Historia de los griegos

Historia de os griegos

Historia de los griegos, de Indro Montanelli

¿Cómo ganarse a los lectores de un libro de historia desde la primera línea? Montanelli sabía el secreto: en la primera página de “Historia de los griegos” pide disculpas por la falta de academicismo y por haber intentado escribir un libro entretenido. Me entrego.

Probablemente no fui el único que tuvo mala suerte con sus profesores de historia en el instituto (con una excepción, querida Mª Ángeles). Lo de la enseñanza de historia en este país era, en mis días (y no soy tan viejo), una cuestión de fechas y nombres, donde la cantidad (el número de períodos históricos) primaba sobre la calidad (estudio en profundidad de un número reducido de épocas), y donde cualquier asomo de amenidad, por no decir diversión, era pisado al instante como una cucaracha. La historia es algo serio, nos decían, y el grado de aburrimiento del alumno era un indicador de la importancia y seriedad de lo que estudia, y una señal de que el profesor lo estaba haciendo bien. Desconozco hasta qué punto las cosas han cambiado, y por eso, y en atención a los profesores de historia que quizá lean esto, he tenido el detalle de cambiar al pretérito imperfecto lo que había escrito en un quizá injusto presente simple.

Nunca es tarde, dicen, y desde que tomé la firme decisión de llenar mis oceánicas lagunas en historia, he venido disfrutando como un enano con cualquier libro, sobre cualquier época o personaje, con tal de que esté escrito con pasión, inteligencia y amenidad. Como éste.

Indro Montanelli fue uno de esos periodistas a los que les tocó en suerte ser testigos de todo un siglo, y tuvieron el talento para saber contárnoslo. Su vida fue azarosa como pocas: abrazó en su juventud el fascismo mussoliniano, pero el fervor le duró poco, y ya en nuestra guerra se posicionó a favor del bando republicano. Fue cronista de las revoluciones húngara y checoslovaca. A finales de los 70 sufrió un atentado de las Brigadas Rojas, que le dispararon en las piernas, y posteriormente se convirtió también en un declarado enemigo de la política de Berlusconi. Nunca dejó de ser un anticomunista convencido, y le gustaba definirse como anarco-conservador. Sencillamente genial.

Resulta difícil reseñar un libro como éste, en el que asistimos al auge y caída de toda una civilización, y donde todas y cada una de las páginas se leen con gran placer, cuando no absoluta fruición. Se trata no sólo del placer de leer a un gran escritor e historiador, sino sobre todo, del placer de aprender, de levantar la vista y decir “¡córcholis! ¡cuánto estoy aprendiendo!” (disculpad el “córcholis”; normalmente se me dan muy bien los tacos, pero soy nuevo en esta casa y todavía no tengo confianza).

Nos dice el autor en el prólogo que este libro, inseparable de su hermano Historia de Roma, lo tituló Historia de los griegos precisamente por el carácter esencialmente disgregador y particularista de aquella civilización, que, a diferencia de Roma, nunca, ni en su época más álgida, pudo dejar las guerras intestinas, y que, por consiguiente, desde el principio al fin de sus días estuvo organizado en ciudades-estado que no lograron jamás fusionarse en una nación, menos aún un imperio. Así, ésta no es la historia de emperadores, tiranos ni presidentes, sino, sobre todo, de filósofos, dramaturgos, poetas, generales, matemáticos, oradores…

El secreto de Montanelli, como ya he dicho, está en alejarse de todo tipo de pomposidad y academicismo. Montanelli no tiene pelos en la lengua y no tiene ningún interés en quedar bien con nadie. No se postra ante el prestigio de los clásicos, y así, nos dice que fulanito era un borracho, menganito un mal bicho, y que, por ejemplo, Hesíodo era un personaje tosco y mediocre (y a mí que, en efecto, Los Trabajos y los Días me pareció más bien un tostón; cómo se agradece que Montanelli te confirme en tus impresiones y te libre de complejos), y eso por citar sólo uno de entre innumerables ejemplos. De hecho, si algo se le puede criticar es, en ocasiones, un exceso de campechanería.

A veces, sin embargo, y por decirlo claramente, Montanelli se pasa, y resulta difícil reconocer en él al que durante tantos años fue el respetadísimo, ecuánime y elegante articulista colaborador de La Vanguardia. Verbigracia:

“… los dorios tenían una fea enfermedad: el racismo. Y hasta en esto se confirma que se trataba de nórdicos, que el racismo lo llevaron siempre y siguen llevándolo en la sangre: todos, hasta los que de palabra lo niegan.”

Sin embargo, estos excesos, que son también parte del encanto de este libro, se los perdonamos con mucho gusto, dado que su erudición y su facilidad para narrar los hechos y establecer paralelismos con épocas más recientes compensan con creces esas libertades que se toma.

En suma, una lectura tan sencilla como apasionante, que reconciliará con la historia a las víctimas de los Reyes Godos, y que ofrece infinidad de párrafos que querremos recordar, por lo que se recomienda leer bien pertrechado de lápiz.

6 comentarios en «Historia de los griegos»

  1. He leído la reseña y me he quedado con la duda…
    Este libro tan ameno, que huye de todo academicismo y que no se casa con nadie, ¿está escrito con rigor, seriedad, profundidad, desde el conocimiento y el estudio de las fuentes clásicas? Porque por muy entretenido que sea, sin rigor histórico, sin el necesario análisis de fuentes, sin que el autor haga sus bromas y hable llanamente desde el conocimiento profundo de la época, no es para mi.

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  2. Evidentemente, si te has quedado con esa duda es que he escrito una reseña muy pobre.
    Preguntas por las fuentes, el rigor, la seriedad y la profundidad. Vayamos por partes.
    Las fuentes, Montanelli las conoce al derecho y al revés, y las cita continuamente.
    Por “rigor” supongo que te refieres a que se ajuste a los hechos y no se invente nada. Este libro fue publicado hace más de cincuenta años y está considerado un clásico de la divulgación histórica. Eso, sin rigor, no se consigue.
    La seriedad. Pues depende de a qué te refieras por “seriedad”. Si es lo contrario de amenidad, el libro no es nada serio. Si es sinónimo de rigor, ya he contestado en el punto anterior.
    La profundidad. El libro trata la historia de los griegos desde los hechos que inspiraron la Odisea hasta su decadencia en el siglo II d. de C. Eso, en 350 páginas, no se puede hacer de manera profunda. Evidentemente, para estudios en profundidad, conviene más remitirse a otras obras, de las que se han escrito cientos, si no miles. Montanelli no se propuso escribir un análisis profundo. Su propósito era, insisto, una obra de divulgación, y en ese sentido este libro cumple con creces su cometido, aunque, evidentemente, su estilo desenfadado no gustará a todos.
    Gracias por tu comentario.

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  3. Me encanta, un libro escrito desde la no “corrección política”. Yo siempre he echado de menos, en los libros de historia, la visión más microscópica del tema, que alguien me dijera claramente cómo eran las personas de la época de que se trate, qué pensaban, cómo sentían, cómo era su vida. Y siempre he sido malísima para memorizar fechas y nombres de batallas.

    A mí no me ha parecido una reseña pobre en absoluto; te felicito por ella.

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