No sé si el término está generalizado o no, pero en mi círculo de amigos del blog Libros y Literatura tenemos identificado un grupo de autores a los que llamamos “clásicos modernos” entre los que, por poner algunos ejemplos, estarían Simone de Beauvoir, Daniel Defoe, Virginia Woolf, Lewis Carroll… Grandes autores de este siglo o el anterior, que tratan los temas existenciales y que pese a ser coetáneos nuestros, han dejado una huella que permanecerá a lo largo de los siglos. Pues bien, yo hoy quiero sumar a este grupo de grandes autores de nuestro tiempo a Jim Davis.
Quizá no reconozcan al autor por su nombre, pero si les hablo de Garfield, seguro que se les enciende la bombilla. Su tira cómica es la de mayor difusión en todo el mundo, con 220 millones de lectores y publicada en más de 2.500 periódicos; pero es que además tiene un montón de libros que han sido best sellers mundiales, series de televisión, películas y merchandising. En sus casi 40 años de historia, Garfield se ha hecho un nombre que ya quisieran para sí muchas de las novelas de la más alta literatura.
Yo no tengo muy claro de dónde viene el gran tirón de Garfield (si lo supiera, dibujaría mis propias tiras cómicas con la fórmula del éxito y me haría multimillonario y famoso) pero me imagino que algo tiene que ver con que Garfield tiene mucho de nosotros. Pero no con el “yo” con el que nos sentimos a gusto y con el que nos vendemos a los demás. No. Garfield es esa parte que está debajo de la primera capa de pintura brillante con la que nos mostramos a aquellos que pretendemos deslumbrar con nuestro encanto. Garfield es nuestras manías y odios, todo aquello que solo mostramos en la intimidad del hogar, cuando nadie nos mira. Garfield es la pereza de levantarte de la cama, las ganas de comerte un trozo de tarta, de zamparte ese plato delicioso hasta que la barriga tenga forma de bola de billar. Garfield representa ese amor que sentimos hacia los que nos rodean, pero que nos irritan constantemente y a los que nos gustaría darles alguna patada de vez en cuando, arañarles los tobillos y morderles en el culo. Garfield es ese egoísmo sano que todos sentimos alguna vez, esas ganas de soltar a un amigo una puyita malintencionada que nos va a hacer reír aunque sea a costa de un poco de su sufrimiento. Puede que hasta con ánimo de ayudarle. Puede.
Pero Garfield no sale siempre ganando, y muchas veces sus propias jugarretas se vuelven en su contra. Y aquí es cuando nos reímos de nosotros mismos, o simplemente disfrutamos con el “se lo merece por malvado”. Pero Garfield también tiene su corazoncito, ama a Jon y a Oddie a la manera en la que muchos amamos a los nuestros, estando ahí cuando nos necesitan, y puteándolos un poquito cuando no.
Reconozco que estas tiras de Garfield on line no son distintas a cualquier otra recopilación de tiras de nuestro gato sarcástico y sus amigos. Son reconfortantes porque uno sabe lo que va a encontrar, y no defraudan. Y aún así siguen resultando divertidas, con un humor bastante sencillo y blanco, apto para todos los públicos. Garfield on line es un rincón seguro en el mundillo de los cómics, uno de esos libros que vale la pena tener para hojear de vez en cuando y echarte unas risas, aunque no sepas muy bien si te estás riendo de los personajes o de ti mismo.
Garfield es genial! Pero más genial es esta reseña que da más ganas de leerlo.
¡Gracias Tessa! Tú eres mi lectora ideal, gracias por estar ahí y comentar. ¡Un beso!