdad siempre vuelve y nadie puede cambiar el curso de la historia. Dicen que los trucos de magia ocurren mientras el mago está hablando. Y lo cierto es que este mago maneja muy bien las palabras. Ya no es sólo el qué, sino también el cómo. Excelente análisis del ser humano, cuya naturaleza acaba diseccionando, con un ritmo ágil y poco denso. Con un John Wade que aparecerá de todas las maneras posibles, culpable e inocente, ante el lector que ya no sabe que creer. Porque su retrato es el que él construye de sí mismo, pero también el de los otros que le miran. Herido, enamorado, idealista, soñador, cruel, despiadado, mentiroso. Sencillamente humano.
Un enorme y minucioso mosaico donde su mago, un honesto Tim O’Brien, nos da todas las respuestas, a modo de hipótesis y declaraciones. Los trucos están sobre la mesa. O al menos funcionan a la perfección. Y llega un momento en que ya no importa tanto el resultado final, ni el cómo, ni el cuándo, ni el por qué. Porque a veces, después de los trucos, lo que queda es simplemente la magia.
De este autor he leído “Las cosas que llevaban los hombres que lucharon”, y precisamente una de las cosas que me transmitió su lectura fue algo que comentas tú también de esta: la honestidad del autor. El libro que leí me encantó, este no lo conocía pero tomo nota. Gracias por la reseña Un saludo.
“Las cosas que llevaban los hombres que lucharon” es una joya de libro que se disfruta como pocos. Comparte con “En el lago de los Bosques” el peso que deja Vietnam, pero éste último es más novela quizás y por eso su protagonista está mucho más construido, siendo la guerra solo una parte del personaje. Bien por O’Brien en cualquiera de los dos casos.
No dejes de comentar si finalmente lo lees y te gusta.
Gracias a ti. Un saludo.
Sí que es una joya de libro (Las cosas que llevaban…) y pienso que poco conocida. Fue una sorpresa, porque la literatura bélica no suele atraerme mucho (o mas bien, no he leído mucho, aunque ahora que pienso la que he leído ha sido buena) y cuando te encuentras así de sopetón una joya así aún la valoras más. Por tu reseña ya me parecía que era más novela, o más ficción este que comentas, pero siendo el autor el mismo creo que sabrá transmitir igual de bien. Ya lo he anotado, porque además tengo ganas de leer más cosas de O’Brien. Comentaré cuando lo lea.
Saludos!
A mí me pasó algo muy similar también con “Las cosas que llevaban los hombres que lucharon”. Tampoco me lo esperaba. Y así siempre sorprende más.
Espero que te guste y disfrutes también de “En el lago de los Bosques” cuando lo leas. Ya me contarás 😉
¡Un saludo!
Un libro que te lleva a lo más profundo, y preguntarte que paso con la esposa?… espero haya un secuela! =(