Hablando del asunto, de Julian Barnes
Aquí tenéis un buen libro, listo para hincarle el diente. Sin guarnición. Si acaso lo podéis acompañar de un buen vino. No hace falta más. Ahí van los ingredientes.
El autor, Julian Barnes trabajó como lexicógrafo para el Diccionario Inglés de Oxford, y eso se nota en su escritura. A parte de escribir bien, y dominar perfectamente la técnica, le gustan los juegos de palabras. Así que va salpimentando la lectura con un toque justo de expresiones y las palabras curiosas. Vamos, que no me imagino a uno de mis amiguetes diciendo, en pleno y divino aflato: ¡mueve el culo, esteatopigo!, cosa que el autor sí hace. Por cierto, la traductora tiene mucha parte de culpa en que el libro siga teniendo calidad pese a no estar en su idioma original…
La historia, es más antigua que la tos: un triángulo amoroso con el bueno tonto, el malo listo y la chica inocente. Pero el enfoque es original como pocos y la escritura fluida. La historia contada desde los tres puntos de vista. Aquí cada uno tiene su espacio para explicarse y plasmar su mirada. Cada capítulo relatado por las tres voces, sin prejuicios y sin juicios de valor. Sólos los hechos y los sentimientos. Y que cada cual saque sus conclusiones.
A lo mejor el bueno era demasiado previsible, demasiado aburrido. A lo mejor el malo estaba en realidad enamorado. A lo mejor la víctima real fue la chica. O todo al revés.
En fin, supongo que aquí el que más y el que menos ha pasado por la ruptura de una relación. Y, salvo que nuestro ego sea tan inmenso (o tan inexistente) como para hacer desaparecer alguna de ellas, tras la ruptura, habremos pasado por las tres fases universales:
- “En cierto modo, creo que la culpa fue mia”;
- “¿Por qué me eché yo la culpa?, en realidad la culpa fue suya, ¡que narices!”;
- “Bueno. Quizás ambos tuvimos algo que ver en el asunto”.
Pues bien, nuestra lectura nos llevará en vidas ajenas a través de todas estas fases, sin artificios y sin forzarnos. Con una maestría propia de aquellos que se conocen bien a sí mismos y a los demás.
He de ser sincero. Mientras leía a veces tenía la sensación de ser un poco cotilla. De estar escuchando a unos y otros contarme sus penas (temas un tanto privados y personales), y moverme entre el morbo que me daba escuchar y la sensación de culpa por pensar que son cosas personales, que yo no debería saber y él o ella no debería contarme. Pero claro, todos tenemos un pequeño alma cotilla y no dejamos de escuchar. ¡Qué demonios! Que me faltaban las palomitas y otro cotilla a mi lado para charlar del asunto y poner verdes a unos y otros.
En cualquier caso, he disfrutado con el deseo de tener un rato libre para poder abrir el libro y leer cosas como ésta: “cuando vives mucho tiempo con alguien, vas perdiendo lentamente la capacidad de hacerle feliz, mientras que tu capacidad de herirle sigue intacta. Y viceversa, por supuesto”.
Léelo. No te dejará indiferente. ¡Ah! Y tiene segunda parte…
Francisco Sánchez Cid (Twitter @LightMyWay78)
Barnes es un estupendo escritor. Te recomiento Arthur & George sobre un episodio no muy conocido de la vida de Conan Doyle. Este que citas no lo he leído pero por lo que dices parece ser también otro libro a tener en cuenta.
Saludos.
Definitivamente creo que leeré alguno más de Barnes, y por lo que he leído en tu blog, y Arthur y George será una opción sensacional.
Entre otras cosas por que soy un fan absoluto (casi reverencial) de Sherlock Holmes, lo que nos lleva directamente a Arthur Conan Doyle. Será interesante ver cómo presenta Barnes a este mítico personaje.
Me queda pendiente poner un día la reseña de The New Annotated Sherlock Holmes que, a pesar de sus 2,5 kilos de peso, lo tengo como libro de mesa para antes de dormir.