Reseña del libro “Grupo de apoyo para Final Girls”, de Grady Hendrix
¿Recordáis la reseña de El exorcismo de mi mejor amiga? Ahí decía que hasta hacía bien poco no tenía ni zorra idea de quién era el tipo este, Grady Hendrix, y que de golpe empezaron a caerme algunos de sus títulos encima. Que salvo Horrorstör todos me gustaron y que seguiría leyéndolo siempre que tuviera propuestas originales que me llamaran a hacerlo.
Y aquí estamos otra vez. Porque sí, el señor Hendrix ha vuelto a hacerlo y no he podido resistirme a leerle de nuevo. Porque si algo tiene son propuestas originales, ¡redios!
Esta vez no habla de vampiros ni demonios, sino de algo más terrenal aunque también siniestro y oscuro. ¿En qué fregado se nos ha metido esta vez el escritor con nombre de guitarrista? En el de los slashers o pelis de cuchilladas como es, por ejemplo, una peli que me viene ahora a la cabeza y que me gustó cuando la vi en el cine: Scream. Si conocéis esa peli ya sabéis de qué tipo de pelis os estoy hablando. Pues bien. Este libro va de las Final Girls, que son esas chicas o mujeres que han sobrevivido al asesino de turno que se ha dedicado a asesinar a todo un mogollón de gente a su alrededor de variadas y sangrientas maneras.
Hendrix se plantea el después de una Final Girl, en concreto el de Lynnette Tarkington. ¿Qué sucede después de haber sobrevivido a una experiencia tan traumática como el haber sido testigo de cómo un loco hijo de puta se ha cargado a tu padre, tu madre, tu hermana y te ha colgado de las astas de un ciervo y dado por muerta?
Lynette lleva diez años yendo a un grupo secreto de terapia, reuniéndose con otras cinco Final Girls. Se ha convertido en una fanática de la seguridad. Tiene una jaula en su casa para aislarse en caso de que alguien entre (y por lo visto hay mucho fanático en Internet al que gustaría acabar con lo que los asesinos en serie no acaban) y quiera hacerle daño. Cada equis tiempo controla las vías de escape que se ha encargado de procurarse, controla la presión de los neumáticos de un coche que le sirva para huir cagando leches, tiene dinero escondido en algún lugar por si tiene que desaparecer sin dejar rastro, viste con zapatillas de deporte por si tiene que salir por patas, no sale de casa más que lo imprescindible para ir y volver de la terapia, cosa que hace mediante varios trasbordos, en autobús y siempre lleva un espray de pimienta, un cúter, y una cuchilla que se pega con esparadrapo al tobillo izquierdo. No lleva auriculares ni gafas de sol, ni pelo largo. Dejó de llevar pistola tras un incidente en el transporte público. Controla a toda la gente, cada esquina, anota mentalmente las matrículas de los coches que aminoran la marcha al acercarse a ella, vigila los zapatos de la gente… Lo dicho: una psicópata de la seguridad.
“—Antes de que amanezca va a morir gente, eso tenlo por seguro.
Es una frase tan del Lejano Oeste que casi me echo a reír, pero no lo hago porque por dentro sé que tiene razón. Siempre tiene razón.”
Y un buen día todo se va a la mierda. Una de las integrantes del grupo de terapia no se presenta. La llaman y no contesta. Y al día siguiente alguien intenta cargarse a Lynnette. Como diría Matías Prats, ¿pero esto qué es? ¿PERO ESTO QUÉ ES? Parece que alguien conoce la existencia del grupo y lo que es peor para Lynnette: conoce todos sus secretos, planes de huída, vías de escape y quiere acabar con todas ellas… ¿Pero quién?
Si en Guía del club de lectura para matar vampiros Hendrix se valió de Patricia para criticar la sociedad machista imperante y en El exorcismo de mi mejor amiga relataba la lealtad, la amistad y los cambios que se producen en la adolescencia, en Grupo de apoyo para Final Girls se nos anima a pasar página y a seguir adelante con nuestra vida, por muy traumáticos que hayan sido los sucesos que nos hayan ocurrido en el pasado.
Hendrix ha vuelto a bordar un libro. Se demuestra profundamente conocedor de las películas de este tipo (incluso llega a inventarse filmografías basadas en las integrantes del grupo con una breve ficha al final), les rinde homenaje y parodia al mismo tiempo las franquicias en este intenso y rapidísimo libro de suspense que es Grupo de apoyo para Final Girls.
Un libro muy entretenido, una carta de amor al género, con giro final incluido, que se lee con facilidad y rapidez, lleno de guiños a las películas, y continuaciones infinitas de este género.
Muy recomendable.