Entrevista a Julia Navarro

Entrevista a Julia Navarro, autora de “Dispara, yo ya estoy muerto”

Son las cinco de la tarde. El tren está a punto de salir y me acomodo en el asiento. Un pequeño sopor me acompaña, pero es lo que tiene comer y salir de viaje. Madrid me espera a lo lejos, a unas cinco horas de viaje, y aunque los kilómetros parecen demasiados, mis ganas hacen que mi cuerpo no tenga problema en echarse a las espaldas toda esa distancia. ¿Qué me espera allí? Algo con lo que no habría podido soñar, algo con lo que había estado esperando desde que leí la última frase de Dispara, yo ya estoy muerto y es que allí, en la capital, me espera la escritora Julia Navarro para sentarse frente a mí y poder preguntarle sobre ese libro tan impactante que ha creado para todos nosotros. Es curioso, pero mi cuerpo a pesar de los nervios, me dice que tengo que dormir, que tengo que echar una cabezada hasta que llegue a mi destino. Dicho y hecho. Cuando me despierto, apenas me quedan unas horas para llegar a Madrid y estar cerca de una de mis escritoras favoritas. Al día siguiente, me trasladaré al sitio donde nos encontraremos un grupo de bloggeros para entrevistarla. Es un momento importante en mi vida. Después de muchas entrevistas, esta será la primera para la que me desplazo, y la primera que haré en persona, sin los problemas de la distancia. A lo lejos se dibuja Madrid con su alumbrado. Ya estoy llegando y cada vez estoy más cerca de escuchar las palabras de la autora.

Al día siguiente de mi llegada, y después de un sueño reparador, me dirijo hacia las oficinas de Random House Mondadori. Siempre he sido un animal de costumbres y llego antes, nunca me ha apetecido hacer esperar a aquellos que tienen una cita conmigo. Me presento en dichas oficinas y me reciben. Se siente una familiaridad digna de mención, como si nos conociéramos de hace mucho tiempo, a pesar de que por la distancia es imposible que nos veamos todos nosotros con frecuencia. Estamos allí todos por una misma razón y dentro de poco estaremos con Julia Navarro. De repente, como si el tiempo estuviera destinado a interrumpirse, me dicen que la autora me está esperando y que me acompañan a la sala donde se realizará la entrevista. Con dos besos de cortesía, nos adentramos en una pequeña sala rodeada de libros, una mesa redonda con tres ejemplares de Dispara, yo ya estoy muerto en pie, y ella en frente, hablando animadamente conmigo, y respondiendo a las preguntas que, con el tiempo establecido, puedo hacerle.

Sergio: ¿Cómo nace la historia de Dispara, yo ya estoy muerto?

Julia Navarro: La historia nace porque yo le daba vueltas a escribir algo sobre como las circunstancias nos marcan más allá de nuestra propia voluntad, y como todos venimos al mundo con una especie de pack debajo del brazo. ¿En qué tiempo histórico te toca vivir, en qué lugar geográfico, con qué religión, en qué situación socioeconómica…? Entonces, ¿cómo escaparse…? Entonces pensé que lo mejor es escoger un escenario donde haya un conflicto, con comunidades distintas, en el que hay gente que ha caído de un lado y la otra del otro, y en función de eso sus vidas van a estar absolutamente determinadas. En un primer momento pensé en establecerlo en Yugoslavia, la guerra serbio bosnia, después pensé en Los Grandes Lagos, y también pensé en establecerlo en Oriente Medio. Al final me incliné por este último, porque conozco mucho mejor Oriente Próximo que es un lugar en el yo he viajado en multitud de ocasiones como periodista, pero el objetivo de la novela era reflejar que de qué lado te toca caer en la balanza ya venimos con ese pack que de alguna manera nos determina.

Sergio: Vemos todos los días noticias referentes al conclicto arabe – israelí, ¿por qué crees que, para nosotros, es tan complicado entender este tipo de conflictos?

Julia Navarro: El conflicto en sí no es el objetivo del libro, sino el conflicto en el que se ven inmersos unos personajes que nacen con unos condicionantes y otros con otros. Entonces, para mí el conflicto ha sido el telón de fondo, el escenario, donde yo he colocado a unos personajes sobre… Yo he querido escribir una novela de personajes que estuvieran establecidos en ese conflicto, me interesaba más el conflicto humano, el drama de personajes…

Sergio: Tus dos últimos libros abarcan un espectro amplio de la Historia, ¿te sientes más cómoda en este registro?

Julia Navarro: Con Dime quien soy hice una ruptura con mis tres libros anteriores. Los anteriores eran más de entretenimiento, y con él quise dar un paso adelante y romper con la etapa anterior. Sí que es verdad que en todos mis libros afloran mis preocupaciones, quizá el primer no, pero sin embargo La biblia de Barro era un libro completamente antibélico, y La sangre de los inocentes era un libro en el que expresaba mi rechazo hacia el fanatismo, de cualquier tipo. Pero con Dime quien soy, ya empiezo a hacer una novela de personajes. Con esta novela, Dispara yo ya estoy muerto, me interesa más empezar a abordar un poco el laberinto de los humanos.

Sergio: ¿Qué se siente, como escritora, al saber que tu libro es uno de los más esperados del año?

Julia Navarro: La verdad es que sientes responsabilidad. No hay nada más democrático que los libros porque son los lectores los que eligen. Puedes hacer la mejor campaña de marketing y publicidad que si el boca a boca no funciona… A mí siempre me entra muchísimo sentido de la responsabilidad y un poco de vértigo porque me pregunto, ¿qué va a pasar con el trabajo de tres años? He estado tres años escribiendo esta novela. Yo escribo sábados, domingos, fiestas, el día de Nochebuena yo estuve escribiendo por la mañana un par de horas, en el día último del año también… Yo nunca doy nada por hecho. El hecho de haber tenido suerte con los libros anteriores, no es una garantía de que los lectores te vayan a seguir…

Sergio: En referencia al final de la novela, ¿cómo crees que seguiría la historia?

Julia Navarro: Yo tengo claro cómo seguiría yo en mi caso, pero creo que lo mejor es que, en este caso, decidan los lectores…

Me levanto con una sensación extraña, de haber conseguido algo que jamás pensé que conseguiría, pero que en el fondo es algo muy positivo. Me despido de Julia Navarro con dos besos, y mi cuerpo sale a la ciudad de Madrid de nuevo, caminando por sus calles y pensando que hoy es un día para celebrar. Se ve mi sonrisa. Y así seguiré hasta que el tren de vuelta me lleve a mi ciudad. La ciudad desde donde transcribo estas palabras que, para mí, tienen un sabor especial.