Me apetecía muchísimo leer algo que me enganchara desde el principio y que no me permitiera soltar el libro ni un solo momento. Quería acción, intriga, quizás algo de terror… No sé, a veces me pasa, que quiero una cosa que quizás es difícil de complacer y después me doy contra un muro porque no encuentro lo que estaba buscando.
Sin embargo, esta ocasión no ha sido así.
Se acercaba Halloween y las editoriales ya hacía días que habían sacado sus novedades más oscuras. Pedí unas cuantas, no quería perderme la oportunidad de encontrar lo que estaba buscando, y así, me llegó En la casa.
Se trata de una novela juvenil escrita por Philip Le Roy y editada por DNX. Prometía ser adictiva, atrevida, rebelde y un montón de cosas más, y te diré, querido lector, que ha cumplido con todas y cada una de esas promesas.
Tenemos a un grupo de ocho amigos. Ocho amigos que están hartos de las típicas fiestas y que quieren hacer algo distinto. Por eso deciden meterse en una casa para pasar una noche de terror. Todos tienen que asustar a todos y el que tenga miedo deberá beberse cuatro chupitos. Al principio, el lector comprende que son bromas inofensivas —algunas más crueles que otras pero bromas al fin y al cabo— aunque pronto ese juego de niños va tornándose en algo más oscuro y que no tiene explicación. Los protagonistas lo pasan realmente mal y si a eso se le añade el alcohol que no paran de ingerir, la noche se complica hasta niveles insospechados.
La premisa está bien, ¿verdad? Pues la ejecución también. Habría sido muy fácil caer en la tentación de dar un final regulero a esta historia, de centrarse tanto en los sustos que el final deja de tener sentido. Sin embargo, Philip Le Roy lo tiene todo atado. Nos da un final creíble y con sentido, que dejará al lector boquiabierto pero a la vez satisfecho. En cuanto al final tengo que hacer un apunte: al autor le da igual que sepas qué es lo que está ocurriendo en realidad, le importa bien poco que descubras pronto quién está detrás de todo; a él, lo que le preocupa es que descubras el por qué, y eso lo sabrás cuando llegues al final.
En la casa es una novela que se lee casi de una sentada. Los diálogos predominan y los capítulos son tan cortos que apenas abarcan dos páginas. Eso hace que el lector no pare de leer hasta llegar al final. A mí esto me parece un halago; me gusta encontrarme con obras que me atrapan y que tienen la capacidad de desterrar la pereza mientras estoy leyendo. Porque a veces eso me pasa: estoy disfrutando muchísimo de un libro y a la vez me está dando mucha pereza continuar, lo que provoca que lea un par de páginas y acabe desistiendo para cambiar de novela. Y no está mal, a veces me ocurre y es normal; por eso agradezco encontrar de vez en cuando libros como este, que me atrapan desde la página uno y que no me dejan soltarlo hasta que no termino.
Para concluir, diré que esta obra, aunque dirigida a un público young adult, puede ser disfrutada por una gama amplia de lectores, bastará con que busquen entretenerse, pasar miedo a ratos, tener el corazón encogido en otros, y preguntarse todo el tiempo qué es lo que hay detrás de todas esas bromas macabras.