Es más que probable que jamás me hubiese acercado a este libro por su título, aunque tengo que reconocer que estos días ha estado rodando por mi salón y ha llamado la atención de quienes por allí han pasado; ni por su portada, que no digo yo que no sea actual y atractiva a la vista; tampoco suelen ser los premios lo que me acerquen a los libros, es más, en ocasiones me aleja de ellos, pero pensé que aun habiendo sido uno de los finalistas del IV Premio Iberoamericano Planeta CASA DE AMÉRICA, no tenía pinta de ser uno de esos que todo el mundo ya ha leído y está muy reseñado y en boca de todos, ya saben que me gusta hacer mis propios descubrimientos… Pero tampoco eso fue decisivo para decidir que pasaría con el mi primera parte del descanso navideño.
¿Qué es entonces lo que realmente me acercó a ¡Estás pecando, Señor!?
Fue precisamente hacer lo que nunca hago al tener una novela entre mis manos, leer su contraportada, eso que tanto el autor como la editorial se esfuerzan porque leamos y yo casi nunca hago. Pues bien, fueron las palabras “Santo Prónubo” las que llamaron mi atención, las que me dejaron desconcertada, después explica que es el verdadero Anillo con el que San José desposó a la Virgen María. Y claro, una que es muy, pero que muy curiosa con estos temas se siente ya atrapada por esta historia que le espera.
Yo había leído que este famoso Anillo que desde el Siglo XV se encuentra en Perugia (Italia), llegó allí desde una localidad de la Toscana llamada Chiusi ¿Cómo llegó a la Toscana procedente de Jerusalén? Pues al parecer la Virgen se lo entregó a su querido Juan (San Juan) antes de morir (o ascender a los cielos según la tradición católica). Tiempo después, no se sabe cómo, llegó a manos de un comerciante de Jerusalén que a su vez lo vendió a un orfebre de Chiusi… Pero si es por historias les aseguro que sobre el Santo Anillo debe haber otras cuatro o cinco muy interesantes.
A mí me gustan las historias contadas en distintas fases, escalas o tiempos, esto es, diferentes narraciones que al final convergen en la conclusión y desenlace de la historia. El autor, Alejandro Salgado Sevilla, según nos decía la editorial, entrelaza con habilidad tres líneas argumentales que se desarrollan en los Siglos XVIII, XIX y nuestros días, hace que todo encaje y el lector quede así sobradamente satisfecho con el resultado.
El inicio del libro nos sitúa en:
“7 de enero, Córdoba, año 1795
-¡OH, NO! ¡DIOS MÍO, AQUÍ HUELE A SANGRE! –exclamó don Torcuato-. ¿Qué ha sucedido?
Solo uno de los seis ventanales angostos estaba abierto de par en par, dejando entrar un flujo de aire frío, siniestro, acaso impertinente. Aquel curso sombrío y violento de aire parecía tener la intención de que a don Torcuato no se le pasara por alto ningún documento que los pisapapeles de plata pudieran dejar encubierto a la vista…”
Y así nos adentramos en este entramado novelesco que nos entretendrá hasta su última página.
Se agradece sobre todo en estos pasajes de los Siglos XVIII y XIX la alta calidad narrativa que nos ofrece el autor, da mayor credibilidad a los acontecimientos que nos va describiendo, haciendo verosímil no solo los mismos, sino la ambientación que los rodea. Debemos tener en cuenta que el detalle es muy importante dado que la historia se inicia con la investigación del asesinato del Obispo de la diócesis, investigación que será llevada a cabo por don Torcuato, Secretario Episcopal de Córdoba.
Por otra parte conoceremos a los hermanos Huenumán, llegados desde Chile como esclavos, en especial seguiremos la vida de la hermana, Verena María, un curioso personaje que dará un color especial a toda esta historia, cuya adicción al sexo, y el descubrimiento de que a través de él se puede ejercer un inmenso dominio sobre otras personas, la hará cada vez más poderosa. A sus manos llegará aquel anillo del que antes les hablaba y que tanto me había interesado.
Ya en nuestros días nos acercamos a las también hermanas, en este caso gemelas idénticas, Beatriz y Teresa, abogada una, asistente social la otra. Los capítulos se irán entrelazando de forma que poco a poco vamos viendo como el pasado y el presente van tomando forma, como cambia el pensamiento y la vida durante el recorrido de la historia, pero como el ser humano en sus profundidades sigue siendo y reaccionando igual.
Tomar decisiones cuyas consecuencias nos acompañaran a lo largo de la vida no es fácil, tampoco convivir con fobias, con filias y parafilias que en ocasiones van más allá de la inmoralidad para llevar a las más terribles perversiones.
Hay novelas que mientras las lees las puedes ir viendo en tu mente como si fuese una película o una obra de teatro, este podría ser un claro ejemplo. Un libro que me llega por el interés y la curiosidad por ese Santo Anillo tan especial, y en el que he encontrado integrado en sus páginas, historia, sexo e intriga. Una novela negra con tintes históricos, bien planteada desde su inicio, con un desarrollo que va generando mayor curiosidad e interés a cada página, ganando en ritmo y con un final que Alejandro Salgado Sevilla deja bien cerrado.