Reseña del Libro “Gata blanca: Los obradores de maleficios. Libro 1”, de Holly Black
A Holly Black la conocí leyendo El príncipe cruel, libro que me gustó bastante a pesar de tener mis más y mis menos con sus protagonistas Jude y Cardan —sigo sin soportar a Cardan, aunque espero leer pronto El rey malvado y que mi opinión sobre él cambie—. En fin, que cuando descubrí que el sello Umbriel iba a reeditar la trilogía de ficción urbana Los obradores de maleficios, escrita por esta autora hace años, decidí darle una oportunidad, ya que el primer tomo, Gata blanca, es un libro realmente corto (no llega a 300 páginas) con una trama oscura, cruel y mordaz muy atrayente.
Pero, ¿qué? ¿Realmente merece la pena? Bueno, puedo decir que es una novela que he leído casi de una sentada con un aire misterioso y oscuro que se respira constantemente a través de sus personajes y en cada capítulo, y eso hace que no podamos despegarnos de sus páginas.
También me ha gustado mucho que el narrador sea masculino. Lo digo porque normalmente las historias que suelo leer de fantasía young y new adult tienen una protagonista femenina, y aunque es algo que me encanta, siempre viene bien cambiar un poco y meternos en la piel de un chico. En este caso, Cassel Sharpe es nuestro protagonista, y no me podría haber gustado más. Es un joven al más puro estilo Draco Malfoy con un toque a El Higgins de Una educación mortal. Su actitud sarcástica y resignada y la forma de dirigirse al lector me han sacado más de una sonrisa y me han hecho disfrutar mucho.
Cassel pertenece a un mundo como el nuestro pero que no es como el nuestro. Me explico: en este universo existe la magia, pero se prohibió en 1929, por lo que los obradores de maleficios tienen que trabajar en la clandestinidad. La familia de Cassel trabaja para una de las cinco grandes familias mafiosas de Estados Unidos, y lo peor de todo es que Cassel no puede hacer magia. Su familia es un desastre, está desestructurada y sus hermanos le odian por no tener poderes. Para más inri, Cassel está maldito y no puede olvidar a la chica que asesinó.
Con todos estos ingredientes, la novela promete mucho. Aun así, sí que he echado en falta un poco más de explicaciones y detalles sobre este mundo por parte de Holly Black, ya que aunque la novela es breve, el comienzo es muy confuso y cuesta que el lector se ubique, se dan muchas cosas por supuestas y algo más de información no hubiera venido mal. No obstante, una vez que comprendemos dónde estamos y cómo es el mundo que nos rodea, la historia se lee sola. Además, la sensación de no poder fiarte de nadie en el libro es un punto a favor, pues eso mantiene la intriga y consigue que nos mordamos las uñas y que estemos a la defensiva.
Y ya por último, algo que creo que es importante recalcar es que Gata blanca: Los obradores de maleficios. Libro 1 se puede leer como libro autoconclusivo, todo queda muy atado a pesar de dejar la puerta abierta al resto de tomos de la trilogía. Así que, si os atrae la fantasía urbana, la magia y los personajes mordaces más cerca de la oscuridad que de la luz y queréis pasar un rato donde nada es lo que parece, os animo a que le deis una oportunidad a Cassel, a su mundo y a todos sus demonios.