Envenenada

Reseña del libro “Envenenada”, de Jennifer Donnelly

Dos cosas. Simplemente dos cosas necesité saber para zambullirme en el libro que hoy os traigo de cabeza sin haber leído la sinopsis. La primera cosa fue que era un retelling de Blancanieves. Y ya sabéis lo que me gustan a mí las versiones de cuentos clásicos, y si es una versión un tanto oscura mejor que mejor. Y la segunda cosa fue la autora: Jennifer Donnelly. Una autora que me encandiló hace un tiempo con un retelling de La Cenicienta original y apasionante. Desde que leí y reseñé para este blog Hermanastra, no me he podido sacar de la cabeza a su protagonista, una de las hermanastras feas de Cenicienta, Isabelle. Una chica inteligente, decidida y con carácter que luchó por hacerse un hueco en el mundo y cambiar su destino. 

Por su originalidad y por su manera de enfocar y de mostrarnos un cuento clásico, esta autora me gusta. Me gusta mucho, porque nos enseña puntos de vista necesarios e imprescindibles que quizás nunca nos habíamos planteado estudiar, pero que nos obligan a replantearnos una historia, a verla con otros ojos y a entender a sus villanos. 

En esta ocasión, ¿sabéis quién es el narrador en Envenenada? Nada más y nada menos que el cazador. Sí, ese hombre que arrancó el corazón de Blancanieves para llevárselo a la reina. Pero… ¿era el cazador tal y como lo pintan? ¿Y la reina? ¿Era cruel y despiadada? 

Jennifer Donnelly, de nuevo con una prosa directa, adictiva, misteriosa y reflexiva, nos introduce en este cuento oscuro de la mano del cazador para que conozcamos a Blancanieves desde la perspectiva de su asesino, o quizás… de su salvador; para que conozcamos a la reina desde los ojos de su más fiel súbdito. 

Sophie es Blancanieves. Una joven princesa cuya madrastra obliga a ser cruel con el reino, a esconder sus sentimientos, a ocultar su bondad para eliminar la debilidad. Y Sophie, a pesar de tener un corazón bondadoso y generoso, debe mostrar una máscara brutal e impasible de poder y de superioridad por su propio bien y seguridad. 

La verdad es que me ha resultado fácil empatizar con Sophie y comprenderla. Debe ser muy duro ser la heredera al trono, lidiar con los pretendientes a futuro marido, que la gran mayoría solo busca acceso al poder y al dinero, y encima no poder ser tú misma, sino que debes mostrarte dura y letal a ojos de todos para que te vean como alguien fuerte y grandioso, sobre todo la persona más cercana a ti, tu madrastra. Una mujer sádica y terrible, sin corazón. Y eso hace que me pregunte, «¿quizás por eso querría el de Blancanieves?». 

Aun así, he sentido que los verdaderos protagonistas en este libro han sido los personajes secundarios —también lo sentí así en su anterior novela—, ya que sin ellos la evolución de Sophie y de la historia no hubiera sido la misma. 

Sin embargo, siendo sincera, sí que debo decir que Hermanastra me gustó más. No sé si fue por la novedad, por ser el primer libro que leía de la autora o por el retelling en sí que trataba que me hacía más tilín. El caso es que aunque Envenenada es una novela interesante y que se lee rápido, con un prólogo y un epílogo brutales, así como el mensaje de aprendizaje y de crecimiento personal que nos transmite, el cuerpo de la historia lo he encontrado algo flojo e inconexo en algunos momentos. 

Eso sí, lo que más me ha gustado de esta historia es el narrador, ese cazador al que todos hemos odiado desde la infancia. Ha sido un acierto por parte de la autora ofrecernos esta voz narrativa para abrir nuestra mente y eliminar los prejuicios. 

Además, al igual que en Hermanastra, los capítulos extramadamente cortos le dan un ritmo estupendo y ágil a la lectura. Capítulos con frases breves y llenas de significado que nos producen escalofríos en el cuerpo y nos obligan a pasar una página tras otra mientras reflexionamos sobre cada acontecimiento. 

Así que, sí, volveré a leer a Jennifer Donnelly. ¡Por supuesto! Creo que sus personajes y sus versiones, siempre oscuras, originales y diferentes a otras que encontramos en el mercado, merecen mucho la pena y nos invitan a mirar con otros ojos los cuentos de hadas tradicionales.