El título de la primera novela de Ana Escudero Portal, Encontrarás quimeras, me pareció de lo más sugerente, y la portada, una preciosidad. Pero lo que me dio ganas de leerlo fue escuchar a alguien recitando sus primeras líneas: «Hace mucho tiempo, entre el polvo que forma la tierra y la gota que cae del cielo, en el espacio que separa el trueno del rayo, nacieron las quimeras. No fue un parto sencillo ni feliz, pero mereció la pena. Aunque de eso poco saben los humanos. Lo único que ellos recuerdan es el terror del día que vieron a la primera de ellas alzarse, negra y afilada, contra el sol moribundo del crepúsculo. A su vuelo siguieron el fuego, los gritos, las cenizas. El frío, el silencio, la hambruna». ¿A que el inicio de Encontrarás quimeras es una preciosidad? Ha ido directo a mi lista de inicios de novela preferidos. Si empezaba así, necesitaba saber cómo continuaba.
Encontrarás quimeras cuenta la historia de Taniel, que vive con su abuela y su padre en Gorna, la única ciudad que antaño se salvó de las quimeras, cuando las deidades las enviaron al mundo para castigar la arrogancia de la humanidad. Y justo en Gorna vive la última ellas, que sigue escarmentando a los habitantes insolentes y descreídos.
Taniel es estudiante de retórica, pero le entran sudores fríos cada vez que ha de examinarse ante el público. Él no quiere ser político, sino maestro, pero su padre y su abuela no lo ven nada claro. ¿Cómo se va a dedicar a enseñar a los demás un joven sin experiencia? Taniel está dispuesto a luchar por su vocación, pero la muerte de su abuela en extrañas circunstancias le hará cambiar de prioridades. El afán de venganza lo cegará.
En el mundo mitológico que ha creado Ana Escudero Portal, el poder de la retórica se demuestra en cada una de las conversaciones. Las certezas de los protagonistas —y de los lectores— sobre si existe una religión verdadera o sobre cuál es la mejor forma de educar se tambalean a cada momento, pues se dan cuenta de que todo depende del punto de vista y de quién les cuente la historia.
En las apenas doscientas páginas de Encontrarás quimeras, Ana Escudero Portal nos envuelve con una ambientación mitológica muy lograda y nos atrapa con sus diálogos inteligentes. El resultado es una intensa novela de iniciación, en la que su protagonista, Taniel, descubrirá que buscar la verdad sobre su pasado, sobre su sociedad y sobre sí mismo no tiene por qué ser una quimera.
La aventura que vivimos a través de las páginas de Encontrarás Quimeras se convierte en un alegato contra la intolerancia y la venganza con el que me siento totalmente identificada y que, por desgracia, nunca dejará de ser necesario. Como demuestra Taniel y el resto de los personajes de esta novela, el mundo sería un lugar mejor si la retórica fuera la única arma para defender las ideas y respetar las diferencias dejase de ser una quimera.
El título de la primera novela de Ana Escudero Portal, Encontrarás quimeras, me pareció de lo más sugerente, y la portada, una preciosidad. Pero lo que me dio ganas de leerlo fue escuchar a alguien recitando sus primeras líneas: «Hace mucho tiempo, entre el polvo que forma la tierra y la gota que cae del cielo, en el espacio que separa el trueno del rayo, nacieron las quimeras. No fue un parto sencillo ni feliz, pero mereció la pena. Aunque de eso poco saben los humanos. Lo único que ellos recuerdan es el terror del día que vieron a la primera de ellas alzarse, negra y afilada, contra el sol moribundo del crepúsculo. A su vuelo siguieron el fuego, los gritos, las cenizas. El frío, el silencio, la hambruna». ¿A que el inicio de Encontrarás quimeras es una preciosidad? Ha ido directo a mi lista de inicios de novela preferidos. Si empezaba así, necesitaba saber cómo continuaba.