Reseña del libro “La parábola de Ellör”, de Carlos Sisí
En la apartada región de Peleas, entre los bosques de castaños, vive un hombre de pelo rojo conocido por las gentes de la región. El problema es que vive desde hace mucho tiempo y no parece envejecer. Las sospechas se vuelven habladurías y el rumor del gigante de barba roja inmortal se extiende como la pólvora a través de las fronteras.
Debido a estos rumores, Inco Waren, el hombre en cuestión, recibe la visita de la joven Helga, huérfana de ambos padres y habitante del bosque, que le pide que le enseñe el secreto de la vida eterna y a la que acaba acogiendo como aprendiza. Y es que Inco Waren es, en realidad Ellör Litos Ceoril, hechicero, descendiente de la nobleza y unos de los cinco fundadores de la Luz del Oeste, la torre mística que se alzó sobre terreno mágico y que, un día, albergó a decenas de hechiceros. Una institución que hizo próspera su región y en cuya cúspide se dio la mayor revelación de la historia de la hechicería.
También es la misma torre que cayó en manos de la corrupción y el ansia de poder. Ellör fue testigo del alzamiento, prosperidad y decadencia de la misma. De ella huyó, cual exiliado, para alejar de manos funestas poderosos secretos.
Pero el pasado siempre vuelve a buscarnos. Los rumores de que sigue vivo llegan a oídos de sus enemigos y estos irrumpirán en su apacible vida clandestina, obligándole a enfrentarse a los demonios que ha dejado atrás para proteger a su nueva aprendiza.
Hechiceros: La parábola de Ellör, al igual que su predecesor, Nigromante: Bajo tierra, un antiguo secreto despierta, se cimenta en un mundo donde el sentido común, la lógica y la idea de equilibrio fundamenta el poder de la Deriva, el caudal metafísico que riega las realidades. Sus referencias mágicas son muy terrenales y coherentes y eso hace que su fantasía sea tan cercana.
Hechiceros es una apuesta sin prejuicios por la fantasía clásica, pero con giros inesperados. Sus manierismos en el lenguaje, tanto en la voz narradora como en la de los personajes, nos retrotraen al tono de las historias iniciales de J.R.R. Tolkien como El Hobbit y su subtexto, que conecta a las personas con la tierra, recuerda a varias obras de Tad Williams.
A través de la historia de Ellör, Carlos Sisí nos habla de cómo el poder tiende a imperar sobre el saber y sobre cómo debemos confrontar los problemas y los errores del pasado. Hace hincapié en la necesidad de transmitir el conocimiento y valorar nuestra interconexión con el mundo. Nos enseña, también, que las cosas más importantes son las más sencillas y que las maravillas se encuentran a nuestro alrededor.
La editorial Minotauro nos hace entrega de este nuevo clásico de la fantasía en un formato de lujo, con ilustraciones en papel satinado que amenizan la narración y una cubierta de tapa dura con relieve que sirve de soporte al arte (como ya pasara en Nigromante) del ilustrador y grabador moderno de origen salamantino, Tomás Hijo. Un estilo que bebe de los grabados sobre linóleo con un dinamismo épico caracterizado por líneas y tramas gruesas.
Un soporte mágico para una historia aún más mágica que conjuga llaneza, tono clásico e imaginario moderno para crear un título que bien podría convertirse en la Luz del Oeste de nuestra estantería de obras fantásticas.