Hoy tenemos en “Libros y literatura” una visita muy especial. Con él hemos recorrido cada centímetro del continente africano y nos hemos embarcado en una aventura mística, recorriendo el Paso del Noroeste a bordo de un barco ruso. Se trata de Javier Reverte, uno de los mejores escritores de viajes que ha dado España. Tras sus últimas aventuras por África, narradas con maestría en “Colinas que arden, lagos de fuego”, el escritor madrileño vuelve a la novela, en este caso histórica, con “El tiempo de los héroes”, una crónica sobre la Guerra Civil Española a través de uno de sus personajes más olvidados, el del general republicano Juan Modesto. Todavía le quedan muchas historias y muchos viajes por contar, pero mientras esperamos que eso suceda, ha tenido la amabilidad de dedicarnos unas pequeñas reflexiones sobre su novela, que esperemos os guste tanto como a nosotros.
Buenos días Javier, queremos empezar, antes de nada, dándole las gracias por atender a “Libros y literatura” tras la publicación de su última novela, “El tiempo de los héroes”. Es todo un orgullo para nosotros.
LyL- ¿Con qué se van a encontrar los lectores que decidan leer “El tiempo de los héroes”?
Javier- Se van a encontrar con un personaje fascinante, en mi opinión el más interesante militar de nuestra Guerra Civil: Juan Modesto Guilloto, el único jefe surgido de las milicias populares que alcanzó el grado de general en el Ejército Republicano. Era de extracción muy humilde y, sin embargo, se reveló como un estratega soberbio. A través de su figura, hago un relato de la Guerra Civil, sobre todo de los frentes de batalla.
LyL- ¿Cómo llegó Juan Modesto a su vida?
Javier- Pues por la foto que está en la portada del libro, una fotografía durante la batalla de Brunete, cuando Modesto era comandante. No se sabe quién fue el autor, pero nos muestra la imagen de un hombre valeroso, alzado sobre una trinchera, expuesto a las balas, muy viril, muy masculino, imagino que bastante atractivo. Yo llevaba años pensando escribir una novela sobre la guerra y, al ver la foto, me dije: “¡Esa es la foto de la Guerra! Épica, valor y tragedia”. Y me puse manos a la obra.
LyL- Han pasado casi 75 años del final de la Guerra Civil, y es el primer libro que se dedica a un personaje tan importante del bando republicano como fue Juan Modesto, ¿Por qué cree que nadie se ha atrevido a contar su historia antes?
Javier- La culpa, en cierto modo, fue de él. En la guerra era muy famoso, quizás el más famoso soldado. Pero en el exilio, aunque siguió militando en el Partido Comunista y era miembro del Comité Central, se apartó a un segundo plano, en tanto que otros, más fanfarrones que él, como Enrique Líster, se atribuyeron el protagonismo militar de la contienda. Hay muchas citas sobre él en muchos libros que tratan de la guerra y él mismo escribió unas memorias del conflicto, “Soy del 5º Regimiento”; pero son unas memorias muy técnicas, poco personales, nada literarias.
LyL- En nuestro país se ha hecho mucha literatura sobre la Guerra Civil; ¿Qué diferencia a “El tiempo de los héroes” del resto de novelas del género?
Javier- He querido hacer un libro que pusiera el acento de los campos de batalla y no en la política: en el sufrimiento, en la muerte, en el miedo, en el dolor y en el valor de los soldados. Lo que diferencia a mi novela de otros libros -eso he pretendido- es su marcado acento épico y trágico. Y he querido huir también de maniqueísmos fáciles.
LyL- Usted nos cuenta en su libro las trabas que le pusieron los hijos de Juan Modesto para darle información sobre su padre, ¿ha recibido noticias suyas una vez publicada la novela?
Javier- No me han buscado ni yo quiero saber nada de ellos. En el fondo me hicieron un favor: al no querer abrirme la puerta de la vida de su padre, mi proyectada biografía del general se transformó en novela histórica. Y creo que, con esa fórmula, el trabajo ha ganado literariamente.
LyL- En España vivimos una etapa convulsa y deprimente; no hay más que noticias malas en los medios de comunicación. ¿Estamos necesitados de héroes con valores como los de Modesto?
Javier- Precisamos más que nunca de una recuperación de valores. Hemos vivido un largo periodo en el que el verbo tener predominaba sobre el verbo ser, lo que nos ha hecho a todos cómplices pasivos del desastre financiero y de la crisis moral. Tanto tienes, tan vales…, dice el viejo refrán. Pero en muchas ocasiones los hombres han luchado por ser… Y eso debemos de recuperarlo. La obsesión por el tener ha llevado a la gente al latrocinio. Y además, los ladrones ya ni se ocultan. En cambio, ser honesto es casi sinónimo de ser estulto.
LyL- En los últimos años va intercalando la publicación de sus libros de viajes con la publicación de novelas, ¿en cuál de los dos “bandos” se siente usted más cómodo?
Javier- Me es mucho más sencillo escribir un libro de viajes, me salen casi solos. Escribir una novela es un trabajo muy arduo y, en este caso, más, porque he necesitado abundante documentación. Prefiero escribir novelas, sin embargo. Pero de todos los géneros, el género que más me gusta escribir es la poesía. Creo que soy un poeta correcto. Si fuera un gran poeta, sólo escribiría poesía.
Y antes de terminar la entrevista, nos gustaría preguntarle también sobre su faceta de escritor de viajes, con la que miles de lectores hemos gozado tanto.
LyL- ¿Qué siente un escritor tan viajero como usted cuando pasa largas temporadas en su casa?
Javier- Pues cierta claustrofobia. A los tres meses de no salir, no paro de andar de un lado a otro por el pasillo. Lo que pasa es que hay que escribir y eso es un trabajo sedentario. Yo, además, antes que viajero me siento escritor.
LyL- ¿Tiene preparados nuevos viajes para contar en sus libros?
Javier- Siempre hay algo en el horizonte. Pero he regresado hace poco de un viaje de dos meses recorriendo China y tengo terminado un libro de viajes por Irlanda que saldrá el año próximo. Para el otoño me iré a algún sitio unos meses, quizás a vivir en Italia, si me salen unos proyectos que tengo. Pero cada vez se me está haciendo más difícil viajar: gracias al ministro Wert y a sus mariachis, la cultura está seriamente amenazada y a los creadores nos han apretado demasiado el cinturón.
LyL- Los medios de comunicación occidentales cada día prestan menos atención a lo que sucede en África; sin embargo, leyendo sus libros uno aprende mucho sobre la realidad que allí se vive. ¿Cree que el continente africano está en deuda con escritores como usted, qué cuenta sus grandezas y miserias?
Javier- No creo que África esté en deuda conmigo. Más bien, yo estoy en deuda con África: porque África, no sólo me ha dado libros y dinero para vivir de la literatura, sino también me ha dejado entender caras de la realidad del mundo en el que vivo. Mi deuda con África la pago con mis libros. Y también, cada día, cuando veo a un africano vendiendo La Farola o pidiendo algo de dinero para comer, le doy un par de euros. No es bastante para pagar a África lo que le debo, pero es lo que tengo.
Aquí termina nuestra entrevista. Ha sido un verdadero placer. Muchísimas gracias por su tiempo Javier.