Hay que reconocer que Flash Gordon no ha tenido el mismo protagonismo que otros superhéroes dentro del universo de DC Cómics. Los motivos son obvios y la competencia muy dura. No obstante, debo reconocer que es un personaje que a mí siempre me ha resultado especialmente simpático.
La historia de Flash es larga. Desde su creación en 1941 varios velocistas han estado corriendo a lo largo y ancho del universo DC. Además se ha ganado por derecho propio ser uno de los personajes preferidos del género sci-fi tanto dentro como fuera del cómic, pudiendo ser éste el motivo de la llegada de Francis Manapul y Brian Buccellato a los mandos del guión, dibujo y tintas de uno de los héroes preferidos del gran público.
El argumento de este tomo se centra en un Barry Allen joven y soltero que trabaja en la policía científica. Durante una cita con su compañera de trabajo Patty Spivot, unos criminales roban un misterioso aparato.
Barry, transformándose en Flash, logra detenerlos, pero al parecer mata a uno de ellos lanzándolo contra una pared, para luego descubrir que era su viejo amigo Manuel Lago. Lo que tiene que pasar Barry para descubrir porqué Manuel estaba implicado en aquel atraco, le va a sumergir en una espiral de sucesos en los que llegará incluso a descubrir nuevos superpoderes.
Hay una gran cantidad de subtramas desarrollándose al mismo tiempo, lo que consigue dar a la historia un tono de novela gráfica que hace que sientas la necesidad de seguir pasando páginas para saber como sigue la historia. La trama tan elaborada que Francis Manapul y Brian Buccellato han conseguido crear en el primer arco termina con un giro argumental bastante inesperado, introduciendo el concepto de que la Fuerza de la Velocidad afecta al Espacio-tiempo, algo que ya les resultará familiar a los antiguos fans de Flash.
Merece mucho la pena también el enfoque que dan Manapul y Buccellato a un viejo conocido de Flash: El Capitán Frío. Lejos de ser el antiguo Leonard Snart sin especiales superpoderes más allá que un especial uso de la tecnología, el nuevo Capitán ha integrado sus poderes en su propio cuerpo, algo que sorprende incluso al propio Barry Allen.
Es de justicia decir que Buccellato y Manapul han alcanzado un nivel de trabajo en equipo que pocos autores consiguen y si algo hay que destacar es el espectacular aspecto gráfico. Flash es un festival de color que sorprende a cada página alejándose todo lo que puede del la oscura atmósfera de otros superhéroes del universo DC. Ese sello de Flash junto con su particular sentido del humor hacen de Barry uno de los personajes más entrañables del panorama de superhéroes actual.
En resumen, Flash Avanzar es, al menos para mí, uno de los grandes trabajos del dúo Manapul – Buccellato y uno de los mejores títulos actuales del nuevo universo DC. Una compra obligatoria para todo fan de los superhéroes clásicos y un festival de color para nuestros ojos acostumbrados al azul y al gris. Espero ansioso que llegue el tercer tomo para ver qué le depara el futuro al nuestro velocista preferido.