Ghostgirl: loca por amor, de Tonya Hurley
A ver si alguien puede responderme negativamente a esta pregunta: ¿es el amor, en ocasiones un problema? Los que hayan respondido afirmativamente, enhorabuena, sois como el resto de los mortales. Los que hayan respondido negativamente, enhorabuena también porque, queridos lectores, tenéis una suerte inmensa. El amor, ese sentimiento universal, hace que sintamos mariposas en el estómago, pero ojo, también nos puede llevar a fuertes dolores de tripa. Todo en uno como en los electrodomésticos. Pero, ¿qué sucede si el amor se presenta una vez que te han enterrado bajo tierra? ¿Puede ser que sintamos algo tan grande con las uñas ennegrecidas? Eso es lo que se plantea aquí en “Ghostgirl: loca por amor” y eso es lo que nos dará que pensar esta historia de malentendidos, de cosas que no se dicen pero que, irremediablemente, siempre se saben.
Charlotte se enfrenta a su última prueba para graduarse: volver al instituto y salvar la vida de alguien que se le he asignado. El problema no es la tarea, en eso tiene experiencia, el problema es que se está enamorando de su proyecto de fin de curso y eso no puede acarrear más problemas de los que ya tiene…
Tonya Hurley se despide. Se despide sin hacerlo realmente. Cierra la trilogía que empezó con “Ghostgirl” en una historia llena de buenos sentimientos, de amor por los cuatro costados de las páginas del libro y con una idea clara en la cabeza: si quieres algo, tienes que luchar por ello. Esta es, a mi parecer, la novela más madura de las tres que nos ha regalado hasta el momento. No sólo se nota que su protagonista, Charlotte, ha crecido desde la primera historia sino que, además, los problemas que la acucian son los propios de la vida adulta, de eso que llamamos “hacernos mayores” y que tanto nos cuesta a veces reconocer. Pero si una cosa tengo clara con “Ghostgirl: loca por amor” es que, como abanderada de la literatura para jóvenes, la autora no tiene precio alguno. No sólo ha conseguido que, el que suscribe, quiera conseguir la siguiente historia con la que nos va a endulzar las tardes, noches o mañanas, sino que ha logrado que mire una y otra vez las nuevas informaciones que salen sobre sus próximos proyectos. Tonya Hurley es una maestra, una de esas pocas escritoras que, con una historia relativamente nueva, ha conseguido crear un mundo propio que estaba poco inexplorado. Y al final eso es lo bueno de las novelas ¿o no?
“Ghostgirl: loca por amor” es un ejercicio de madurez, de quererse a uno mismo y vencer todas esas inseguridades que vienen unidas a lo que es la adolescencia. Y junto a los dos volúmenes anteriores, se forma una trilogía extraordinaria que mezcla ficción y realidad como si fuera un baile orquestado y ensayado desde hace mucho tiempo. El amor es el eje principal de la historia, pero también aparecen la venganza, la camaradería entre amigos, el sentimiento de haber encontrado a una familia que, en la Otra Vida, hubiera sido complicado que apareciera. Y al final, como si de un beso encantado se tratara, el amor vuelve a hacer acto de presencia para anudarlo todo en una simetría perfecta. Este libro habla del romanticismo, de ese primer amor que todos hemos tenido, y las dudas que vienen unidas como si estuvieran cogidos de la mano. Porque, cuando se trata de hablar de la vida de las personas, ¿acaso el amor no es lo único que hemos compartido todos alguna vez en nuestra existencia?
Tonya Hurley se despide. Pero lo hace con un adiós tímido en lo que, como si de un eco lejano se tratase, una nueva historia para estas Navidades. ¿Será Charlotte entonces, presa del espíritu de las fiestas o, por el contrario, sólo querrá huir de ellas? Os mantendré informados.