Españistán: este país se va a la mierda, de Aleix Saló
Bienvenidos a Españistán, el lugar donde la pandereta es el instrumento con el que se empiezan las fiestas nacionales, el oasis donde el fraude es el deporte nacional, la islita donde ser idiota y parecerlo es sinónimo de alabanza y un placer para el bolsillo, sólo de los ricos. Bienvenidos, pues, a un nuevo espacio, a una galaxia cercana donde si eres político tienes un sueldo asegurado de por vida, donde engañar está premiado por vítores y aclamaciones y donde, al final, tienes que pagar un IVA más alto por morirte y ser enterrado. Un país, en definitiva, llamado “Españistán” y que, si nadie lo remedia, está a puntito de irse a la mierda.
Y si eso no es suficiente para algunos, empecemos una pequeña visita guiada por el país de los licenciados que piden limosna, por los investigadores que lo único que pueden estudiar es el polvo que se acumula en sus microscopios, y donde no hacer nada está premiado con dinero en B, pero eso sí, con una tele de plasma, un ático con vistas a la calle principal, y un cochazo para que puedas ligarte a todas las chatis habidas y por haber. Para que luego digáis que “Españistán” no es un país de la leche…
Si no fuera porque todo es verdad, diría que este es uno de los mejores cómics que he leído en mucho tiempo. O quizá porque, precisamente, todo lo que acontece en esta novela de Aleix Saló, es verdad, he podido hincarle el diente y leerlo de una sentada. Porque está claro que “Españistán” está hecho para divertir, para encontrar un pequeño hueco de risas en toda esta situación teñida por la palabra “crisis”. Y lo consigue, vaya si lo hace. Es este un viaje por un país que nos recuerda a otro, en un periplo que, a través de los ojos de un choni de barrio, por lograr quitarse una hipoteca de encima hará todo lo posible y conocerá a los personajes más variopintos de sus reinos: los funcionarios que viven en la Ciudad Burocrática, los estudiantes y profesionales que no pueden tener oficio en Las Tierras Muertas, para llegar a Distrito Financiero y a La Moncloa con los máximos mandatarios de un estado donde robar es lo mismo que ser honrado. Y diréis, ¿se puede reír uno de todo lo que está sucediendo hoy en día? Yo os planteo otra pregunta, ¿si perdemos el sentido del humor, no lo habremos perdido ya todo? “Españistán” es todo aquello que nos cuentan, desde la visión de un Aleix Saló con muy mala leche, con un sarcasmo que se nota en cada una de las imágenes, en cada uno de los diálogos, en todos y cada uno de los personajes que aparecen reflejados en el cómic.
Así que ya sabéis. Bienvenidos a “Españistan”, donde las espinas del pescado son las nuevas angulas para Navidad, aunque qué narices, ahora se llama Sobriedad; donde llevárselo calentito y guardarlo en bolsas de basura en tu casa está premiado con el Nobel de Economía y de Inteligencia Suprema, porque hay que ser listo para que te pillen, no ir a la cárcel y, además, no tener que devolver el dinero. Y así, mientras nos vamos acercando al último punto de nuestra visita guiada, podría mostrar a esos hombres enjaulados que aúllan por las noches, esos hombres trajeados que hacen cola ofreciéndoos la mano para que les deis trabajo, y por último, a la salida, podría regalaros la “Guía de robo para inexpertos”. Podría hacer todo eso y mucho más, pero lo único que puedo decir es que: hay que moverse, levantarse y, después, hacer algo para que este país, se llame “Españistán” o lo que sea, no se vaya a la mierda.
Fin de la visita, se aceptan donativos.