Jennifer L. Armentrout y yo ya nos conocíamos. Fue hace unos cuatro años, más o menos, cuando me metí en uno de sus mundos a través de Cazadora de hadas. Fue una historia que me gustó bastante, el comienzo de una trilogía si no me equivoco, y que me dejó con ganas de más. Sin embargo, cuando salió la segunda parte estuve a punto de comprarla, pero al final se quedó en la estantería de la librería. A veces me pasa eso, sobre todo con las sagas, y me da mucha rabia porque el diagnóstico me hace pensar que es por pérdida de interés. Y eso es una pena.
El caso es que perdí esa ocasión de continuar con aquella saga (podría retomarla, pero, sinceramente, no recuerdo casi nada del primer libro y tendría que volver a leerlo y eso me da una pereza tremenda), así que cuando vi que Plataforma Neo iba a publicar una nueva historia de esta autora, me lancé de cabeza a por ella. En este caso se trataba de Furia y tormenta, el comienzo de una saga que lleva por nombre El heraldo.
Lo cierto es que no sabía qué me iba a encontrar, así que me dejé llevar por lo que tuviera que contarme la autora. En seguida conocí a Trin, una chica que vive en un mundo de Guardianes, aunque ella es humana. Es humana pero con algún secreto que otro, como por ejemplo que puede ver fantasmas —y tiene un amigo fantasma llamado Cacahuete que es lo mejor del libro—. Y ahora os preguntaréis qué son los Guardianes y a qué se dedican. Pues bien, su misión principal es proteger al mundo de los demonios, y lo hacen a través de su habilidad de convertirse en gárgolas. ¿Gárgolas? Pues sí. Al principio me pareció algo raro, no os voy a mentir, pero al final vi que era algo muy original y que en la práctica funcionaba. Así que tenemos gárgolas, fantasmas, demonios, ángeles… Un poco de todo.
Entonces llega un momento en el que Trin conoce a Zayne, un Guardián que, para qué nos vamos a engañar, es guapísimo y además tiene una conexión con ella que es especial. Sin embargo, no tendrán mucho tiempo de averiguar de qué se trata esa conexión porque el mejor amigo y protector de Trin desaparece sin dejar rastro, así que la trama se centra en buscarlo por todas partes. Aunque lo cierto es que la autora se toma mucho tiempo en investigar la relación de estos dos, de Trin y Zayne, porque aquí la historia romántica es muy pero que muy importante. Hay tiempo para todo.
Además, hay un punto importante que hay que destacar en Furia y tormenta. La protagonista padece retinitis pigmentaria, que es un grupo de trastornos genéticos que implican la descomposición y la muerte de las células de la retina. Trin ha perdido muchísima vista y sabe que cada día irá a más, hasta que al final se quede ciega del todo. Y esto es importante porque la propia autora padece esta enfermedad y, harta de que no tuviera visibilidad y la gente no tuviera ni idea de qué es este trastorno, decidió crear una protagonista que hablara de ello abiertamente y sin tabúes. Desde aquí me quito el sombrero porque me imagino que no tuvo que ser fácil crear este personaje y transmitir todo lo que quería de la forma en la que lo ha hecho.
Como veis, son muchísimas cosas las que encontramos dentro de esta trama. Quizás parezca que es mucho para tratarse de un único libro, pero por eso creo que Jennifer L. Armentrout ha decidido convertir esto en una saga. Este primer tomo es una presentación del mundo que ha creado y creo que lo ha hecho bastante bien. Ahora quedar descubrir cómo se desarrolla todo esto en los siguientes libros.