Entrevista a Francisco Narla, autor de “Ronin”
Probablemente él no se acuerde de mi pero en junio de 2012, cuando Francisco Narla presentaba su anterior novela en la Feria del Libro de Ourense, tuve la suerte de conocerlo en persona y que me firmara mi ejemplar de Assur. Por cierto que es, hasta la fecha, una de las dedicatorias más originales y que más me han gustado de todas las que me han hecho (y son unas cuantas).
Leí Ronin, me encantó y me decidí a pedirle si podía responder algunas preguntas para Libros y Literatura, a lo que se prestó amablemente y he aquí el resultado. A los que ya habéis leído Ronin, creo que os gustará y los que no, seguro que la lectura de esta entrevista os animará a hacerlo.
En primer lugar, nos gustaría que pasases el cuestionario que ya se ha convertido en un clásico en Libros y Literatura:
1. ¿De día o noche?
Lo cierto es que más bien de noche. Aunque no duermo mucho suelo acostarme tarde y siempre, ya en mis tiempos en la escuela, he tenido una cierta tendencia a estudiar en las madrugadas, algo que ha seguido siendo así.
2. ¿Un cigarrillo al lado?
Sí, casi siempre. Y si estoy en casa y no hay prisa, entonces una pipa con un buen tabaco aromático, a ser posible, de Java.
3. ¿El papel y la pluma han pasado a mejor vida?
No lo creo, yo sigo dedicando las novelas a mis lectores con pluma, y escribo con pluma a menudo. Aunque sí escribo mis historias en un portátil.
4. ¿La inspiración llega por sorpresa, o sorprendentemente, siempre te pilla trabajando?
A mí casi siempre me pilla trabajando, de hecho, creo profundamente en que el único modo de llevar una historia a buen puerto es, precisamente, dedicándole muchas horas.
5. ¿Quién es tu mayor crítico?
Imagino que sonará a tópico, pero supongo que podría decir que yo mismo.
6. ¿Qué personaje te gustaría que leyese tu libro?
Pues depende, y siento ser tan gallego en la respuesta. Pero en fin, si nos referimos a Rōnin, mi última novela, entonces diría que me gustaría mucho que fuera posible que la leyese alguno de los que aparecen en ella, como el duque de Lerma, el mismísimo Felipe III o el shōgun Tokugawa Ieyasu.
7. ¿Qué libro(s) estás leyendo ahora?
Pues siempre estoy con varias cosas a un tiempo, alguna novela, algo técnico, un ensayo de algún tema que esté investigando para una nueva historia. En estos días me acompaña una de las últimas de la saga del detective Nightingale (no sé si están traducidas al castellano), y un fantástico trabajo de Ferreti sobre las legiones romanas.
8. ¿Qué libro guardas como el más valioso?
Muchos, siempre es difícil contestar a este tipo de preguntas en las que hay que elegir una sola opción. Pero tengo una copia de “El cazador de barcos” que era de mi padre y le tengo mucho aprecio. También mi edición original de “El médico”, o la manoseada “Ben Hur” que compré siendo un niño.
9. ¿Qué usas para marcar las páginas?
Cualquier trozo de papel, desde el recibo de compra del libro hasta el envoltorio de un caramelo. Lo que sea que tenga a mano y que no sea muy grueso para que no estropee el libro.
10. ¿El mejor lugar para leer?
Cualquiera, soy un lector compulsivo y leo siempre que tengo un instante porque siempre me acompaña algún libro.
Ya te conocemos un poco más como escritor y como lector, me gustaría que nos adentráramos un poco más en tu nueva novela “Ronin”:
11. Probablemente te habrán hecho esta pregunta alguna que otra vez desde que salió publicada “Ronin”, así que me temo que vas a tener que responderla una vez más. Una expedición japonesa llega a España durante la época de Felipe III, teniendo en cuenta que no se trata de un hecho histórico muy recurrente en la literatura histórica y prácticamente desconocido para el público en general ¿cómo surgió la idea? ¿Dónde y en qué momento empezó todo?.
Pues hace años que tengo una cierta afinidad con la cultura nipona; cultivo bonsáis, tengo una modesta colección de piedras de contemplación (suisekis), me gustan las disciplinas de tiro con arco que se practicaban en el Japón feudal; es decir, para ser un occidental tenía y tengo cerca algunos aspectos del arte japonés. Sin embargo, el detonante fue una visita a Coria del Río, allí, paseando, descubrí la estatua en homenaje a Hasekura Tsunenaga y mi impresión resultó indescriptible, ¿qué hacía en los aledaños de Sevilla una efigie de un samurái?
Empecé a investigar y descubrí el convulso Japón feudal, la batalla de Sekigahara, las rutas comerciales de las especias, las batallas de Flandes, las conjuras de los jesuitas, la corrupción de la Corte de Madrid… Enseguida me di cuenta de que tenía todos los mimbres para contar una gran historia, así que espero haberlo hecho bien.
12. Una novela de la complejidad de Ronin, con tantos personajes y ambientada en un contexto histórico tan concreto, supongo que no se escribiría sobre la marcha, ¿podrías contarnos cómo te organizas a la hora de escribir? ¿Cómo llevaste a cabo el proceso de documentación?
Siempre lo hago del mismo modo, un profundo y largo período de investigación en el que voy ideando la trama y los argumentos y luego el proceso al que podríamos llamar pura mecanografía, es decir, la transcripción de todas aquellas ideas sobre las que se ha estado trabajando. Ahora bien, en el caso de Rōnin el proceso fue mucho más complejo de lo habitual, porque además de tener que investigar un momento histórico, unas técnicas marciales, unas costumbres, y toda suerte de disciplinas, tenía también que enfrentarme al distante y difícil Japón. Han sido muchas, muchas horas de duro trabajo y no siento pudor alguno al decir que esta ha sido la novela que más ha exigido de mí, ha sido un proceso muy laborioso.
13. Escribes una novela como Assur, en la que la respuesta del público fue muy positiva y entusiasta. ¿Sentiste vértigo o algo de responsabilidad para con tus lectores cuando salió Ronin?
Por supuesto, los lectores son los jefes, ellos me permiten pagar las facturas. Me debo a ellos y a ellos debo contentar. No podía defraudarles y me esforcé cuanto me fue posible. Y creo firmemente que así debe ser, el escritor debe ser honesto en ese sentido, debe escribir aquello que la gustaría leer e intentar tener en mente durante el proceso creativo que sus letras serán recibidas por unos lectores, unos lectores que serán jueces de su trabajo.
14. Cuando recomiendo tus novelas a mis amigos (lo hice con Assur y lo hago de nuevo con Ronin) siempre destaco lo realmente carismáticos que son tus personajes. En Ronin, nos presentas a Saigo y Dámaso tan aparentemente diferentes y tan parecidos en el fondo. Me ha parecido curioso como empleas un estilo diferenciado a la hora de contar la historia de cada uno de ellos, más pausado en el caso de Saigo y más vivaz en los capítulos de Dámaso, ¿hay algún tipo de intencionalidad en eso?
Sí, la hay. Y resulta emotivo que lo menciones, porque eso se pretendió y el mero hecho de que sea reconocido es muy satisfactorio. Creo que era necesario utilizar el lenguaje para condicionar al lector según si la novela desarrollaba la trama occidental o la oriental, había que diferenciarlo, había que marcar un, digamos, aire, un tono, que transmitiese al lector un ambiente y unas caracterizaciones.
15. En Ronin se muestra la forma tan honorable que tenían los samuráis de enfrentarse a la muerte: antes de caer derrotados, se suicidaban. El honor, está muy presente en la cultura japonesa aún a día de hoy, por lo que no deja de ser curioso que, en tu novela, se muestren contrapuestas la cultura japonesa con la española. La comparación en ese sentido está servida y en lo que a honor se refiere, aquí da la sensación que no vamos muy sobrados últimamente véase el problema de la corrupción, ¿intentabas enviar algún mensaje?
No, en absoluto, no escribo para enviar mensajes o para aleccionar, solo lo hago para entretener. E intento hacerlo de manera consecuente y coherente con el marco histórico, las personalidades otorgadas a los personajes, las biografías de las figuras históricas involucradas en la trama, etc. Humildemente, creo que ese tipo de desprendimientos intelectuales no deben ser el objetivo del escritor, si se quiere aleccionar debería acudirse al ensayo.
16. Una de las cosas que más me llamó la atención de la novela en un principio fue el modo en que divides la novela. Empleas los magari, que es como se llama a los turnos del go, un juego cuyas normas son sencillas pero cuyas estrategias de juego son realmente complejas (busqué en internet las reglas y todo). Cuando terminé de leer me hice una pregunta que espero que me aclares ¿se trata de una metáfora en la que la novela en sí es una partida de Go y Saigo y Dámaso no dejan de ser meras fichas?
Así, es, esa es justamente la alegoría que llena toda la novela, y es maravilloso que te hayas dado cuenta porque ese es el trasfondo, el cómo los poderosos manejan las vidas de los hombres de a pie. Porque Dámaso y Saigō ven sus vidas zarandeadas al capricho del duque de Lerma y del shōgun Tokugawa.
Ahora bien, aunque esa es una idea que subyace bajo el texto de la novela, no es capital para disfrutar de la lectura, porque, en mi opinión, el relato debe sostenerse a varios niveles y satisfacer a muchos tipos de lectores distintos.
17. Además de escritor eres piloto de aviones, ¿te resulta difícil compaginar ambas facetas de tu vida?
Antes sí, pero, a día de hoy, gracias a los lectores, ya no. Afortunadamente, el éxito literario me ha permitido dedicarme casi en exclusiva a la literatura.
18. Soy consciente de que ahora mismo estás totalmente inmerso en la promoción de Ronin pero, ¿hay una nueva historia en el punto de mira?
Sí, claro, todo escritor mantiene un montón de proyectos en la recámara. Y como es lógico estoy preparando varios de ellos, los que parecen más prometedores; el problema es que a mis editores no les haría ninguna gracia que hablase de esos futuros proyectos, pero os diré que pronto me embarcaré en un pesquero que faena en el Gran Sol para preparar un nuevo proyecto.
Gracias por responder a Libros y Literatura
Después de leer su entrevista compraré su libro, pues ha logrado lo más primordial despertar mi curiosidad