Especial Día del Libro 2013

Desde Libros y Literatura os deseamos un feliz Día del Libro

Ya está aquí nuestro día favorito del año: el Día del Libro, también conocido como Sant Jordi si nos sigues desde tierras catalanas. Por eso, os tenemos preparadas una serie de sorpresas para el día de hoy:

Os invitamos a todos a que visitéis nuestra librería online y hagáis un pedido hoy. Con un solo clic podéis llevaros cómodamente a casa el libro que os apetezca.

¿Que no sabéis qué libro elegir para vosotros mismos o para regalar a alguien especial? Problema resuelto: nuestro peculiar amigo, el Librómano, nos ha dejado sus recomendaciones aquí. Y ya sabéis que le encanta recibir vuestros comentarios y consultas. Además, nuestro compañero Sergio Sancor tendrá una sección especial en el programa de radio Morning 80. Podéis seguirlo en directo por internet o escucharlo más tarde, ¡no os lo perdáis!

Además, en este Día del Libro 2013 queríamos ofreceros algo distinto. Nuestra afición a la lectura ya la conocéis, es a lo que nos dedicamos cada día del año desde este rincón; así que hoy permitidnos a los que formamos el equipo de Libros y Literatura que os hablemos un poquito de nosotros mismos. Aquí tenéis nuestra pequeña “autoentrevista”. ¡Feliz Día del Libro!

¿Qué significa para ti la lectura?
César: Leer es aprender algo nuevo en cada página, es evadirse de la realidad cuando uno lo necesita, es viajar a lugares donde uno nunca podrá estar o conocer a personas con las que nunca podrá hablar. Leyendo uno se emociona, siente, vive y se forma.
Diego: Supongo que aprendizaje y evasión. Principalmente evasión. Alguna vez me he preguntado porque es tan importante para mí leer y he llegado a la conclusión de que me gusta que me cuenten buenas historias y que me las cuenten bien. Y creo que no soy solo yo, sino que a todo el mundo le gusta que le cuenten historias, desde los albores de la humanidad. Es exactamente la misma respuesta que daría a la pregunta ¿por qué te gusta el cine?
El niño vampiro: Mi vida, por orden de prioridad, son mis hijos, la lectura, y… seguro que hay algo más.
Francisco: Una parada en una carrera vertiginosa.
Georgina: En mi caso, la lectura es parte de mi vida, el espacio donde me siento segura y una de las actividades que me llena de felicidad y serenidad. Más allá del conocimiento que me brindan los libros, leer representa en mi una experiencia completa que comienza en el momento de elegir un libro y finaliza cuando doy vuelta la última página, reflexionando sobre cada uno de los aspectos. El hábito de la lectura es algo que nació en mi de chiquita y que se que me acompañará siempre.
Iván: La lectura me ha permitido evadirme de una infancia triste, me ha ayudado a crecer como persona dándome las herramientas para ser quien quiero ser, y me ha dado una felicidad enorme durante todos los años de mi vida. La literatura es el mejor invento de la humanidad, sin duda alguna.
Judit: Para mí la lectura es la posibilidad de vivir vidas ajenas, de experimentar cosas que de otra manera no podría.
Leire: Es mi afición favorita desde siempre.
Roberto: Leer, para mí, es una compañía, siempre disponible. Pero además es una compañía con muchos atributos positivos, entre los que se destacan la alegría y la inteligencia de su contenido.
Sergio: La lectura para mí es un estilo de vida, un estilo que me hace volar, aprender, ilusionarme y, sobre todo, sentir.
Susana: Leer, como escribir, son actos esenciales y trasversales en mi vida. Leo para vivir y esa experiencia vital me ayuda a reflexionar y crecer. También la lectura, como la vida, me ofrece momentos de relajación y divertimento.

¿Cómo sería tu Día del Libro ideal?
César: Uno en el que todos nos fuéramos a las bibliotecas o librerías a consumir literatura, y tras esto, corriéramos a las calles a encontrarnos con los autores de los mismos, para que nos los firmasen.
Diego: Para empezar estaría bien que no hubiera que ir a trabajar. Y después me gustaría perderme en alguna librería y pasar horas y horas decidiendo sin prisas qué libros llevarme.
El niño vampiro: Voy al trabajo y no tengo alumnos porque todos se han ido a las Ramblas a comprar un libro. Me quedo solito 4 horas en clase leyendo.
Francisco: Cinco o seis de la tarde. Sentado en el césped, recostado a la sombra de un árbol. Arriba el sol intentando colarse entre las hojas. Gente alrededor, disfrutando a su aire. Yo sonriendo a mitad de camino de El Sabueso de los Baskerville, en su versión original.
Georgina: Sería un día que durara 1000 horas y en el que pudiese leer todos los libros que tengo pendientes.
Iván: Mi día del libro ideal lo pasaría haciendo una fiesta con todos los miembros de Libros y Literatura, hablando de libros con ellos y conociendo personalmente a un grupo de personas que ya son como de mi familia, aunque a la mayoría no los he visto nunca en persona.
Judit: Aquél que contemple un paseo por Barcelona, visita a librerías, charlas de autores y, cómo no, unas horas de lectura.
Leire: Uno en el que todos los textos de la tele, de Internet, todo documento escrito que leo y todo lo que oigo hablar a mi alrededor fueran correctos, sin la cantidad de errores gramaticales de todo tipo que debemos sufrir a diario. En resumen, uno en el que fuera obvio y patente que la mayoría de la gente lee y que le aprovecha lo leído.
Roberto: Mmm… Despertarme con un regalo, que obviamente sería un libro, alguna edición conmemorativa de alguna de mis novelas preferidas; un buen desayuno, en una casa llena de sitios cómodos para leer, o en caso de salir, que el clima sea justo ese que logra ser agradable sin ser extremo, ideal para la lectura; al caminar por la tarde, sorprenderme viendo que la gran parte de la sociedad lee, en lugar de hablar de cuestiones banales; por la noche, al mirar la televisión, que la programación alterne información y diversión con programas dedicados a los libros y los lectores.
Sergio: Dando a conocer la novela que estoy escribiendo y que ya casi está acabada, rodeado de las personas que quiero.
Susana: Sentarme a comer con un grupo de amigos, lectores y autores, y tener una larga sobremesa.

¿Cuál es ese libro que recuerdas como el primero?
César: Lo primero que se me viene a la mente son los libros de Micho, con los que yo y muchos niños de mi edad aprendimos a leer. Y en cuanto a novelas en sí mismo, recuerdo los que cogíamos en la biblioteca de mi clase en 3º de E.G.B de la editorial Bruño; títulos tan míticos como El inspector Tigrilí, Los casos del comisario Antonino o Cuentos para los que duermen con un ojo abierto.
Diego: No sé si es el primero, pero recuerdo como si lo fuera, y además es de los pocos que he leído más de una vez, Miguel Strogoff, de Julio Verne.
El niño vampiro: Sin contar los libros para niños que todavía no saben leer, recuerdo como los primeros el Osito Winnie Pooh o los de Beatrix Potter.
Francisco: El Conde de Montecristo. Seguramente no lo entendí por aquellos entonces. Pero daba igual, había probado el olor de páginas antiguas y al terminar ya no hubo vuelta atrás.
Georgina: El primer libro que recuerdo se llama Pájaro de Fuego y es una recopilación de cuentos clásicos rusos. La edición del libro en sí es una joya y fue un regalo de mi abuela, quien también es una ávida lectora. Los cuentos, desde ya, era más que bellos y los recuerdo todavía. Al libro lo conservo y es uno de los mejores recuerdos de la infancia.
Iván: Les rondalles valencianes d’Enric Valor. Recuerdo que aprendí a leer bien en la biblioteca de mi cole, en una actividad que organizaba la que fue mi primera maestra. De todos los libros que había en la biblioteca escolar, les Rondalles (cuentos tradicionales de la cultura valenciana) llamaban poderosamente mi atención, y leí todos y cada uno de los libros de la colección varias veces.
Judit: No es el primero, pero recuerdo especialmente y con mucho cariño El largo verano de Eugenia Mestre, de Pilar Molina Llorente. Es uno de los libros que me hizo darme cuenta de lo maravilloso que es leer.
Leire: Mis cuentos de la infancia. Prefiero no dar más detalles, para guardar ese recuerdo sólo para mí.
Roberto: El viaje de Ruteazul pertenecía a una colección de cuentos que venían junto a un casette, por lo que uno podía seguir el cuento mientras un locutor los leía; una campana avisaba que había que cambiar de página. datan de 1989, cuando yo tenía seis años y medio. Era la historia de un Ruteazul, que era una mezcla de oso hormiguero y rata gigante, de color azul, que viajaba en su piedra voladora por distintos planetas, al estilo El Principito, y de cada uno iba sacando conclusiones sobre la forma de ser de sus habitantes; finalmente llegaba a uno con mucha agua, montañas y gente con dos ojos y dos manos y dos piernas, pero sufría inconvenientes para aterrizar porque una señora lo asustaba y lo expulsaba a escobazo limpio… Pagaría por volver a tenerlo en mis manos.
Sergio: Diría El retorno de los dragones de la colección Crónicas de la Dragonlance. Con él empecé a devorar los libros y años después aquí sigo.
Susana: Con la lectura de El señor de los anillos descubrí que la literatura me podía ayudar a comprender mejor el mundo.

Si tuvieras que recomendar un solo libro a alguien a quien no conoces, ¿cuál sería?
César: Brooklyn Follies, de Paul Auster. No sólo les recomiendo un gran libro, sino que les abro la puerta para que descubran a un escritor magnífico.
Diego: Si no lo conociera, mmm… El club Dumas, de Arturo Pérez-Reverte.
El niño vampiro: La larga noche de los pollos blancos, de Francisco Goldman. Al no conocer a la persona a quien se lo recomiendo, se me ocurre que este libro está a medio camino entre la saga familiar, el thriller político, la novela de misterio, y puede gustar a diferentes tipos de lectores. Además, naturalmente, se trata de una gran historia. Lo leí en Guatemala, donde transcurre la historia, y me cautivó de principio a fin.
Francisco: Cometas en el cielo. Da igual el tipo de novela que prefieras. Este libro es universal, porque todos somos hijos, y muchos de nosotros somos o seremos padres.
Georgina: Le recomendaría Los Miserables, porque de allí podría tomar miles de experiencias y enseñanzas de la vida.
Iván: La piel fría. Fue el primer libro que se reseñó en Libros y Literatura, y le tengo un cariño especial. El libro es una maravilla de la narrativa, e incluye, en las dosis justas, todo tipo de elementos para que cualquier persona se quede enganchada: Reflexión, acción, aventura, emoción, romanticismo, lucha, evolución. La trama es muy sencilla, y la fuerza de la narración es brutal. Partiendo de la base que es imposible recomendar un libro sin conocer a la otra persona, este libro tiene muchos puntos para que sea un acierto.
Judit: Es una pregunta muy difícil. Seguramente recomendaría uno distinto dependiendo de la persona, pero si tengo que elegir uno que pueda gustar a todo el mundo… no sé, quizá diría El señor Ibrahim y las flores del Corán de Eric-Emmanuel Schmitt o La buena letra de Rafael Chirbes.
Leire: Me conformaría con que cada persona leyera algún libro, cualquiera.
Roberto: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez: tiene todo lo que tiene que tener un libro.
Sergio: En tiempo de prodigios de Marta Rivera de la Cruz. Un libro que, desde el 2006, se ha quedado grabado a fuego lento en mi memoria.
Susana: Don Quijote de La Mancha.