Hay veces que como un libro se meta en la cabeza, me pongo un poco en modo obsesiva non-stop y allá que voy. En cuanto lo tengo entre mis manos tengo que leerlo, sin pausa sin mesura y sin control. Como una auténtica pirada. Afortunadamente, los libros con los que me pasa suelo poder acabarlos en el mismo día. No me ha ocurrido lo mismo con libros tipo Ulises o Guerra y paz. Menos mal, porque sería demasiada locura pretender leerlos de una sentada. No me retéis, ¿eh?
Hace un rato hablaba con mi hermana sobre Frida Kahlo y es que a las dos nos parece que, de algún modo, la figura de esta genial mujer está un poco de moda. ¿No os lo parece? De un tiempo a esta parte he visto todo tipo de merchandising sobre ella: vestidos, camisetas, libretas, cojines…etc. ¿A qué se debe? Francamente, ni idea. No es que se celebre ningún aniversario este año ni nada por el estilo, así que este boom Frida no tiene una explicación, aunque esto no quita para que sea totalmente comprensible: Frida es mucha Frida.
No voy a venir a hacerme a la interesante, pero esta moda reciente me pilla lejos. Yo a Frida Kahlo la quiero desde mi adolescencia. Sí, digo que la quiero porque es para quererla. Recuerdo haber leído una biografía suya cuando tenía unos diecisiete años (lo que no recuerdo es cuál, porque hay muchas biografías de Frida, pero si lo supiera os lo diría). Desde entonces, Frida para mí es esa mujer fuerte, esa pintora y poeta, pura originalidad y sentimiento a la que admiro y entiendo. Frida es fuerte, pero a mí me ablanda el corazón. Podría decir que ella es una de mis debilidades. Frida Kahlo es enorme y el libro del que hoy os hablo está a su altura.
No voy a volver a decir aquello de que me encantan los libros ilustrados porque corro el riesgo de resultar ya pesada (santa paciencia), pero ya os he dado la pista: Frida Kahlo, una biografía no es una biografía al uso. Este libro nace de la admiración de la ilustradora Herman Hesse y el resultado es completamente maravilloso.
Supongo que, más o menos, todos conocéis a Frida. No sólo por esta reciente moda de la que os hablo, sino porque esta mexicana es bastante conocida mundialmente. Sus cejas, o mejor dicho, su ceja, su bigote, sus vestidos y flores son algunas de sus señas de identidad. Sus cuadros, principalmente autorretratos, también son bastante famosos. Seguro que algunos os suenan mucho.
María Hesse nos invita a conocerla a través de sus ilustraciones. Lo que se cuenta en Frida Kalho, una biografía es una mezcla de la vida real y aquella que Frida inventó. Un paseo de la mano de esta ilustradora por una vida fascinante llena de angustia y de dolor, pero también de amor y esperanza. Las ilustraciones de María Hesse que acompañan los textos son preciosas. Son tan naif y tan monas que hacen que este libro pase a ser uno de mis libros ilustrados favoritos. Y ya os he dicho que me gustan muchísimo estos libros (¿Otra vez? ¡Qué tía más pesada!)
La vida de Frida Kahlo no fue todo lo fácil que ella se merecía. Pero claro, ¿quién no se merece una vida fácil? Quizá, sin todas esas contrariedades no hubiésemos conocido a la Frida que hoy conocemos, pero estoy divagando mucho. Frida tuvo una vida complicada, pero ella fue una mujer tremendamente fuerte que nos ha dejado mucho más que su dolor. Ella misma dijo que había sufrido dos grandes accidentes a lo largo de su vida: el que sucedió en 1925 cuando el pasamanos del autobús en el que viajaba atravesó su cuerpo al chocar contra un tranvía y que la dejó durante más de un año en cama con secuelas irreversibles; y el conocer al que fue el gran amor de su vida, el también pintor Diego Rivera. En la vida de Frida, tanto el dolor físico como el dolor psíquico que le provocaba el, permítanme decirlo, sapo-feo-e-infiel de Diego Rivera fueron sus dos mayores constantes.
Una mujer que sufrió, pero que supo disfrutar al máximo su vida. Y aunque durante toda su existencia los dolores la acompañaron, siempre me ha fascinado que en su último cuadro, pintado mientras estaba postrada en la cama, aparezca la inscripción “Viva la vida”. Esa era Frida: pura vida. Y este libro, Frida Kahlo, una biografía, es un homenaje precioso que también rebosa vitalidad ¡Viva Frida!