Entrevista a Rubén Martín Giráldez, autor de “Menos joven”
¿Y si disfrutáramos tanto de una novela, de una novela que no se sabe muy bien como clasificar, pero que sin embargo permanece en la retina del lector durante días? ¿Y si no conociéramos de nada al autor, vosotros qué haríais? Como os supongo seres con cabeza, pensaré que habéis respondido lo mismo que yo: hablaría con él, intentaría exprimir cada una de sus palabras para enterarme de muchas más cosas que, probablemente, yo me haya perdido a la hora de leer su increíble historia. Este es uno de esos momentos en los que yo, que se me permite acercarme un poco a los autores, me dispuse a hacerle una cuantas preguntas a Rubén Martín Giráldez por su novela “Menos joven”. Después de sus palabras, sólo puedo decir una cosa: quiero más Rubén, te lo exijo.
Ahora, disfrutadla vosotros. Yo me retiro para que podáis leer a gusto.
Para empezar, nos gustaría conocer un poco más tus gustos a la hora de escribir:
1. ¿De día o noche?
2. ¿Un cigarrillo al lado?
3. ¿El papel y la pluma han pasado a mejor vida?
4. ¿La inspiración llega por sorpresa, o sorprendentemente, siempre te pilla trabajando? Estas cuatro las respondo de una tacada, con tu permiso, porque no creo en la liturgia para esta clase de asuntos; pararse a pensar en ello es indicativo de que estamos débiles para pensar en lo que hay que pensar. Quizás el autor no ha desayunado fuerte ese día. Lo de la inspiración sí se puede contestar: cada uno tendrá su método: yo tomo notas a todas horas y de vez en cuando esas notas se hacen tan largas que supongo que ya constituyen una jornada de escritura, por decirlo así.
5. ¿Quién es tu mayor crítico? Yo. El más cruel. No me dejo pasar ni una. Me tengo calado.
6. ¿Qué personaje te gustaría que leyese tu libro? Pues mira: el charlatán de la novela El charlatán de Louis-René des Fôrets.
7. ¿Qué libro(s) estás leyendo ahora? La autobiografía del cómico Lenny Bruce interrumpida a ratos por la obra de Edward Bunker que viene publicando Sajalín Editores en los últimos años.
8. ¿Qué libro guardas como el más valioso? Creo que una edición de Les nourritures terrestres de André Gide.
9. ¿Qué usas para marcar las páginas? Tiques de la compra y billetes de metro, como todos ¿no?
10. ¿El mejor lugar para leer? A mí me gusta leer en los bares y en los trenes.
Y ahora que sabemos un poco más de tus gustos como escritor, metámonos de lleno en lo que nos cuentas en tu novela…
1. ¿Quién es Rubén Martín Giráldez y qué necesitamos saber de él como escritor?
¿De mí? De mí nada, de lo contrario perdería la posibilidad de falsear mi biografía como voy haciendo en lo que escribo en cuanto tengo la oportunidad. Estudié filología hispánica, cocina, trabajé aquí y allá durante años; ahora traduzco, que es lo que verdaderamente he querido hacer siempre. Estos datos pueden estar desordenados, como sospecharás.
2. “Menos joven” tiene una complicación a la hora de meterla en algún genero en concreto: aventuras, drama, humor… ¿cómo definirías tú la novela?
Como algo bufonesco, tal vez. Es cierto que hay momentos terribles y que los temas del libro no son del todo jocosos, pero el tratamiento es de opereta, de astracanada. Me gustaría que el lector soltase una risa de vez en cuando, y ya cuento con que me insultará también en un momento u otro.
3. ¿Cómo se te ocurrió crear un programa radiofónico de estas características?
El punto de partida es que necesitaba un medio oral, porque tenía muy claro que toda la narración recaería sobre una misma persona que nos habla de un protagonista al que jamás se le cede la palabra; por otro lado, ese protagonista, Bogdano, tenía que llevar a cabo un mínimo de acciones (mínimo: no me interesa demasiado la acción) que terminan en la idea del concurso para ajustar cuentas con sus ídolos culturales. Y el programa está dirigido, además, a un público infantil, porque al fin y al cabo la novela trata sobre una pedagogía diabólica.
4. He leído algunas críticas del libro, y yo mismo lo pongo en la reseña, y todas son positivas, ¿cómo sienta que tu historia esté teniendo tan buena aceptación?
Una sorpresa. Yo creía que el narrador de Menos joven era un generador automático de enemigos. Estoy muy contento de que los lectores y la crítica le estén sacando la sustancia estimulante a la novelita.
5. Una de las cosas que más me ha sorprendido de “Menos joven” es la forma en la que está escrito, completamente diferente a muchas de las cosas que he leído hasta el momento, ¿de dónde nace esa forma de escribir? ¿tienes alguna forma concreta de escribir o, por el contrario, sale sola?
Seguramente el origen es un mal humor a lo Bernhard, pero vaya, muchas gracias. No: lo de manosear una y otra vez esa frase, resobar esa palabrita y añadirle un adjetivo sorprendente… eso tan de oficio sólo da un resultado muerto. Es mi opinión, claro. A mí me parece que tiene que haber un poco de arrojo, de riesgo al soltar la frase.
6. Todo escritor se siente especialmente satisfecho de “parir” a su criatura, pero, ¿estás orgulloso de algo en especial de esta historia? ¿algo que sea especialmente importante de destacar?
Bueno, me parece que después de tanto tiempo con ese personaje verborreico y deseoso de mostrar su espectacularidad aporreándome la cabeza he conseguido transcribir su prosodia, por decirlo así, de manera bastante natural. Estoy contento con eso.
7. ¿Qué significado tienen para ti, hoy en día, los ídolos? ¿Son meras cabezas con una diana puesta o, por el contrario, crees que no son tratados como se merecen?
No creo que existan ídolos, eso me suena a noción del pasado (y sé que me engaño). Estoy más con la definición que se da en el libro, algo así como: «ídolo es alguien que antes era amigo y ahora ya no se sabe muy bien qué es, un enemigo de culto».
8. En la historia hay mucha referencia a escritores, ¿han sido para ti una influencia a la hora de crecer como escritor?
He intentado que fuesen las menos posibles, porque no me gusta nada meter nombres de autores dentro de una ficción, lo encuentro aburrido cuando no está justificado. Pero influencias…, por ejemplo: tuve que releer Ferdydurke porque Jessica Aliaga, la editora de Jekyll & Jill (la otra parte es Víctor Gomollón) me dijo que la novela le había recordado mucho a Gombrowicz. Y sin embargo mi sensación era que no me había gustado demasiado aquel libro en la adolescencia. El caso es que he descubierto que hay muchísimas coincidencias de intención e incluso de expresión entre esa obra y lo que yo pretendo llevar a cabo: la infantilización del discurso (en el caso de Ferdydurke, para llegar al adulto y no al niño) y del propio protagonista, la pedagogía y la falsedad, el histrionismo adolescente… Deja que lo busque un momento… Mira:
«Ferdydurke sostiene que es justamente nuestro anhelo de madurez lo que nos arrastra hacia esa inmadurez número dos, inmadurez artificial ―nuestro anhelo de forma el que nos lleva a una forma mala […] Tomar distancia frente a la forma. Cuando logremos compenetrarnos bien con la idea de que nunca somos ni podemos ser auténticos […] La inmadurez lograda por medios artificiales: es decir que un hombre empuja al otro a la inmadurez y que también ―¡qué raro!― del mismo modo actúa la cultura.»
9. ¿Hay algún proyecto en el aire? ¿Con qué nos sorprenderás en un futuro?
Tengo otras novelas que me encantaría que fuesen apareciendo también en Jekyll & Jill Editores, y diría que en términos generales se tratará de una investigación sobre el humor.
Gracias por responder a Libros y Literatura
Muchas gracias a vosotros por la lectura que habéis hecho de Menos joven y por la euforia transmitida, de verdad.