Nunca he estado en una fiesta de pijamas ni he hecho una. No sé si es que soy muy poco americana o he tenido una infancia rara. ¿Vosotros sí? Tampoco es algo que eche de menos, pero tiene que ser divertido cuando eres pequeño. De mayores eso de andar en un saco de dormir o usar una cama ajena, como que no es lo más apetecible. (Yo es que a mi cama la quiero mucho).
Os cuento este rollo no para aburriros, sino porque el libro del que os voy a hablar tiene que ver con mi introducción. Gracias y buenas noches es un libro dirigido a los lectores más pequeños. Ese tipo de libro que me encanta alternar entre mis lecturas más serias.
Publicado por Océano Travesía y escrito por Patrick McDonnell, este libro es una monada. El cuento ideal para leer o dejar que los niños lean antes de irse a la cama. Porque, como os decía, este librito habla sobre ese mágico momento en el que se pone el sol y sale la luna. Ese intervalo de tiempo en el que nos preparamos para irnos a dormir y en el que aún pueden ocurrir muchas cosas.
En Gracias y buenas noches, una niña llamada Marga ayuda a su pequeño amigo Clemente a ponerse su pijama favorito para recibir a sus amigos Juan y Aldo Alejandro. Será una noche muy especial, pues juntos disfrutarán de una agradable fiesta de pijamas. Saltarán, jugarán y bailarán. Hasta realizarán un concurso de caras divertidas. Todavía tienen mucho tiempo antes de irse a dormir, así que jugarán al escondite, harán algo de yoga y cenarán juntos. Cuando ya llega lo noche cerrada, los tres amigos pedirán deseos a las estrellas fugaces y escucharán cómo un ruiseñor les canta una canción de cuna sólo para ellos. Será entonces cuando el sueño les llegue a nuestros amigos. Marga les conducirá a la cama y les leerá sus cuentos preferidos. Eso sí, antes de dormirse por fin, tendrán que dar las gracias a todas las cosas maravillosas que les han ocurrido durante el día. ¡Y eso que hoy ha sido un día largo repleto de aventuras increíbles!
Como os decía unas líneas más arriba, Gracias y buenas noches es un cuento muy tierno y apropiado para los peques que no quieren irse a dormir. Seguro que con este cuento tendrán más ganas de irse a la cama. Y el hecho de dar las gracias por todas las cosas bonitas que nos han ocurrido durante el día me parece una manera preciosa de despedir el día, ¿no os parece? Es algo que todos, incluido los mayores, deberíamos practicar a modo de reflexión antes de dormir. Seguro que agradeciendo lo que tenemos todo nos iría mejor.
Las ilustraciones, por cierto, son tan dulces como el cuento. Y ahora, después de tanto hablar de fiestas de pijamas y de preparativos para dormirse, me ha entrado un sueño terrible. ¿Me disculpáis? Creo que…ZZzzZZzz.