Reseña del libro “Escribir es de locos”, de Félix J. Palma
Siempre me ha dado muchísimo pudor decir que soy escritora. Cuando alguien me pregunta que a qué me dedico acabo diciendo que soy administrativa, y punto. Sin embargo, lo cierto es que… también escribo. Y ya tengo publicados tres libros, que en septiembre serán cuatro. Escribo todos los días de mi vida sin excepción y en mi cabeza, aunque sea de forma inconsciente, siempre estoy pensando en esas tramas que tengo abiertas y que necesitan ser escritas. ¿Eso me convierte en escritora? Lo cierto es que no lo sé.
Lo que sí sé es que hay veces en las que leo como escritora en vez de como lectora. Leo para aprender técnicas, para nutrirme de lo que otros ya han hecho antes que yo, para analizar si algún recurso en concreto podría funcionar en mis historias. Leo para aprender. Y en esta ocasión lo he hecho más que nunca, ya que he tenido el placer de poder tener entre mis manos una obra que debería ser de lectura obligatoria para todos los escritores.
Estoy hablando de Escribir es de locos, de Félix J. Palma. Esta novedad de la editorial Destino llegó a mis estanterías en un momento clave: justo cuando estaba terminando de escribir el final del proyecto en el que estoy inmersa. Me dio un empujón, y no solo por la inspiración que obtuve al leerlo, sino porque comprendí que el camino de la escritura es una carrera de fondo, en la que hay que seguir insistiendo hasta el final de los días. En ese momento, en el que el conocido síndrome del impostor llamaba a mi puerta, consiguió darme la fuerza que necesitaba para hacer oídos sordos y continuar hasta que puse el punto y final.
En este libro, Félix nos devela cómo ha sido para él ese camino, cómo empezó a escribir (qué fue lo que le inspiró, de quién aprendió, a qué aspiraba…) y cómo es la larga lucha interna que un escritor vive día a día consigo mismo. En un tono cercano —cosa que agradecí en el alma porque si hay algo que odio en esta vida es el tono condescendiente a la hora de enseñar—, Félix nos habla de todo lo imprescindible que debemos saber si queremos dedicar nuestra vida al mundo de las letras. Lo bueno y lo malo. Y aquí se nota que él ha impartido muchísimos cursos de escritura y que sabe de lo que habla.
Me ha parecido muy interesante que tire de ejemplos y que humanice a otros autores para demostrarnos que ellos cometieron errores, como cualquiera. Aprender de otros también se trata de esto. Y, por supuesto, también nos enseña sus victorias: sus sellos personales y sus recursos que hicieron que destacaran entre tantos miles de escritores. Esto nos ayudará a leer de una forma más crítica y hará que nos fijemos en detalles que de otra forma habrían pasado desapercibidos. En definitiva: nos enseña a aprender de otros.
Escribir es de locos ha sido una lectura divertida, instructiva y, sobre todo, muy entretenida. Me ha ayudado a darme cuenta de algo que ya venía sospechando desde hacía un tiempo: me encantan los ensayos, y más si son sobre escritura. Pero me gustan porque en ellos (normalmente) los autores nos hablan desde lo más profundo de su ser, sin necesitar decorar lo que están contando ni ponerse demasiado rococós. Y es que a veces basta con ser uno mismo, sentarse delante del teclado y vaciar esos pensamientos que nos rondan, para llegar con más fuerza al lector.
Sin duda, después de haber leído a Félix J. Palma, sus novelas (sobre todo El mapa del tiempo, que lo compré hace unos meses y que espera su turno para ser leído) se han convertido en algo obligado. Porque me ha demostrado, una vez más, que ser escritor no es solo sentarse a escribir. Es insistir, averiguar, trabajar duro, volver a insistir, retocar y, como no podía ser de otra manera, volverse loco. Ay… ¡y qué hermosa locura!
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