Reseña del cómic “Estoy aquí. La vida de Ramana Maharshi”, de Iván Sende
¿Cómo será la experiencia de la muerte es una de las grandes preguntas de la humanidad? Ramana Maharshi experimentó en su adolescencia una distancia entre un cuerpo que poco a poco iba dejando de notar y el “yo” que se mantenía atento a lo que ocurría. Ese radical que recoge el título, Estoy aquí, le impulsó a abandonarlo todo: casa, familia y geografía. Con las rupias estrictamente necesarias para el billete de tren, viajó hasta el templo de Annamalaiyar, uno de los más importantes de los shivaístas, donde pasó dos años en silencio.
Estoy aquí, transita “La vida de Ramana Maharshi” desde esta experiencia hasta su muerte, convertido en un maestro venerado internacionalmente en 1950. Coincide su viaje hacia la santidad india con las guerras mundiales, lo cual sorprendió a muchos intelectuales y creyentes. Ramana Maharshi tardó mucho en pronunciar palabras, pues lo verdadero es en el silencio. Sin embargo, finalmente fue aceptando las peticiones de sus seguidores para escribir cartas y reflexiones que aún hoy siguen estudiándose.
Iván Sende te invita a recorrer desde la reflexión y la belleza de las acuarelas de las viñetas, la importancia y el sentido de la vida. Junto a la mirada de Ramana Maharshi visitarás alguno de los mitos sagrados ancestrales de la India, así como sus paisajes y elementos naturales adorados: la montaña Arunachala en Tiruvannamalai, la vaca Lakshmi y el místico no-actuar, tan despreciado en Occidente. Estoy aquí es una propuesta universal a congelar tus movimientos que sigues repitiendo por inercia. Cada día te levantas, produces, te distraes, recargas de energía a ese cuerpo y vas mutando hasta el día en que morirás.
Lo que más me ha gustado de este cómic es lo respetuoso que es con todas las formas de existencia y diversas creencias respecto al más allá. Ramana tuvo su revelación pero en ningún momento quiso predicar, ni obtener beneficio, ni montar una escuela ni que le siguieran. Precisamente, esta decisión legitimó su verdad para sus seguidores. Desde el templo, pasó por una cueva y por distintos espacios hasta llegar al Ashram que irá creciendo hasta el final. Estoy aquí es más que un sujeto que se para en un lugar y en un momento concreto.
Durante las vivencias de Ramana aprendes (o recuerdas si ya lo conocías) las enseñanzas de la rama del hinduismo en la que se le encuadra, a saber: el advaismo o Vendana Advaita. Estoy aquí significa que no hay dualidad, en este sentido, el ser o “lo que hay” siempre ha sido, por lo que no cabe una creación de la nada ni una muerte en sentido radical. Todos somos parte de ese ser que los hindúes consideran de naturaleza divina: “la liberación consiste en deshacerse de la falsa ilusión de que no estamos liberados”.
El “yo” es una ilusión causada por Maya, por la capacidad ilusoria del mundo fenoménico. Por eso, cuando sus devotos llegan a preguntarle sobre cuestiones políticas o existenciales, especialmente desde Europa, responde con la pregunta: “¿Quién es el “yo” que quiere saberlo?” El panteísmo de su biografía se mezcla en algunos capítulos con pasajes de la mitología hindú, representados con cuadros y cambio de tipografía, que embellecen, aún más si cabe, la historia.