Habrá una vez un hombre libre, de Ignacio Escuín Borao
Opinión: Este autor turolense, de apenas una treintena incumplida, me atrapa entre sus poemas cada vez con más fuerza.
Yo sé que un poemario no es para leerlo de tirón, es para tenerlo a mano e ir degustándolo poco a poco; y en este libro, Escuín me lo pone fácil, me educa en la lectura poética.
Si lo leemos así, lentamente, podremos ir acompañando al autor en su viaje por la vida a través de unos momentos que nos harán ir conociéndole a golpe de poema.
El libro se estructura en cuatro capítulos, los tres primeros, que conforman la primera parte del libro, expresan tres momentos vitales: “Tránsitos’, en el que veremos momentos básicos de su existencia. ‘Luces de la ciudad’; sí, de la ciudad, y es que ese el mundo de Escuín, entre Vientoatroz, ¡Que gran nombre para la capital aragonesa!, y City, la capital del reino, la que todo se come, incluso al hombre; en ‘Cuerpos débiles’, mostrará sus propias debilidades frente a esa ciudad, frente a los demás, y sobre todo frente a sí mismo.
‘La espera’ es la segunda parte de este libro, y en ella trata el tema de la muerte, la de Lupita, su abuela; un espacio en el que retoma la forma “tradicional” de la poesía, y es precisamente ésta la parte que da sentido al libro como globalidad, pues si poema a poema hemos ido viendo la evolución del autor, le hemos acompañado de la oscuridad a la luz, es en esta parte donde empieza a salir de sí mismo para mirar a su alrededor. Los duros momentos vividos han hecho crecer al hombre.
Como vemos todo ello conforma una estupenda autobiografía existencial, mediante unos poemas en prosa que reinvindican el paso a la posmodernidad, con un limpio y cuidado lenguaje poético y un sentido del ritmo impecable.
Atrás quedó esa poesía oscura de la que hoy reniega, (y yo que me alegro), para llegar a esta que no deja al lector sin entender lo que quiere decir el poeta, para acercarse a la sociedad y para que la sociedad se acerque a la poesía.
“No serían más de las seis de la tarde cuando tomé la decisión. No volveré a escribir poesía oscura, así lo dije y así lo cumplo. Ahora detesto la poesía oscura casi tanto como lo hacías tú cuando yo la escribía. Finalmente di con el límite, me lo encontré, no más tinieblas en los versos. Decidí aun falto de convicción dejarme caer en otros lugares del poema conocidos, hacerme previsible, quizá. No más versos oscuros ni en este papel ni en mi vida ni en mi cama.
Ignacio Escuín”
Quien diga que no entiende la poesía, deberá leer, como veis, “Habrá una vez un hombre libre”, porque es una poesía clara, muy limpia y comprensible para el lector, Escuín es un poeta del siglo XXI, vanguardista, un estudioso de la poesía que ha sabido transmitir a través de su reflexión interior la esencia de sus fuentes.
Comienza su libro con unos versos de Jorge Riechmann:
«¿Y habrá, dices?
¿un día?
¿el?
¿hombre, insistes?
¿de verdad, liberado?»
Y si desmenuzamos cada uno de los capítulos, cada poema, con esa peculiar forma de escribir poesía, veremos como el poeta se va contestando a sí mismo, como se susurra en primera persona buscando a ese hombre que quiere ser libre, y que lo será dentro de sus propios poemas.
Escuin, es un poeta sensible, lo he visto al leer como le conmueve la dependienta de Zara que escribe versos entre venta y venta; y en su primer poema del libro, Lisboa, podemos ver un punto de romanticismo, al que no nos tiene muy acostumbrados, pero que seguro que, cuando se adentre más allá, lo hará también de una forma exquisita.
“Lisboa
Si esto fuera Lisboa yo podría hacerte creer en algún café que soy heredero de Pessoa, o rodeados por las luces amarte y decirte que un collar de uvas blancas nos abraza. Adoro las luces de Lisboa, redondas y descomunales, sueño con ellas tantas noches que al despertar creo estar allí en ocasiones. Pero no, mire donde mire no encuentro Lisboa, y quizá tampoco encuentro lugares más cercanos y conocidos. Busca Lisboa en tu corazón y llena tus manos de su primavera, aquí y en mi pecho hace frío.
Ignacio Escuín”
Ignacio Escuín es un poeta que vive por y para la poesía, que la estudia, que la siente y que la transmite con toda la emoción del hombre libre.
Os adelanto que pronto tendremos la oportunidad de conocerle mejor, ya que ha accedido a mantener con LyL una entrevista. Merecerá la pena adentrarnos con él en el mundo de la poesía.
Susana Hernández
Me ha gustado mucho el libro, sobre todo esa última parte en la que, como dices, el poeta empieza a mirar a su alrededor.
Sí, estoy contigo en pensar que Ignacio Escuín ha evolucionado y esta poesía es más que clara, trasparente.
Me ha gustado el libro, y tu reseña me ha ayudado a comprenderlo mejor, cuando lo relea, pensaré en todo lo que me has dicho.
¡¡¡Felicidades!!!
Gracias por tu comentario Laura!!!
Me alegra que, como a mí, te gustase el libro.
Sí, estos son libros para tenerlos y releerlos, como toda la poesía.
Besos!