Hermana, de Rosamund Lupton
He llegado a la conclusión, por experiencia, de que los libros tienen su lado perverso: son maravillosos, pero también, sobre todo a quien se siente escritor además de lector, estropean, rasgan la inocencia de cada uno de nosotros. Resulta muy difícil, al cabo de muchos libros leídos y admirados y, en cierta medida, absorbidos, volver atrás y recuperar nuestra propia voz, ser quienes éramos antes de todas nuestras lecturas. Y probablemente por eso, un primer libro sea el más difícil de escribir, al igual que el primer paso en una dirección siempre es el que más nos cuesta.
“Hermana” es el primer libro de Rosamund Lupton del que tenemos noticia; el primero publicado, al menos. Y lo primero que me ha gustado de él y me ha ganado del todo es que tiene una inocencia, una llaneza, un encanto al narrar muy difíciles de imitar, y más difíciles aún de preservar en el caso de un escritor novel. Es una novela que se lee muy rápido, porque engancha desde el principio; y lo hace sin necesidad de sofisticaciones, de alardes de erudición o de técnica y, en el fondo, sin contar ninguna historia fuera de lo común; pero acertando en su elección y en el tratamiento, que es intimista y muy sincero, directo desde el corazón. Ahí es donde “Hermana” se eleva por encima de la media. Dicho de otra manera: es un libro que te crees, una autora que te crees.
“Hermana” trata de Beatrice y de Tess, dos hermanas londinenses separadas por la distancia y por lo diverso de sus personalidades y de los caminos que han elegido en la vida: Beatrice es una ejecutiva de rompe y rasga en EEUU, con los pies bien plantados en la tierra, mientras Tess, a sus 21 años, vive una vida independiente, algo bohemia y de acuerdo con su visión romántica e idealista de la vida.
La acción comienza cuando Beatrice se entera de la desaparición de Tess, y decide regresar a Londres. A partir de ahí es cuando nos vamos enterando del profundo amor que une a ambas hermanas: Beatrice echa muchísimo de menos a Tess, y es ahora que ella no está y que nadie sabe qué ha sido de ella cuando Beatrice se da cuenta de cuánto la quiere y de cómo ha sido su relación.
La novela está narrada desde el punto de vista de Beatrice, quien interactúa con los policías encargados del caso, con su madre y con otros personajes que conocieron a Tess y que se convierten en sospechosos de su misteriosa desaparición. A partir del retrato que hace de Tess, de sus recuerdos de ella pero, también, de lo que va averiguando y de las sorpresas que le esperan acerca de su hermana, vamos conociéndolas a las dos: conocemos, en ausencia, a la alegre e idealista Tess, retratada desde el amor y la admiración que siente Beatrice por ella; y conocemos a Beatrice a partir de su narración, de lo que cuenta acerca de los demás personajes; Beatrice se retrata también a sí misma, nos describe con gran sentimiento toda una vida en la que hay dolor, equivocaciones, distanciamientos, culpa, pero también fuertes vínculos entre Beatrice, Tess y la madre de ambas, vínculos de sangre que no se pueden deshacer así como así y que, al final, demuestran ser más fuertes que todo, más que la fatalidad, la pérdida o la tristeza.
“Hermana” quizá no rompa los moldes de la literatura contemporánea, pues no contiene alardes de ningún tipo, ni en forma, ni en contenido. Sin embargo, para mí, es literatura de verdad: de la que se escribe con el corazón, de la que habla al lector desde la cercanía, queriendo contarle una metáfora sobre los sentimientos, sobre el amor que nos une a nuestros seres queridos y de lo que somos capaces de hacer por ese amor. Para mí, ésas son las novelas que verdaderamente merecen la pena. Por otro lado, hay que decir que “Hermana” desarrolla una intriga muy bien trabada, combinando muy acertadamente la novela intimista con la de misterio, y sostiene bien el suspense, que desemboca en un final muy inspirado, coherente y redondo.
Rosamund Lupton se revela como una narradora emotiva, que sabe tocarnos la fibra sensible; como suele ser habitual en las autoras inglesas, demuestra gran capacidad y muy buen ojo para el retrato psicológico hecho a base de pequeños detalles, observaciones aparentemente secundarias y casuales, acciones que dicen más de lo que parecen decir, pero, a diferencia de la mayoría, Lupton atempera esos retratos con grandes dosis de ternura y de inocencia.
Me ha gustado la historia que describes Leire! Es un libro que siempre me había llamado la atención cuando lo veía en las baldas de la librería y que, de seguro, intentaré hacerme con él.
Por cierto, y acordándome de tu reseña de “Lobos” de Carrisi, no sé si sabrás que ha salido un libro nuevo del autor, “El tribunal de las almas”. Por si te interesa 😉
Me alegro de que te haya gustado, Sergio. Y sí, había tomado nota mental de que Donato Carrisi tenía más libros escritos, lo que no sabía era si ya estaban traducidos. ¡Vuelvo a tomar nota, gracias! 😀