Entrevista a Gonzalo Garrido, autor de Las flores de Baudelaire
La función de todo lector que se precie es, siempre, querer saber más de la historia que nos cuentan sus autores. Por eso, siempre que se me ha permitido, siempre que he podido, me ha gustado ponerme en contacto con ellos para que me hablen de lo que he leído, de lo que he descubierto gracias a sus historias, y de lo que puedo aprender todavía de ellos. Este es el caso de Gonzalo Garrido. Su novela me hizo descubrir una ciudad, Bilbao, y a uno de esos protagonistas tan carismáticos que difícilmente se puede uno apartar de él. Y aquí estamos, una vez más, recogiendo en palabras la entrevista que nos concedió para que todos vosotros podáis disfrutarla, y podáis saborear las palabras que el autor nos proporciona. Ahora, desde ya, sólo os queda hacer una cosa: disfrutarla.
Para empezar, nos gustaría conocer un poco más tus gustos a la hora de escribir:
1. ¿De día o noche? En general, prefiero la noche pero, para no hacerlo con demasiado cansancio encima, escribo a última hora de la tarde, antes de irme a casa. Dejo la lectura para cuando me voy a la cama.
2. ¿Un cigarrillo al lado? No, no fumo. Nunca he fumado. Mi padre era un gran fumador y yo he salido por reacción. En algunas ocasiones, un buen whisky.
3. ¿El papel y la pluma han pasado a mejor vida? Sí, por lo menos a la hora de escribir la novela. El ordenador es mucho más práctico, da una sensación de orden, de limpieza, permite cambiar todo con facilidad. El papel sigue sirviendo para apuntar ideas, hechos, etc. Y la pluma, para corregir o firmar libros.
4. ¿La inspiración llega por sorpresa, o sorprendentemente, siempre te pilla trabajando? La inspiración llega con la rutina, con horas y horas de pensamiento obsesivo sobre la historia. Ahí es cuando se produce ese fogonazo que te parece genial.
5. ¿Quién es tu mayor crítico? Soy muy crítico conmigo mismo y con los demás. La verdad es que no necesito a nadie para despellejarme.
6. ¿Qué personaje te gustaría que leyese tu libro? Más que personajes me gustarían autores. Muchos. Voltaire, Cortazar, Camus, Philip Roth…
7. ¿Qué libro(s) estás leyendo ahora? Las memorias tituladas Joseph Anton, de Salman Rusdhie. Impresionante ver a un escritor amenazado de muerte que lucha contra la incomprensión generalizada.
8. ¿Qué libro guardas como el más valioso? Tengo especial cariño a Miedo a la libertad, de Erich Fromm. Me abrió la mente en una edad muy concreta. Más recientemente, Ideas, de Peter Watson. Es de una potencia intelectual desbordante.
9. ¿Qué usas para marcar las páginas? De niño doblaba la esquina superior. Ahora, utilizo el marcapáginas de mi novela. Lo aplico a todos los libros.
10. ¿El mejor lugar para leer? En el salón, aunque también me gusta mucho en la cama, antes de dormir.
Y ahora que sabemos un poco más de tus gustos como escritor, metámonos de lleno en lo que nos cuentas en tu novela…
1. Primera novela, primer éxito, ¿qué nos puedes contar de Gonzalo Garrido que tengamos que conocer los lectores?
Soy una persona bastante perfeccionista. Mi escritura es un proceso largo de maduración que comienza con la lectura desde niño y el deseo de emular a los buenos escritores, y que se concreta en Las flores de Baudelaire. Escribo con la finalidad de vengarme literariamente de la injusticia. Y espero seguir escribiendo y compartiendo mis inquietudes con los lectores.
2. En “Las flores de Baudelaire” tenemos un personaje principal, Alfredo Maldonado, nuestro fotógrafo aficionado a ser detective, pero sin duda alguna, otro de los personajes principales de la historia es Bilbao, ¿qué te hizo pensar en la historia que nos encontramos en tu novela?
El detonante fue la visualización de un recorte de periódico con la fotografía de un vuelo de comienzos de siglo. A partir de ahí busqué un personaje que pudiera encajar en la época y que tuviera fuerza narrativa. Después encontré un vínculo con nuestra época. que a comienzos del siglo XX se producía una situación de riqueza rápida similar a la que estábamos viviendo en los años 2000, con la extracción del mineral de hierro y con la comercialización de productos para los países contendientes en la guerra mundial.
3. Cuando se lee tu novela, se nota, por la cantidad de detalles sobre la vida bilbaína de la época, que la conoces a la perfección, ¿has tenido que hacer mucha labor de investigación? ¿De dónde has sacado tanta información?
No ha sido excesivamente complicado. Lo que sí ha sido es lento, ya que investigar obliga a dedicar tiempo del que no dispongo demasiado. Al no ser una época demasiado lejana había abundante información recogida en los periódicos, aparte de biografías y ensayos. En cualquier caso, mi aproximación es de ficción, no rigurosamente histórica.
4. Una de las bazas importante de esta novela es la ironía que desprende la historia, la vida del protagonista, los amigos con los que se rodea, ¿qué personaje te llena de orgullo haber creado?
La ironía, el humor ácido juegan un papel fundamental en mi forma de narrar, aunque mucha gente no lo detecta. Suele destacarse más la intriga o la ambientación. Creo que el personaje más redondo es el protagonista, Alfredo Maldonado, por su forma de encarar el mundo, por su parte oscura, pero tengo mucho cariño al resto de personajes, incluso a los de dudosa reputación. Con todos he compartido muchas horas.
5. No sólo escribes novelas, también fomentas mucho el gusto por la lectura desde tu blog (literaturabasura21.blogspot.com) y con el Encuentro de Blogs Literarios). Desde tu postura como promotor de la cultura y de escritor, ¿cómo crees que se encuentra el mundo literario en estos momentos?
La industria editorial está en un momento de cambio y de desconcierto. El modelo de negocio tradicional ya no sirve y el mundo digital todavía no funciona de manera clara y eficiente. Además, exisen problemas importantes como la ausencia de prescipción o la piratería. Sin embargo, desde el punto de vista del autor, pienso que las crisis fomentan el talento y la creatividad. Y ahí fuera hay mucha gente con ganas, que trabaja duro y que, a poco que se le apoye, llegará lejos. Por desgracia hay una tendencia de nuestra sociedad a alabar a los de afuera y criticar a los de casa.
6. “Las flores de Baudelaire” ha tenido muy buena acogida por parte del público y de la crítica, ¿qué crees que ha hecho conectar con la historia que nos cuentas?
Es un libro que tiene varios niveles de lectura, desde el sencillo basado en la trama de investigación al más sofisticado, con ciertas reflexiones sobre el ser humano, la maldad, la traición… De esa forma llega muy bien al lector de toda condición. Además, el hecho de que Eduardo Mendoza lo apoye es una buena motivación.
7. ¿Cómo describirías tu novela?
Las flores de Baudelaire es una novela de intriga con una alto componente psicológico y de denuncia social. Mucha gente la cataloga como negra porque hay un crimen y una investigación, pero yo diría que va un poco más allá, que pretende provocar al lector, hacernos pensar en nuestras propias vidas, en nuestra actitud ante lo que acontece a nuestro alrededor.
8. ¿Cómo fue el proceso desde la creación de la historia hasta la edición del libro? ¿Te encontraste con muchos baches por el camino o, por el contrario, fue bastante sencillo?
Ha sido un proceso lento, con distintas etapas. Me ha llevado su tiempo. Es cierto que mi dedicación a la novela ha sido muy desigual y que tuve un parón por razones profesionales y personales de cinco años en el que no la toqué. Fue en 2010 cuando decidí sacarla del cajón y mirar si me parecía digna de publicarse. Tras unos retoques, me lancé a buscar editor y lo conseguí por medio de las redes sociales, donde conocí a la gente de Alrevés, una editorial que apuesta por escritores de aquí. Este último tramo fue ya muy rápido.
9. ¿Seguiremos encontrándonos con historias de Alfredo Maldonado o nos sorprenderás con algo distinto en el futuro?
No creo que veamos más a Maldonado. Para mi la carrera literaria es siempre una evolución del escritor. Cada vez me interesa más esa evolución. En este sentido, me gustaría avanzar en mi forma de ver el mundo y de narrarlo. Desde luego no quiero ser continuista, aunque nunca digas nunca jamás.
Gracias por responder a Libros y Literatura