Fūrinkazan. La epopeya del clan Takeda, de Yasushi Inoue
Es necesario leer muchas veces la biografía de Yasushi Inoue, el autor de Fūrinkazan, y comprobar una y otra vez que efectivamente se trata de un autor del siglo XX para aceptar que esta magnífica obra es en realidad contemporánea y no está escrita en el siglo XVI, en el que está ambientada. Porque es una obra que tiene ese poso de los clásicos, ese sabor de estar asistiendo a algo grande, intemporal, de estar tomando posesión de una herencia del pasado, de entrar en contacto con la tradición. Y es que lo es, las grandes obras siempre son del tiempo que describen porque lo hacen suyo, al tiempo que siempre son modernas porque en cualquier época se leen con la misma emoción y con ojos de descubrimiento.
Fūrinkazan narra la última etapa de la vida de Yamamoto Kansuke, un personaje de pequeña estatura, cojo, tuerto, feo y que no obstante logra uno tras otro sus objetivos gracias a su privilegiada mente de estratega y a su inquebrantable determinación. No siempre sus métodos son edificantes, pero es un personaje sumamente interesante porque tiene su propio código del honor y es leal a el y a su señor, que lo es del clan Takeda, y es fácil empatizar con él pese a que sus virtudes no son siempre utilizadas para el bien.
Se trata de un personaje envuelto en un halo misterioso al que se le suponen múltiples habilidades que en realidad no tiene, al que se cree un maestro en un determinado arte marcial que desconoce, por ejemplo, pero que está dotado de una capacidad casi sobrehumana para la estrategia militar y de una intuición y una dialéctica que le permiten anticiparse a los deseos de su jefe, la primera de ellas, y vestir esa opinión oportunista con ropajes dialécticos tales que parezca nacida de la argumentación intelectual más meditada. Un ejemplo más de su carácter es que todo el mundo le considera un gran viajero pese a que apenas conoce su región natal y la contigua, pero es capaz de hablar de cada lugar, de sus gentes, parajes y costumbres con tal poder de convicción que nadie creería que no lo conoce a la perfección.
Pero pese a su gran inteligencia para los asuntos de la guerra y la política, Yamamoto Kansuke es un ser completamente incapacitado para la comprensión de los asuntos del corazón y de la pasión. Su capacidad de amar se muestra en forma de lealtad y de gratitud hacia aquellos a quienes se lo entrega, se podría decir incluso que ama sin saberlo pero su amor no es por ello menos fuerte. Las páginas de Fūrinkazan en las que Yasushi Inoue trata de esta faceta del protagonista son de gran belleza. Y lo son hasta el punto en el que cuando hasta cierto modo confluyen ambas en la batalla de Kawanakajima, el autor es capaz de emocionar al lector imaginando los sentimientos de Kansuke entre descripciones de estrategia militar y épica bélica.
No es Kansuke el único personaje extraordinario de Fūrinkazan, si hubiera que confeccionar un catálogo de ellos sin duda en segundo lugar habría que colocar a Yubuhime, la concubina Takeda Harunobu (después Shinguén), jefe del clan Takeda, a quien le da un hijo varón en quien Kansuke deposita todas sus esperanzas para dar continuidad al clan. Es un personaje contradictorio, una mujer hermosa de un gran carácter forjado por dos fuerzas opuestas, el amor y el odio que siente hacia una misma persona. Al modo sutil en el que transcurren los asuntos que no tienen que ver con la violencia en la narrativa japonesa, se diría que Yubuhime está ahí para recordarnos que la vida no es asunto que quepa en estrategia, razonamiento o lógica alguna y que en la batalla entre sentimientos y razón son los primeros que, pese a lo escueto de sus armas y lo irracional e indomesticable de sus argumentos, no es difícil que salgan victoriosos.
No es la más lírica de las novelas japonesas que haya leído, sin embargo es muy fiel a esa tradición de novelar en base a hechos y personajes reales y pese a ello desplegar una creatividad y un talento narrativo que no sabe de corsés ni de barreras para poner en pie ese homenaje a la vida que siempre es una buena novela.
Andrés Barrero
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