Feminismo Ilustrado. Ideas para combatir el machismo. El título está absolutamente claro y no deja nada a la imaginación, porque esto es lo que vamos a encontrar dentro de las páginas de este libro. Un viaje a través del feminismo y de las formas de reconocer el machismo que hay a nuestro alrededor. Desde luego hay muchas fórmulas para poder dar a conocer la realidad del feminismo, y creo que María Murnau y Helen Sotillo utilizan una de las mejores, el humor.
¡¿Quién osa decir que los feministas carecemos de humor?!
Además de hacerlo divertido son rigurosas en la información y clarificadoras de conceptos. Saben que es importante empezar por el principio para comprender; así pues, el primer punto en desarrollar es el “Patriarcado”, que definen como el sistema político, económico, religioso y social basado en el privilegio de los hombres sobre las mujeres. Y aunque muchos pueden pensar que las leyes ya equiparan en todo a hombres y mujeres, como muy bien puntualizan:
“No podemos dejarnos engañar por el fantasma de la legalidad. Las leyes por sí solas no pueden cambiar una sociedad, hay que aplicarlas con convicción. Si nos guiamos por ellas podemos caer en el error de creer que la desigualdad es ya historia, y eso no es cierto”.
Y ahora antes de que todo el mundo se ponga a intentar contestar mentalmente sobre que esto es un error y que la igualdad llegó para quedarse a través de las leyes…, vamos a reflexionar. Y si un rato de reflexión no ha servido, duplicaremos el tiempo y le daremos otra vuelta, miraremos más detenidamente a nuestro alrededor, observaremos la realidad que nos rodea, la desprenderemos del cariño que profesamos a los que conviven con nosotros, y retomamos el tema 😉
Los pasos siguientes serán, como no podía ser de otra manera, entender que es el machismo, y qué el feminismo, y comprender la literalidad de estor términos. En relación al feminismo hay que afanarse porque todo el mundo comprenda que persigue la igualdad absoluta entre hombres y mujeres. Y el machismo la supremacía del hombre sobre la mujer. Esta diferencia ha de ser absolutamente clara.
Hacen las autoras un pequeño repaso histórico del feminismo y nos conminan a declararnos sin miedos y sin vergüenzas como feministas.
¡Yo soy feminista!
Lo cierto es que desde hace un año aproximadamente hay un despertar muy importante del movimiento feminista, o como mejor se debería decir, de los movimientos feministas, que pueden tener diversas visiones o formas que querer llegar a un fin común, el de la igualdad.
Roles de género, micromachísmos, cosificación, son otros puntos que acertadamente están desarrollados en este libro.
Como dice la contraportada “«Feminista» es una palabra que viene con mucho equipaje. Demasiado. En este libro la explicamos desde el humor y con viñetas. Tratamos de plantarle cara al machismo y de quitarle la máscara al patriarcado. A ver si, ilustrándolo, se entiende de una vez por todas que todos deberíamos ser feministas”.
Me encanta lo bien que utilizan los determinantes del género, no van a la banalidad si no a lo que realmente importa. Son inclusivas en el discurso y en la forma de entender el feminismo, y eso me gusta porque allí dentro debemos y tenemos la obligación de caber todos.
Es posible que uno de los temas que cada vez más debemos poner encima de la mesa sea la necesidad del empoderamiento de las mujeres. Creer que se puede, “tomar conciencia del poder que cada una de nosotras tenemos para afrontar todas las situaciones de la vida”. Para eso es fundamental que aparezcamos en la parte de la historia que se nos ha hurtado al narrarla. Hablar de las mujeres que por mérito propio llegaron a recibir el Premio Nobel, o aquellas otras a las que se les negaron muchos premios y reconocimientos por el solo hecho de ser mujer. Que los libros nos muestren a esas mujeres fuertes e independientes que hicieron que el mundo diese pasos fundamentales hacia el futuro. Que dejen de estar invisibilizadas. Que aparezcan en libros, en películas, en obras de teatro, en televisión, de forma que sus nombres y sus vidas lleguen a calar en nuestro interior, en el interior de cada uno de nosotros y en el interior de la sociedad.
Hay otra palabra que me ha gustado que aparezca en el libro, el término Sororidad, que viene a ser la alianza entre mujeres que fomenta la confianza y el apoyo.
La desunión entre mujeres siempre ha sido aprovechada por el patriarcado ¿Han escuchado en alguna ocasión expresiones de este tipo dichas por nosotras mismas?: Es una facilona, no se respeta, va provocando, es una zorra de manual,… Pues todas estas cosas son las que deben desaparecer de nuestro lenguaje, pero sobre todo de nuestras cabezas. Las mujeres debemos sentirnos libres para ir y actuar, dentro de nuestra libertad y con respeto a las libertades ajenas, como queramos.
Me parece importante que sobre todo la gente joven comprenda que es vital para conseguir la igualdad unir fuerzas, ese tipo de frases de “si nos tocan a una nos tocan a todas” nos ofrece ese sentimiento de unión, y eso siempre debilita a aquellos que quieren destruirnos como merecedoras de esa igualdad y de nuestros derechos igualitarios reales.
Hace muchísimo tiempo… años, en una reseña les hablaba del Test de Bechdel, también nos hablan de él en el libro, y les aseguro que la mayoría de las películas que se comercializan siguen sin poder pasarlo.
Se avanza, pero falta un largo recorrido para derrotar al machismo… Este tiene que ser un año importante para el feminismo, se nota en el ambiente que ya no habrá vuelta atrás.
Ufff al final me he puesto algo seria y resultaba que este libro era para ver estas cosas dentro del marco del humor 😉